Actualizado 27/06/18

¿Quieres saber cuándo es mejor poder disfrutar del sakura en Japón?

Nota: Con la llegada de la primavera, a finales de marzo y principios de abril, tiene lugar en la mayor parte de Japón el “sakura” o florecimiento del cerezo (en el norte se retrasa hasta mayo). Este acontecimiento hace que, bajo las copas de sus frondosos árboles, tenga lugar el “hanami” (convivencia durante horas entre amigos o familiares).

Por alguna extraña razón, tienes la sensación de que a pesar de lo puntual que eres, sueles llegar tarde o demasiado pronto. Al menos, a “los momentos”. Llegas a destiempo a todos esos acontecimientos culturales o naturales de los lugares a los que vas. La mayoría de las veces es por causas ajenas a tu voluntad (precios de los billetes, compromisos, planificación de orden mayor). Otras, “por culpa” de ese vicio de no querer preparar tanto los viajes dejando en manos de la sorpresa lo que te puedas encontrar.

En esta ocasión, no reparaste en que al fijar el inicio del #chinchetaTrip, ibas a llegar a Tokyo el 12 de abril. Con el tiempo más que justo para poder disfrutar del sakura. Sin duda, para ti se iba a cumplir más que nunca que se trata de una metáfora de la vida: símbolo de belleza efímera, brillante y hermosa pero frágil y pasajera.

No queriendo resignarte a ver los pocos restos de sakura que te puedas encontrar (en forma de pétalos por el suelo o ramas casi peladas en las que el verde se va haciendo fuerte), decides perseguir la belleza rosa.

A tope de jet-lag, te lanzas a recorrer corriendo y a todo contrarreloj, los numerosos parques de la ciudad que se van recuperando de la resaca del hanami.

Sigues los consejos que te van dando por el camino: “ve al parque Ueno”, “prueba en el Yoyogi”, “no dejes de ir al Shinguku Gyoen”, “seguro que en el Shiba aún hay”… Pruebas aquí, pruebas allá. Mientras tanto, encuentras una web nipona y en inglés con información detallada y al día de los parques de la ciudad en la que te van contando dónde queda algo de sakura.

Sales del centro-centro rumbo al Koganei Park donde “el inglés no llega”. Probablemente, esta es casi tu última esperanza de ver “algo digno”. Y allí, resistiendo para ti, encuentras uno de los últimos reductos de sakura y hanami juntos.

Se te va el día, la tarde y el sol, bajo el manto rosa que en un par de días dará paso al verde y que tan desesperadamente perseguías. Has llegado justo a tiempo. O con el tiempo justo, según se mire. Has llegado, en el último suspiro para, además de ser consciente como nunca de la metáfora de la vida, aprender tres cosas más:

1- que está muy bien eso de dejarse sorprender por la improvisación, pero que no pasa nada por mirar un poco el calendario y estar atento a los eventos del lugar (sobre todo, cuando te das cuenta también de que el 5 de mayo te vas a Shanghai y que te vas a perder el sumo que empieza el 15 en Tokyo).

2- Que lo diferente nos atrae y que puede que no valoremos tanto “lo habitual”. Si los árboles fueran siempre rosas y hubiera dos semanas de verde, todos nos volveríamos locos con dicho momento. ¿Será que lo de siempre no nos sorprende o que no lo valoramos lo suficiente? Probablemente sea lo segundo.

3- Que además de todo eso de aprovechar la belleza de la vida que pasa rápido y bla bla bla… no solo hay que quedarse esperando a que llegue. También hay que tener en cuenta que uno puede moverse y perseguir lo que desea.

“Sakura, volveremos a vernos y la próxima vez, estaremos mejor preparados”.


Este post forma parte de nuestro primer viaje en familia de 9 meses llamado chincheta trip. Si quieres leer otros artículos de la serie haz clic aquí.


 

6 Comentarios

  1. Yo suelo informarme bastante de dónde voy pero la verdad es que lo hago después de comprar los billetes, entonces… Me lo habría perdido igual…!! XD

  2. Así somos… Nosotros veníamos buscando el Sakura y nos lo hemos encontrado en toooodo su esplendor. ¿Y sabes qué? Que ahora nos parece que durante el momiji todo luce más bonito en las fotos. Para darnos dos cosquis bien dados

  3. No puedo estar más de acuerdo… me perdí un eventazo en Nueva Zelanda por no echar un pequeño ojo al calendario (o a las noticias incluso…). Y sí, si fuese todo rosa… lo fliparíamos con un breve momento de verdor. Somos así los humanos.

  4. Ja ja, al menos habéis visto algo… yo estuve con la familia en marzo y nos volvimos un par de días antes de que comenzara el sakura! En fin, no pude elegir fechas… a ver si lo vuelvo a pillar el año que viene, que ya hace tiempo que no lo disfruto!

    Un abrazo!

    • Y cómo pica, ¿eh? ☺️ Pero sí… volveremos todos y pillaremos el sakura en su máximo esplendor. Abrazo!

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