Y allá… y allí… y bueno por qué no, un poco más allá también.
Desde hace muchos años, la frase “que suerte vivir aquí” se ha convertido en una sentencia de dominio público en Canarias. Una expresión motivo de orgullo que se repite un día sí y otro también con la que llenarse boca y pecho. Una declaración de intenciones que no solo acoge a los nacidos en las islas, sino a todos aquellos que por uno u otro motivo y siendo de fuera, decidieron quedarse a vivir por estas tierras.
Nota: antes de desarrollar la propuesta de este artículo, quiero dejar una serie de cosas claras…
1) el que escribe estas líneas es canario y por lo tanto español. Nacido en Tenerife pero criado en Barcelona y desarrollado en Madrid, con madre gomera, padre catalán, abuela palmera y hermano canarión.
2) Canarias, objetivamente y después de haber viajado algo por el mundo, me parece un conjunto de islas que atesora una gran variedad de paisajes así como un clima más que privilegiado. De España, pienso que es un país que para lo pequeño que es, tiene mucho de todo. Eso sí, no tenemos ni las mejores playas, ni las montañas mas altas, ni la fauna más exótica… (por decir algo). Igualmente, hasta este año era el segundo país más visitado del mundo (por algo será).
3) Todo lo que viene a continuación no tiene absolutamente nada que ver con el confinamiento o el coronavirus, aunque ha dado pie a querer compartir una serie de reflexiones que vienen de hace bastante tiempo.
Prólogo
En nuestro documental Around Them que grabamos durante nuestro primer viaje largo, entrevistamos a 15 mujeres de 15 países diferentes. Una de las preguntas era si les hubiera gustado haber nacido en otro país. Había mujeres de Indonesia, Bolivia, Myanmar, Paraguay, etc. El 95% de ellas, dijeron que no elegirían otro país. Que estaban contentas con haber nacido en el suyo. Fue una gran sorpresa para nosotros porque, de alguna manera, teníamos la creencia aprendida de que “casi todo el mundo, quería ser del primer mundo”. La siguiente gran sorpresa fue que la única mujer que se planteó la posibilidad de decir que “sí, le hubiera gustado nacer en otro país”, fue Latanya, estadounidense. Evidentemente, no estamos hablando de un estudio en profundidad y tampoco tuvimos un muestreo representativo, pero fue lo que nos encontramos por el camino y nos dio mucho que pensar. Es más, Daolinh de Laos, nos dijo que no nos envidiaba en absoluto. Que en su pueblo todos se ayudaban, que podían pescar en el río y que con muy poco, podían vivir sin problemas. Pero sobre todo, nos llegó muy adentro la frase “en vuestro país tenéis que luchar para vivir y pagar facturas”.
Planteamiento
Desde hace tiempo somos muy descreídos de frases del tipo “si es que como en España…” que venimos escuchando desde niños. Somos más de pensar que lo que conocemos, con lo que hemos crecido, es lo que nos gusta. Es aquello con lo que nos sentimos cómodos y nos da cierta seguridad. Por eso, acabamos elaborando reflexiones del tipo “para decir que la comida de tu país es la mejor del mundo, antes tienes que probar la de todos los demás”.
Viajando por ahí, hemos tenido alguna que otra cura de humildad o baño de realidad al preguntar qué es lo que se conocía de España. La respuesta solía ser el fútbol, los Sanfermines y según donde, la Tomatina. Nada más. En cuanto preguntábamos por la comida, la mayoría de la gente no tenía ninguna referencia (no, ni siquiera de la paella). Y nosotros que pensábamos que “como en España no se vive en ningún sitio” y resulta que casi nadie más fuera de España lo sabía.
Nos da mucha pena cuando probando algún plato típico a diez mil kilómetros de distancia de casa, oímos a alguien que en nuestro propio idioma dice en voz alta cosas del tipo: “qué asco… si es que como en España no se come en ningún sitio”. Y bueno, lo que ocurre es que a la gente de ese país, sí que les gusta esa comida. Y mucho. Es más, puede que no le gusten nuestros callos, le de asco nuestro jamón ibérico de cien jotas o le de pena eso de comer cochinillo. En cada lugar estamos hechos a diferentes sabores y comidas. Más picantes, menos saladas, menos grasas…
Los españoles nos consideramos muy simpáticos, muy abiertos, muy acogedores, muy generosos… Y la verdad, (siento decirlo) comparados con según quién, no lo somos tanto. Es más, y esto va a doler: en algunos lugares, piensan que somos un poco racistas.
En la mayoría de los países (dejemos a un lado la demagogia y demos por hecho que no hablamos de zonas en conflicto, hambrunas y demás o situaciones puntuales de extrema pobreza, explotación y varios) se vive bien. Sobre todo si eres de ese país. O al menos, te has hecho bastante a lo que conoces y ahí estás a gusto. Con todo más o menos controlado. Sin un vértigo excesivo. Probablemente, de puertas para adentro, te quejarás de las cosas que se hacen mal con todas tus fuerzas (la corrupción, las atrocidades ambientales, los escándalos sociales…) tanto, como hablarás bien de tu país cuando salgas y estés lejos. Sacando pecho. Con orgullo desmedido.
Viajar te da cierta perspectiva sobre tu conocimiento del mundo que te rodea y del lugar de donde vienes. Acabas entendiendo que lo malo no es tan malo, ni lo bueno lo mejor. Ayuda a valorar las cosas en su justa medida. Sin estridencias. Sin excesos. Con un montón de referencias para apreciar las cosas que antes, pasabas por alto.
