monica_rober_couchsurfing_algo_que_recordar_01La parada en casa de Monica, Rober y Mateo la voy a denominar… friendsurfing porque Mónica es una amiga de las buenas desde hace 23 años, a Rober lo conozco desde hace 17 gracias a mi gran e inigualable Melchor y a Mateo desde hace 2 (los que tiene, vamos). Por causas de la vida, el amor y la fabricación de remaches… llevan en Ningbo tres años y algo, así que… sí, Mateo es chino y María (que está a punto de nacer), también lo será. De Mónica siempre he dicho que era mi “amigo con tetas”. Recuerdo que en Madrid, “me venía a buscar” a casa en su Golf… escuchando El Larguero y con un par de cervezas en la guantera. Es “uno de esos amigos para siempre y desde siempre”. Pase lo que pase. Como por ejemplo… que se vaya a vivir al otro lado del mundo. Así pues… el desvío en la ruta hacia Ningbo era obligado (aunque ellos digan que allí “no hay nada interesante”)… sí que había algo que ver. Mónica y Rober nos mimaron como nadie. Nos mandaron a Cheng (su conductor) a buscarnos a Shanghai y también nos llevó a nuestra siguiente parada: Hangzhou (todo un lujo yendo de mochileros). Volvimos a comer salmorejo y albóndigas home made, pizza, queso… ¡¡¡y café con leche para desayunar!!! Además de la cantidad de sitios a los que nos llevaron, lo más interesante fue conocer “su versión” de China desde dentro. Sin filtro. Al fin y al cabo, llevan más de tres años aquí ya (Rober casi ocho) y no necesitan idealizar nada. No están de paso y claro… no es todo tan bonito. Plenamente enamorados de Shanghai (que está a casi cuatro horas en coche), no les gusta Ningbo nada de nada… ciudad que (a pesar de tener 5 millones de personas) hace sólo tres años “era un pueblo”. Y es que los chinos, “hacen muy bien la obra pública”, pero sobre todo: rápido. Te construyen varios edificios de un día para otro y como en este caso… una ciudad entera. Nos contaron curiosidades sobre la gente de estas latitudes, sus usos y costumbres…

  • Cuando se dan un golpe dos coches, no pueden moverlos (se forme el atasco que se forme) hasta que llegue un policía y después de escuchar las dos versiones dictamine quién ha tenido la culpa. Yo me los imaginaba en plan combate de boxeo con el árbitro levantando el brazo del “no culpable”.
  • Los coches caros tienen prioridad de paso sobre los baratos.
  • En los días pares, las matrículas acabadas en número par pueden pasar por según que zonas (los días impares lo hacen las matrículas impares… claro).
  • Los chinos van a Ikea en masa los sábados (nada nuevo) pero no van a comprar… Ellos se sientan, descansan y hablan.
  • También van a Decathlon… pero a hacer ejercicio. Lo tienen casi como su gimnasio. Es más, hacen cola en las mesas de ping-pong en plan rey “de la mesa”.
  • A los extranjeros nos llaman “laowai” (pronunciado “loué”).
  • Está muy de moda hacerse fotos pre-boda disfrazados de romanos o griegos y que, hasta hace poco el “hit” era hacérselas en bolas, peeeeeeeero… el gobierno las prohibió (aunque se siguen haciendo en plan clandestino).
  • Según el tabaco que fumas, “tanto vales o tienes”. Así que se lleva mucho lo de aparentar gracias a tu marca de cigarrillos. Invitar a un supercigarrillocaroqueloflipas es sinónimo de “estoy forrado… ¡a que molo!”
  • Los niños menores de dos años van por la calle con una especie de pantaloncillo abierto con todas “las sinvergüenzas” al aire para, en caso de necesidad, poder actuar rápido.
  • Mónica nos comentó que estando embarazada de Mateo, su médico le dijo que ni se le ocurriera beber leche china. Que no pasaba los suficientes controles y que estaba demasiado adulterada.
  • También nos dijo que estando embarazada no te tiñen el pelo (al menos en Ningbo).
  • Rober nos contó que una vez se encontró en la calle al dueño del restaurante donde él solía comer con un gran bidón de plástico. Llegó un furgón y lo llenó de aceite. Luego se enteró de que era el aceite usado en los restaurantes caros de la zona. O lo que es lo mismo… aceite que resucita y se reencarna de nuevo “alargando su vida util”.
  • También nos hablo del uso y abuso del glutamato (potenciador del sabor) que, generosamente, adereza las comidas por estos lares.

Nosotros que veníamos con nuestro cuento de “como molan los chinos” después de Beijing, Shanghai y Suzhou y mira… que en todos sitios cuecen noodles. A ver… que yo esto me lo tomo como si te fueras a vivir a una comunidad donde no soportas al vecino de arriba porque su hija ha empezado a tocar el piano o al de al lado porque deja la basura en el descansillo siete horas antes de bajarla y bueno… que ya no te gusta el edificio, ni la zona, ni nada. Es verdad que muchas veces, lo que no conocemos nos resulta muy atractivo en pequeñas dosis y a largo plazo, nos puede llegar a superar o cansar. También puede ser que la acumulación de pequeños contratiempos imperceptibles para el que está de paso, si se alargan y repiten en el tiempo, te machacan el higadillo. Creo que si se dan las circunstancias necesarias y “al gusto de cada uno”… cualquiera de nosotros puede vivir para siempre en otro sitio y no necesitar la seguridad y comodidad de “lo conocido”. Vamos que… tiran más dos tetas que algún escupitajo que otro, un lugar espectacular más que todo el glutamato del mundo junto y un trabajo chulo y bien pagado más que algún tren incómodo que te comes por falta de previsión.

A pesar de que Mónica está a punto de implosionar para explotar a continuación, están pendientes toooodo el rato de nuestra ruta para ayudarnos a través del wechat o a golpe de móvil en lo que haga falta… Si Ningbo no está en la ruta de nadie que viene a China, para nosotros ha sido un revelador respiro de cuatro días. Hemos cargado pilas, hemos conocido opiniones mas que autorizadas y… ¡hemos lavado los calzoncillos y las bragas con detergente del bueno! Gracias Moni… gracias Rober… gracias Mateo… María, que suerte tienes de nacer en la familia en la que vas a nacer.

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