Le montas “un pollo” al taxista

Llegas al hotel con un cabreo importante ya que el indio se ha sentido ofendido con tu acusación, se te ha puesto chulo y sospechas que te ha paseado aún más. Encima, ahora la recepcionista no para de hablar por teléfono. Con las ganas que tienes de llegar de una vez y darte una ducha, le pones mala cara haciéndole señas de que ya llevas un rato esperando. Ella cuelga pero se venga de ti haciendo como que no entiende tu inglés de supervivencia. Después de tenerte casi media hora deletreando tu apellido y repitiendo cada frase, te da la llave y subes a tu habitación con un mosqueo que hacía tiempo que no tenías. Una vez allí, resulta que casi no ves las vistas que se supone que ibas a tener porque estás en la segunda planta. Bajas y la chica te dice que como has llegado un poco tarde, es la única habitación que le quedaba libre. Nueva York te está resultando una pesadilla y solo llevas dos horas en la ciudad. Al día siguiente…

 

1- … te levantas con la firme decisión de seguir tu agenda al pie de la letra relacionándote lo menos posible con todo el que te encuentres.

 

2- … te levantas pensando que como no estás en tu país, te va a tocar poner la otra mejilla a ver si cambia la cosa.