Dícese de aquellos usos y costumbres, hábitos y otras actividades que suceden en la vida cotidiana de los japoneses de forma natural y espontánea y que consiguen dejar a los que vienen de fuera con los ojos del tamaño de un dibujo de animé.

En estos dos meses de viaje por Japón, ha dado tiempo para descubrir unos cuantos “japofrismos”, aunque obviamente existen muchos más. Este país es una mina de originalidades freaks para todos los gustos. Algunas son encantadoras y otras dan hasta miedo. Pero desde luego todas son curiosas. Lo primero que suele llamar la atención a los de fuera, son las mil funcionalidades de los wáteres pero como por ahí ya hemos pasado, haremos hincapié en otras curiosidades. Por si hay menores en la sala, vayamos de menos a más rombos:

  • El extremo civismo. Japón es un país muy fácil para los viajeros y probablemente uno de los motivos principales sea su extremada seguridad gracias a un escrupuloso respeto de las normas. Puedes olvidarte el móvil en la mesa de una cafetería y volver dentro de media hora a recogerlo. El turno es algo sagrado. La gente guarda filas en diagonal para no entorpecer a los que salen, mientras esperan la llegada del tren, del bus o del metro. Si no te entiendes con la máquina expendedora de billetes, puedes estar tranquilo que nadie te va a mirar mal porque estés ralentizando la fila, nadie va a tratar de colarse o va a resoplar detrás de tu oreja demostrando disconformidad. Todo el mundo va a esperar su turno sin agobiarte. En los semáforos sucede exactamente lo mismo. No importa que la calle este vacía y no venga ningún vehículo en 15 km. Si la luz está en rojo, nadie cruza. Las normas son las normas.
  • Los deportes con más seguidores son el beisbol, el lacrosse (se juega con una especie de sticks que terminan en una cesta) y el patinaje sobre hielo, especialmente el masculino. Si pudiéramos comparar a nuestros futbolistas con algún personaje de la sociedad japonesa entonces hay que hablar de los luchadores de sumo. Los mejores están considerados socialmente como estrellas del rock.

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  • El uchi mata es la postura con los pies hacia dentro que adoptan muchas mujeres en Japón. Hay varias teorías sobre el motivo de hacerlo. Algunos sostienen que se hace por una cuestión estética debido a la sensación de fragilidad que da el colocar los pies en esa posición, pero también hay quien defiende que es debido a una deformación genética que se ha transmitido de generación en generación por la forma de sentarse en el suelo.
  • Purikura. Los fotomatones mágicos en los que consigues ser perfecta. Una de las actividades de ocio preferida por las adolescentes y las parejas de enamorados (la entrada a hombres solos no está permitida). Por el módico precio de 400 yenes (unos 3 euros) te dispones a entrar en un estudio de fotografía portátil donde convertirte en la más bella del reino. La máquina se encarga de agrandarte los ojos, las pestañas, convertir tu piel en lisa porcelana y añadirte maquillaje. Además puedes personalizar el resultado final con estrellas, corazones, nubecitas y todo lo “kawaii” que se te ocurra. Junto a estas máquinas de última generación suele haber un ropero con disfraces que también se pueden alquilar para la ocasión y tocadores gigantes que tienen hasta plancha del pelo. Terminada la sesión, te llevas tus fotos impresas para que no se te olvide lo guapa que no eres.

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  • Adicción a las mascotas de mentira. Ya sean animales u objetos, todas las ciudades tienen su mascota que las representa y que es onmipresente en todas partes. A veces es un animal, como el osito kumamon; un edificio singular, como las mascotas de los castillos o un icono natural representativo de la zona, como el monte Fujisan. Además de en merchandising y carteles, puedes encontrarlos a tamaño humano para hacerte fotos con ellos gratuitamente. No, no es algo dirigido a los niños. Independientemente de la edad, todo el mundo se vuelve loco por hacerse una foto con la mascota de turno. Además del amor por las mascotas, a los japoneses les gusta humanizar cualquier cosa. Es cuestión de añadirle ojos y cara a lo que sea para darle vida y empezar a venderlo en forma de llavero, peluche, figurita, etc. Hay hasta un huevo frito.

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  • La contradicción del tabaco. En la mayoría de los espacios públicos está prohibido fumar. Dentro de las oficinas, centros comerciales y en medio de las zonas de calles muy transitadas hay unos biombos especialmente diseñados para los fumadores. Similares a los que existen en los aeropuertos. Lo estricto de esta normativa contrasta con la permisividad para fumar dentro de bares y restaurantes.
  • Las reproducciones a tamaño XXL de la especialidad del restaurante. Además de un escaparate o una bandeja en la entrada en la que puedes ver a tamaño real lo que vas a comer, a algunos restaurantes les gusta que se vea desde lejos cual es la especialidad de la casa. Así es como en las calles más comerciales puedes encontrar cangrejos gigantes, pulpos en movimiento o peces globo.

