La primera en la frente…

El pequeño se descentra un poco con el cambio horario y después de un par de avisos, se despierta con toda la fuerza sobre las 6 de la mañana. A eso de las 9 (después de comer y jugar un rato) y cuando ya estáis listos para salir, se duerme unas tres horas y media. Mientras tanto, podéis disfrutar de las vistas…

Hay que cambiar el plan porque la idea es aprovechar la mañana y no llegar muy tarde por la noche. “¿Nos vamos a conocer un poco el barrio?”. Dicho y hecho. A decir verdad, la zona de New Jersey en la que estáis (alrededor de la estación Grove) es bastante bonita. Hay casas muy pintorescas, graffitis, bares… Todo es como muy familiar y hay bastantes niños, lo cual, le da mucha vida y una alegría especial al barrio.

Paseáis de un lado a otro y os topáis con una actuación callejera improvisada que deja al pequeño alucinado. Probablemente, hasta ese momento, lo que más le ha impresiona de Nueva York. Por no estropearlo, estáis casi dos horas allí.

A capela improvisado en Newark Ave. (New Jersey)

Después llegáis a un bonito mirador desde el que se ve Manhattan y encontráis un supermercado que tiene de todo y a buen precio. Mientras tanto, pensáis en el plan del día siguiente…

1- Os levantaréis a la vez que el niño y antes de que se vuelva a dormir, saldréis de casa para subir al Empire State, ir a Bryant Park y luego a Times Square.

 

2- Os levantaréis a la vez que el niño y antes de que se vuelva a dormir, saldréis de casa para ir a la Estatua de la Libertad, al puente de Brooklyn y a la Zona Cero.