Si te has preguntado cuál es el presupuesto diario viajando por Filipinas en plan mochilero (sin sufrir, aunque sin lujos), aquí va un artículo lleno de consejos con el que te vas a hacer una idea.

Actualizado 11/03/18

Nuestro paso por Filipinas se nos ha hecho demasiado corto. Han sido algo más de dos semanas (18 días para ser exactos). La culpa la ha tenido nuestro apasionado amor de verano con Indonesia. Así que nuestros esfuerzos se centraron en la isla de Palawan y Manila. No nos va a quedar otra que volver por aquí en otro momento… ¡qué le vamos a hacer! Volver para encontrar nuevas paradisíacas playas donde tumbarnos en la arena a no hacer nada… a bucear entre peces Nemo y pequeños tiburones… a comer pescado a la plancha, adobo, berenjenas delgaditas, “ice candy” (el helado de hielo más barato del mundo)… a churruscarnos debajo del sol en el techo de un jepney… a comer mangos a dos carrillos… (suspiro… Filipinas).

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La gente

La religión católica y una escisión de ella conocida como la “Iglesia Ni Cristo” están muy ligadas a la vida cotidiana de las personas, aunque aquí a nadie le va a parecer mal que te vistas con el pantalón más corto y ajustado que tengas, ni que te emborraches como un piojo. De hecho nuestra impresión es que a algunos se les va un poco la mano con el tema. A veces llegando incluso a no aparecer en varios días por el trabajo. ¿Agradables? Mucho… ahí está nuestro querido Marcel y una vez te acostumbras a bajar el ritmo de vida una marcha más, ves como todo el mundo tiene una sonrisa en la cara.

Pero aparte de Marcel, con el que ya teníamos una relación previa y su familia, en Filipinas no hemos logrado traspasar la barrera de las conversaciones cortas sobre nada en particular. De hecho la única vez que lo hicimos en una quedada de couchsurfing, preguntamos sobre religión a una persona… y se sintió algo ofendida. Probablemente hemos pecado de un exceso de confianza ante la cultura a la que nos íbamos a enfrentar. “Es un país católico. Sabremos lo que hay que hacer” y sin más aterrizamos en Puerto Princesa. Que nos guste la improvisación no quita que nos informemos un poco sobre ciertos aspectos de la cultura del país que vamos a ver. Lo hemos hecho hasta ahora y nos había ido bien. Así que en este sentido no le echamos la culpa a los filipinos sino a nosotros por no haber hecho los deberes (colleja, colleja).

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La comida

Este no es país para vegetarianos. Chorizo, morcilla, salchichas, hamburguesas, panceta, lechón… el cerdo es el “invitado” principal en todos los menús. El arroz, caldoso (tipo sopa) o como acompañante habitual no es de la mejor calidad aunque se deja comer. Eso sí el pollo asado (aparte de barato) les sale bastante sabroso y además te lo puedes comer con las manos a lo que ya le habíamos cogido el gustillo. Abundan los puestos de zumos cargados de hielo y sobre todo las pastelerías con cosas dulces de todos los colores, pero nada que ver con una de esas pastelerías austriacas en las que te entra todo por los ojos, aquí pasa más bien al revés.
En Filipinas volvió a nuestra vida la casa de comidas estilo Myanmar en la que mezclar arroz blanco con diferentes platos cocinados hace algunas horas y que puedes descubrir levantando tapas de las ollas. Alguna vez llegamos a ver lentejas pero así… frías, no apetecían mucho así que no sabemos si realmente son iguales a las nuestras o no.  Por suerte en las zonas costeras el pescado a la parrilla recién pescado es lo más.

Otra de las cosas que llama la atención en cuanto a los lugares en los que poder comer es la cantidad de franquicias locales que hay imitación de las multinacionales. Hay un Rey del Donut en lugar de un Dunkin’ Donuts, un Jollibee de hamburguesas imitación del KFC… Y mercados locales, algunos más pequeños como el de Coron y otros con una enorme variedad de productos como el de Manila. Fue un buen momento para ponernos ciegos a mangos, “comida de dioses”… ¡Deliciosos!

