Hay muchas cosas que Berlín no es…
Berlín no es ni será la ciudad que nunca duerme.
Tampoco es la ciudad con el mejor clima del mundo.
Ni en la que mejor se come.
No… no lo es…
Berlín no es la ciudad más bonita del mundo… ni la más colorida, ni la más divertida.
No es la ciudad más hospitalaria. No es la más monumental. No es la más exótica.
Probablemente… ni siquiera es la ciudad que esperabas.
Berlín “no es nada de eso”… y al mismo tiempo, es todo lo demás.
Berlín es… Es la ciudad en la que se mezclan almas de todas las edades en la terraza de un café. Cualquiera. Sea caro, barato o todo lo contrario… da igual. Es la ciudad en la que vayas como vayas vestido… ya vas bien. O no… ¿A quién le importa?
Es la ciudad en la que no se va a ver ni a ser visto y en la que nadie te mira de arriba a abajo. Es la ciudad de las tiendas raras… donde lo moderno y lo retro no se dan de tortas. Curiosamente, se llevan bien. Muy bien. Es la ciudad donde la historia da lecciones gratis y la humildad abruma fuera de horas. ¿Y tú? Tú coges apuntes con nervios y mala letra. Es la ciudad en la que no te sientes turista… ni viajero… ni… “extranjero”.
Reconócelo… nunca soñaste con una ciudad así con los ojos cerrados… pero sí con los ojos abiertos.
En Berlín…
En Berlín los graffities no se persiguen con multas… sino con cámaras. De las caras…
En Berlín siempre es buen momento para tomar solo un café… aunque sea la hora de comer.
En Berlín no tienes complejos (ninguno) porque la ciudad, tampoco los tiene (acabáramos).
En Berlín las sonrisas viajan en bici a cualquier hora del día y de la noche. Con frío extremo, frío a secas o semicalor no húmedo.
A Berlín…
A Berlín vas para ver el Reichstag, el Check Point Charlie, el East Side Gallery, el Monumento al Holocausto, la Puerta de Brandemburgo, la Iglesia Memorial Kaise Wilhelm, el Reloj de Alexanderplatz, el Tiergarten, la Isla de los Museos, el Hamburgerbanhof, los pintorescos barrios de Kreuzberg, Friedrichshain y Prenzauer Berg, las calles Augustrasse, Oranienburgerstrasse y Kastanienalle, Savigny Platz, Postdamer Platz, Bebelplatz, el Hackescher Market, el Tacheless, Charlottenburgo, la torre Kaiser-Wilhelm… Vas para ver todo eso y vuelves una y otra vez porque, sencillamente… allí te sientes bien.
Berlín, Berlín, Berlín…
Berlín es la ciudad que no puede decir que es la más y mejor en nada, pero es la única que puede decir que sí… que allí te gustaría vivir.
Es la única que puede presumir de ser la favorita de mucha gente para… “estar”. La única que se sabe diferente. Sea lo que sea que tenga de especial que, por cierto, no sabes muy bien lo que es… pero engancha.
No todas las ciudades pueden decir lo mismo.
7 Comentarios
Genial tu post, vivo desde hace 4 anos en Berlin y has captado la esencia de la ciudad a la perfección :-). Sin embargo una vez vives aquí y si ya tienes cierta edad te darás cuenta que el turismo low cost está cambiando la esencia de muchos barrios de ciudades populares. Para aquellos que quieran venir, mediten bien dónde se hospedan ya que a lo mejor ese apartamento tan chulo de Kreuzberg o Prenzlauer Berg fue antes un piso de alquiler de una familia trabajadora. Una “Ferienwohnung” legal no tendrá problema alguno para emitir una factura a sus clientes. Ayudemos a la economía local, sin su gente los barrios pierden el alma…
La verdad es que sí, la Berlín de ahora es muy diferente a la primera que me encontré. Ha cambiado. A todas las ciudades le pasa. Mira Barcelona sin ir más lejos. También noté un cambio atroz en Praga. Yo viví allí hace 14 años. Estuve de nuevo hace tres meses y casi lloro. Este post de Berlín es de hace casi dos años y hace un par de meses escribí otro que toca un poco por encima (muy poco) ese cambio. Aquí te lo dejo: https://algoquerecordar.com/escapadas-ciudades-europeas-sachsenhausen/ Me encantaría que Berlín fuese de nuevo “como antes”, pero… el turismo trae consigo esta serie de transformaciones que, en otros lugares, es mucho más traumático. En fin…
Gracias por éste homenaje a la ciudad de mi origen! – Berlin por cierto tiene de todo, de lo bello y lo féo, pero sobre todo siempre se sabe vivir y sobre-vivir. Cuando llegué a vivir en la parte occidental de Alemania a los 5 anos (en 1954) todo el mundo me parecía aburrido, lento y superficial. Gracias por haber aprendido a hablar y pensar en Berlin (!) y éso no se pierde nunca (hablan más de prisa – como en Madrid 😉 ). Creo que ésta ciudad respira historia, historia reciente y hasta el presente, tiene fuerza y coraje y así en total – es algo único – no?
Cachis, me dais muchas ganas de ir… He estado en Hamburgo, Munich, Kiel, Düsseldorf, Lübeck, … pero nunca en Berlin ! A ver si a la próxima… 😀
Bufff Germán… tienes a Berlín acorralado… rodeado… arrinconado! Muy curioso, la verdad. Anímate!!! 😉
Me dieron ganas de ir ahora!
Adelante entonces!