Eso de “entrar en la mina” atrae y asusta a partes iguales. “Darse un paseo” durante dos horas, no tiene nada que ver con tener que ganarse la vida todos los días ahí dentro.
Que alivio poder ver la luz al final del camino.
Estuve allí hará poco más de un año y sólo con recordar los sonidos de dentro de la mina me han puesto los pelos de punta.
Increíble vídeo, felicidades.
Paula, es curioso que, cuando se esta detrás de la cámara (cual corresponsal de guerra -salvando las distancias-) se piensa menos en el peligro. Luego, se te ponen los pelillos algo más de punta.
3 Comentarios
Puffff, ¡Parece verdaderamente angustioso! y arriesgan su vida a cada rato.
¡Que valentía la suya y la vuestra!
Que alivio poder ver la luz al final del camino.
Estuve allí hará poco más de un año y sólo con recordar los sonidos de dentro de la mina me han puesto los pelos de punta.
Increíble vídeo, felicidades.
Paula, es curioso que, cuando se esta detrás de la cámara (cual corresponsal de guerra -salvando las distancias-) se piensa menos en el peligro. Luego, se te ponen los pelillos algo más de punta.