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Los transportes y los accesos

El transporte público nacional es el jepney, tanto para conectar ciudades como para moverse dentro de ellas. En Manila van cargados de televisiones emitiendo programas diferentes de manera simultánea. Si no te apetece estar preguntando de donde sale el siguiente jepney siempre encontrarás a alguien dispuesto a ayudarte con la contratación de una furgoneta privada con un recargo sobre el precio real por la gestión o podrás coger un triciclo, la opción de cuando ya no quieres andar más.

La alternativa al avión para conectarse entre islas son los ferrys que dependiendo de los destinos pueden pasar una vez a la semana, cada dos días… no son precisamente muy regulares. Mejor chequear las posibilidades antes de llegar si se va con prisa. Los ferrys que nos hemos encontrado han sido de dos tipos: el modelo barco Titanic, con varias clases de camas en pradera, camarotes privados, una zona con karaoke y una tripulación que te dejará pasar a cotillear  la sala de control si asomas tu cabecita por la ventana con cara de interés. La otra modalidad es más bien estilo cayuco o balsa en la que parece que estás huyendo del país. Son barquitos pequeños que no tienen por qué tener ningún problema pero que si tienes la mala suerte de que el mar ese día se mueva mucho, seréis uno. Fuera de Manila, la tierra todavía le gana la batalla al asfalto. Recordemos que nuestro paso por aquí fue tres semanas después del súper tifón, por lo que había muchos accesos que se estaban arreglando.

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Presupuesto diario

Aquí van los números de los 18 días en el país del adobo dulce. Gastos para 2 personas en 18 días: 587€. Lo que hace una media diaria de 32€

  • Alojamiento: 96€. Una relación calidad precio en general bastante buena. Si eres de los que disfrutan con una ubicación única y no necesitas grandes prestaciones, las playas están llenas de austeros pero agradables bungalows.
  • Comida: 176€. Unos 5 euros al día por cabeza incluyendo desayuno, comida y cena.
  • Bebidas: 38€. Gracias a los “refill” de agua (estaciones para rellenar las botellas) que hay por todas partes, es posible ahorrar en este aspecto. Los filipinos lo utilizan para rellenar grandes depósitos por lo que la mayoría de las veces cuando les pedíamos agua para dos botellas de 1,5l ni nos las cobraban.
  • Transportes: 158€ (incluyendo dos ferrys de largo recorrido).
  • Actividades: 71€. Gracias al súper contacto de Martin para salir a bucear por el Nido y a que siempre nos organizamos en grupo para ahorrar costes, ha sido considerablemente barato vivir las experiencias más increíbles que recordamos en el mar.
  • Otros: 19€. Tarjeta SIM, lavandería, pasta de dientes…
    A estos números no hay que sumarle nada porque el coste de la VISA es de 0€ para los ciudadanos europeos. Evidencia 1: Buenas noticias tras el descalabro presupuestario de Indonesia.
    Evidencia 2: Nuestros próximos destinos son Hong- Kong, Nueza Zelanda y Australia. La palabra descalabro se va a quedar muy corta en breve.

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Ejemplos “del coste de la vida”

– Botella de agua: 30-40 Pesos. Hay muchos sitios donde rellenar las botellas (refill) por solo 5 Pesos.
– Hostel (habitación doble, con baño compartido la mayoría de las veces): 400-500 Pesos
– Café: 40 Pesos
– Cerveza de 0,75l: Entre 65 y 100 Pesos

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3 Comentarios

  1. Los dientes me llegan al suelo…que buena pinta tiene la comida y es ¡¡¡baratísima!! Que bueno queridos amigos habrá que tenerlo en cuenta ,no se porqué pero me trasmite paz.
    Besos a los dos.

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