Miguel

Llegó el día en el que el couching volvió a nuestras a vidas. Parece que fue ayer cuando Gareth cruzaba el umbral de la puerta para estrenarnos como anfitriones por primera vez, allá por abril del año 2013. Cuantos nervios e incertidumbre teníamos entonces y cómo nos gustó la experiencia de poder viajar desde casa, mientras llegan nuevas aventuras, gracias a las experiencias de otras personas. No puede haber un mejor remedio para paliar el shock cultural inverso que este y lo tuvimos claro: los primeros frutos de las ventas de Segundo (Biografía de un piso) irían a parar a la noble causa de financiar un sofá-cama con ganas de ser estrenado más pronto que tarde. Y así es cómo llegó el sofá-cama y acto seguido su primer inquilino: Miguel. 

Miguel es un mexicano viajero que que no pierde oportunidad de echarse la mochila a la espalda y que va contando todo lo que ve, siente, prueba y oye en su blog. Visto desde fuera se podría decir que todo en la vida le sale bien, pero cuando pasas un rato con él, te das cuenta de dónde le viene esa suerte… Ni más ni menos que de él mismo. Es su forma de entender el mundo la que convierte todo lo que le rodea en algo bueno. Es una de esas personas que saca lo positivo de todo, con ganas, con energía, con buen rollo contagioso.

Su viaje continua hacia la Europa del Este y para muy poco tiempo en casa. Aún así, dejó espacio en su mochila para una botella de un delicioso tequila y una colección de fotos con la que enseñarnos algunos de sus rincones favoritos de México.

Paseamos juntos y le enseñamos en una mañana lo que nos da tiempo de Madrid y mientras tanto hablamos, hablamos, hablamos, hablamos… y no queremos que se vaya. Las despedidas gustan todavía menos cuando es uno el que se queda, pero sabemos que esta vez nos toca a nosotros y que de eso va todo esto. De ir y de venir. De dar y de recibir. De cruzar los dedos para tener la suerte de que los caminos del mundo nos vuelvan a cruzar y nos dejemos contagiar otra vez por el buen rollo de Miguel. Buen viaje amigo.