Nota: para no herir susceptibilidades y a partir de este momento, sustituir mentalmente madre por padre y abuela por abuelo según preferencias y sensibilidades. Lo tenemos en cuenta, pero es muy largo y cansino poner los dos nombres todas las veces.
Pasa en Navidad que la familia “vuelve” y se sienta alrededor de una mesa durante casi dos semanas. En ese laaaaargo y calórico período de tiempo, las recetas que pasaron de abuela a madre, van y vienen de la cocina al plato. Frases como “qué bien cocinas mamá”, “eres la mejor cocinera del mundo”, “te ha quedado igual que lo hacía la abuela”, etc. aparecen a cada plato que das. Y así, con esa conciencia de que, como en casa no se come en ningún sitio, nos viene una tontuna a la cabeza en forma de video porque… a ver… el resto de personas del mundo también tienen madres, ¿no? Y les gustará mucho cómo cocina la suya, ¿no?… Vamos, digo yo.
Locución y musiquita: Dani Verdín
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3 Comentarios
Yo me llevaba una tortilla de mi madre en la mochila y listo 😉
Buenísimo, cocina cómo las de las madres… pocas!!, salu2. Esther.
¡Todo el mundo tiene una y es normal la preferencia! 🙂