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  • El universo de los cafés bizarros. Los japoneses han desarrollado toda una serie de posibilidades alrededor del común hábito de tomarse un café. Uno se puede encontrar con cafés en los que las camareras van vestidas tipo animé o con la temática que le apetezca al consumidor y la versión para mujeres con hombres vestidos de mayordomo. Además están los cafés de mascotas. Lugares en los que los clientes pagan para poder compartir un rato con animales. Los hay especializados en gatos, en perros, en reptiles y en otros animales más raros. El café te cuesta un ojo de la cara pero tienes la opción de pasar la tarde alimentando y tocando a las mascotas (si es que se dejan). Es una forma de que aquellas personas que no pueden tener animales por falta de tiempo (o que estén faltos de cariño en general) tengan la opción de compartir su tiempo libre con ellos.
  • Recreativos y karaokes que ocupan plantas enteras. Estos edificios están por todas partes y siempre llenos de gente. Tienen el tamaño de un centro comercial y una actividad constante. Los recreativos son similares a los que nosotros conocemos pero multiplicados por 10 y los karaokes tienen otro toque. Lo primero que hay que tener en cuenta, es que el karaoke es una cosa muy seria. Hay japoneses que van a ensayar solos con el fin de mejorar para cuando canten delante de sus amigos. La idea de nuestro karaoke decadente se da la vuelta en estas salas cool que puedes alquilar entre varios con iluminación de discoteca, sofás cómodos, barra libre de bebidas, vistas a la ciudad y hasta posibilidad de encargar cena. Las salas se alquilan por horas pero también hay paquetes y descuentos para aquellos que se quedan toda la noche.

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  • El Pachinko. El siguiente nivel a los recreativos. Algunos lo consideran “un juego de habilidad relajante” pero lo cierto es que se hace un poco difícil relajarse en una de estas salas llenas de ruido ensordecedor y nubes de humo de tabaco. El Pachinko es un juego de bolitas basado más en la pericia que en la suerte. Supuestamente los beneficios del juego no pueden cambiarse por dinero, pero sí por electrodomésticos, comida o gadgets del última generación fácilmente vendibles. Me da lo mismo, que lo mismo me da.

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  • La industria del placer que no termina en sexo. Masajes de oreja, dormir la siesta con una adolescente, decirle a otra persona o que esa persona te diga a ti “cosas guarras”, tocarle a alguien casi ciertas partes del cuerpo… Si eres capaz de pagarlo puedes hacer realidad los sueños eróticos más raros que se te pasen por la cabeza. Lo más importante es que a priori quede bien claro lo que incluye el menú elegido. Salirse de lo convenido previamente puede tener consecuencias fatales para el sujeto en cuestión y este es el principal motivo de que en muchos de estos locales no permitan el acceso a los extranjeros. Al parecer muchos no son capaces de respetar esas normas. Es decir, si has elegido y pagado la opción masaje y se te escapa agarrar una nalga, en Japón, tienes una grave problema.
  • El oscuro mundo de las alturas. La idea de los barrios rojos europeos en los que desde la calle se ven las mujeres desnudas no existen en Japón. Lo que vas a encontrar es una serie de lugares en los que uno desde fuera intuye que “ahí dentro pasa algo”. Muchos tienen entradas a pie de calle del estilo de buenos hoteles y muchos otras están en las plantas altas de los edificios.

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  • El onanismo. Japón es uno de los países del mundo donde más personas prefieren el onanismo al sexo en pareja. Para ello hay desarrollada toda una serie de aparatos de masturbación, muñecas a tamaño real y espacios con películas y cómics de manga destinados a este fin en los que puedes alquilar una cabina por horas, comprar comida y disfrutar de ti mismo hasta que digas “basta”.

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Visto esto y todo lo que no hemos podido ver… por algo dicen que Japón es un mundo aparte, lleno de curiosidades y rarezas. Hay que seguir aumentando esta lista con todo lo que se ha quedado fuera y para eso solo se nos ocurre una solución: volver en cuanto tengamos oportunidad a seguir conociendo Japón “desde dentro”.

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8 Comentarios

  1. Je je, sí, es un país muy particular… es indudable que tiene un lado “friki”, quizás el más conocido. Pero también es el país de los mil templos, la paz y tranquilidad de Kioto o Nara (o incluso el parque Yoyogi en Tokio), la belleza del monte Fuji, la convivencia de budismo y sintoismo, esas casas abigarradas con tantos detalles, esa gente que es como sus casas, detallista al extremo, y tantas otras cosas. Seguro que volvéis 😀

    • Toda la razón. No hemos podido resistirnos a hacer un post sobre su lado friki pero llevamos unos cuantos hablando de otras cosas ¿no? 🙂 y todavía nos quedan otros cuantos más. No nos lo tengas en cuenta, es por hacer un poco de SEO de vez en cuando y ni por esas… Aquí dejamos constancia de que estamos totalmente de acuerdo con lo que dice Germán: Japón es mucho más que su lado friki. Japón da para tanto como para dedicarle un blog entero y muchos viajes más. Ahora entendemos cuando nos decías que una vez al año intentabas hacerte una escapada a Japón. Tenemos que repetir, seguro! 😉

    • Hay que ver el juego que dan a todo el que va con cámara por la vida. Es un no parar de ver fotos en todos lados… así da gusto, la verdad.

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