Hace poco, en un foro, y ante la pregunta “con todo lo que está pasando, ¿dónde te gustaría vivir?”, leí un montón de respuestas. Todas diferentes. Cada una y uno, apostaba por algún pueblo o ciudad de su provincia. Daba igual que lloviera mucho durante el año o hubiera demasiada gente. Siempre había un argumento a resaltar y que era razón no solo suficiente, “sino necesaria”. Y digo necesaria, porque esta forma de sentir, hace que saboreemos lo mejor de nuestras raíces. Lo que sabemos que nos gusta de antemano. Sin sorpresas ni sustos. O… que nos conformemos y sea un camino que nos ayuda a sentir bien.
Conclusión
Está bien valorar lo que tenemos. El lugar de donde venimos. De lo contrario, todo sería un poco caótico y frustrante. Eso sí, tengamos en cuenta que al otro lado del mundo, piensan exactamente lo mismo. Les encantarán sus lugares, la forma de comportarse de la gente, las costumbres, la comida… Para cuando volvamos a viajar con cierta normalidad, valoremos de dónde venimos y respetemos otros lugares a los que vamos. Sin desprestigiar. Sin comentarios infundados. Sin subjetividades gratuitas. La realidad es que solo conocemos un porcentaje muy pequeño de toda la realidad que convive con nosotros en este planeta.
Por otro lado, sí, me gusta España en general y Canarias en particular. Y creo que, bueno… he tenido suerte de nacer aquí 😉
10 Comentarios
….. Y si tiene guachinches mejor que mejor jejejeje…..
Cada lugar tiene su encanto y en todos puedes decir “… que suerte vivir aquí…”, solo hay que saber estar en el aquí y el ahora.
Besos familia.
Curiosamente, en mi caso, viajar ha hecho que le coja aprecio a España. Antes de irme lejos no pensaba “qué suerte vivir aquí” sino que refunfuñaba pensando que España era un país de ignorantes, con mucha corrupción, en el que no se comía mal, pero que al final era de los países más atrasados de Europa, el país bar al que venir a tomarse las copas.
Cuanto más viajo es cuanto más siento “qué suerte haber nacido aquí”. Antes siempre decía que quería vivir fuera, en un país tropical donde poder comprarme una casita cerca del mar. A día de hoy, en cambio, y después de estar los dos últimos años pensando y buscando lugares que convertir en base, siento que como España pocos. Y es que sí, tiene buen clima, buena comida, la sanidad no está tan mal y tiene mar. Y es al compararlo con lo que he ido viendo cuando va tomando más valor. Claro que hay paisajes más bonitos en otros lados, pero en el cómputo global, como dices España tiene una buena variedad. Sobre la comida, solo en México, India y Tailandia he comido sin cansarme del sabor. Cuando pienso en quedarme a vivir en Mexico o en Tailandia, por poner dos ejemplos, es cuando valoro la seguridad o la sanidad de la que disfrutamos en España.
En fin, que no me quiero enrollar más pero en mi caso, el proceso ha sido al contrario. Ha sido al viajar y al comparar “los lugares más bonitos de” o “los mejores platillos de”, cualquier otro país que haya visitado, cuando por comparación España ha ido ganando ante mis ojos valor. Claro que será porque es lo que conozco, donde he crecido y los sabores a los que está acostumbrada mi paladar, pero quitando los precios y esta moda española de prohibirlo todo y solucionar todo a golpe de ley y prohibición, creo que hemos tenido suerte de haber nacido aquí Y cuanto más viajo, más lo pienso
Abrazote
Viajar es eso también. Apreciar “lo que tenías” si no lo hacías tanto antes. Nosotros nos fuimos “rajando” de España. Hoy en día, valoramos mucho todo lo bueno que tiene. En cualquier caso, el fondo de este artículo es que, para un indonesio/a, probablemente su país sea el mejor lugar del mundo también. Haya viajado o no. Y eso, hay que respetarlo y entenderlo. Lo importante son “las formas”. Cómo se expresa valorar lo que uno conoce y tiene y lo que nos es ajeno y visitamos. Besos!!!
“Lo nuestro” es “lo vuestro” aunque algunos digan lo contrario. El mundo es o debería ser de todos los q vivimos aquí: en el mundo!
Felicidades! Suerte! Y ánimo!
Angela desde Palma de Mallorca
Terrícola
Precioso texto para reflexionar. El día que dejemos todos de mirarnos el ombligo para mirarnos a los ojos y sentir con el corazón viviremos en un mundo más bonito, estemos donde estemos. Al habla una valenciana que adora la paella 😉
Ah, me fascina vuestra filosofía de vida, desde luego unos valientes!
Tendríamos que ser un poco más… respetuosos en general y valorar lo que nos es ajeno. Sin envidias. Pero parece ser algo muy difícil. Algún día.
Bueno, bueno, bueno, Canarias i todas sus islas son preciosas. Las conozco un poquitín, sobre todo Lanzarote. Pero, como vosotros sabéis, (yo que soy del Baix Empordà), en la Península también tenemos sitios idílicos. O sea, que no menospreciando las maravillosas Islas Canarias, tenemos que hacer propaganda de lo más cercano, que por culpa del Covid_19 dichos, se nos están muriendo de hambre los comercios turísticos de aquí.
Un abrazo y gracias por compartir vuestras experiencias.
Jordi
De eso se trata Jordi, de no infravalorar aquello que no conocemos (o acabamos de conocer un rato). En todos los países hay lugares espectaculares, comidas exquisitas y costumbres maravillosas. “Lo nuestro” no es lo mejor. Solo es lo que conocemos desde siempre y “por eso” nos gusta o mejor dicho, nos hace sentir cómodos y seguros. Un abrazo!
Hola…
Buen día !!!!
Me encantó la nota.
Que estemos todos bien
Saludos desde Argentina.
Ana Lia
Que estemos todos bien… en todas partes de mundo 🙂