La cultura otro día

El portero del edificio, que es muy majete, te cuenta que no hace falta que pases por Manhattan para ir a la Estatua de la Libertad. Al parecer, desde el Liberty State Park de New Jersey, también sale un barco para visitar Ellis Island y Liberty Island.

Además, desde allí puedes ir al Battery Park de Manhattan para ir luego con la linea J de metro hasta Brooklyn. Total, que para allá que te vas. El museo de Ellis Island te impacta fuertemente y la estatua, aunque te parece más pequeña de lo que pensabas, es insultantemente bonita “en persona”.

Time Lapse en Liberty Island

Por unas horas, te sientes inmigrante. Un inmigrante que llega con toda la ilusión del mundo a un país que te abre los brazos para darte todas las oportunidades que quieras y puedas aprovechar. Eran otros tiempos, sí. Duros, evidentemente. Pero llenos de sueños que se podían hacer realidad. “Cómo ha cambiado el cuento”, piensas. Ahora hay muchas trampas burocráticas y trabas nacionalistas que convierten esos sueños en pesadillas. Pensando en esto y en aquello, te plantas en Williamsburg.

Primero te das un paseo por el barrio judío ortodoxo. A pesar de no entender la mayoría de sus costumbres, por no decir todas, te parecen gente muy amable. Llevas la cámara guardada porque no quieres que se sientan como animales en un zoo y lo que consigues, es que te saluden varias veces.

De allí te encaminas hacia la zona donde multitud de graffitis, tiendas y bares trendy, te esperan para que, sin piedad alguna, fotografíes a cámara fría. Andando por una calle y por otra, acabas en la Sunshine Laundromat del 860 de Manhattan Ave. Una lavandería autoservicio que tiene máquinas pinball y que por la tarde-noche, se convierte en bar. Aunque ya tienes bastante cansancio acumulado, te tomas una cerveza.

Justo antes de irte, y como estás pillando wifi, te entra un WhatsApp en el que aquella chica que conociste en New Jersey el primer día te dice que tiene un amigo que al parecer hace una fiesta en Brooklyn y que si te apuntas. Te lo piensas durante unos instantes y…

 

1- Buffff… Prefieres hacer como que no lo has visto. El cansancio es fuerte en ti y mañana quieres ir a lo del gospel y a Central Park como sea.

 

2- Bueno… ¿por qué no? Has venido a jugar. Además, ya estás en Brooklyn. Debe de ser una señal. Seguro que mañana puedes ir a Harlem y Central Park igualmente.