Te entregas a la cultura

De camino al MoMA, pides un capuccino medium y un increíble apple walnut with cranberries muffin en el Magnolia Bakery que está en el 1240 de la 6ª Avenida. Al primer bocado, y por si acaso, vuelves a entrar y te compras otro para luego. Concretamente, un capuccino chocolate chip (por no mezclar).

El MoMA te deja boquiplático y ojiabierto. No habías mirado qué exhibiciones temporales o permanentes había y la verdad, daba igual. Sencillamente, te ha encantado. Con las mismas expectativas te diriges hacia el Met y, aunque tienes que reconocer que la galería egipcia te impresiona, acabas recurriendo a la galería de arte moderno que te tira más que las muchas salas de vasijas, armaduras, puntas de lanza y monedas. No dudas de su incalculable valor e interés pero, sencillamente, no te llaman tanto la atención. En cualquier caso, hay que ver cómo cansa meterse en dos museos en un solo día. Justo antes de salir,  y como hay wifi, te entra un WhatsApp en el que aquella chica que conociste en New Jersey el primer día te dice que si te apuntas a una fiesta que un amigo suyo hace en Brooklyn. Te tomas un par de minutos para pensarlo y…

 

1- Ni de coña. Prefieres hacer como que no lo has visto. El cansancio es fuerte en ti y mañana quieres ir a lo del gospel y a Central Park.

 

2- Bueno… ¿por qué no? Has venido a jugar. No tienes que quedarte hasta tarde y seguro que mañana te da tiempo a ir a Harlem y Central Park de todas formas.