Presupuesto diario en Bolivia

Si te has preguntado cuál es el presupuesto diario viajando por Bolivia en plan mochilero (sin sufrir, aunque sin lujos), aquí va un artículo lleno de consejos con el que te vas a hacer una idea.

Actualizado 11/03/18

Bolivia no es el “rollito de una noche”. Bolivia requiere su tiempo y los motivos no son únicamente la altura. Hacen falta más de 2 segundos para conseguir iniciar una conversación con un boliviano, más de 2 días para aprender a mascar coca y más de dos semanas para empezar a conocer y digerir un poquito de su historia. Hace falta tiempo para hacerse a ella, aprender a “respirarla” y amarla.

Parece increíble que a dos países que comparten frontera (Paraguay y Bolivia) les encuentres tan pocas similitudes. Después del intenso “calor” de Paraguay el cambio de tercio ha sido fuerte. Te ha costado asumir que aquí eres más espectador que participante y hasta que no lo has hecho no has conseguido disfrutar realmente de Bolivia. Tu visita se ha centrado en la parte más occidental y altiplánica dejando la zona oriental (más húmeda y calurosa) para otro momento. Eres tú mismo el que con esta decisión ha buscado el contraste con lo visto hasta ahora… y el que busca, encuentra.

Bolivia cuenta con grandes riquezas naturales y sin embargo, ironías de la vida, es un país muy pobre económicamente. Su escasa apertura a los mercados internacionales hasta hace muy poco, la han mantenido al margen de las crisis internacionales, aunque dentro tiene lo suyo. Actualmente se encuentra en un momento de transiciones: nuevas leyes, implantación del sistema de impuestos, exportaciones… Grandes cambios y movilizaciones sociales. La ebullición que se vive en las universidades, en las cooperativas, en los medios de comunicación y en las calles lo convierten en un lugar muy interesante. En Bolivia están pasando muchas cosas ahora mismo y según a quien le preguntes, te dirá que son “buenas” o “malas”.

El país de las alturas, de los volcanes, de los vendedores de remedios que todo lo curan. De las alpacas, las llamas, la chicha blanca, las cholitas y la artesanía que tienta hasta a los viajeros con menos presupuesto. Bolivia tiene una personalidad e identidad propia. No se parece a nada de lo que has visto antes y eso exige más por tu parte.

La gente

Conviven 4 idiomas oficiales: quechua, guaraní, aimara y español además de otras 60 lenguas y dialectos (de las cuales 36 están reconocidas en la Constitución). En algunos lugares, el español no es suficiente para hacerse entender. A esto se suma que no todo el mundo está acostumbrado a tratar con extranjeros y existe una timidez generalizada al respecto. Los rasgos físicos y psíquicos de los runasimi (hombres y mujeres andinos) son únicos, a lo que se suma su colorida vestimenta tradicional que con sus fuertes colores, tiñe todo de una enorme plasticidad. Un imán y un reto para fotógrafos dispuestos a luchar contra esa timidez.

Son tímidos, sí, o al menos así los percibiste, pero también son tremendamente honrados. Rara vez encuentras dobles precios. Rara vez notas que alguien se quiere aprovechar de tu condición de desconocimiento y eso es de agradecer.

La mezcla del catolicismo con las anteriores creencias da como resultado lo que se conoce como sincretismo (tanto en el arte como en la religión). Una fusión de creencias católicas que conviven con el culto a otras deidades naturales como la pachamama (madre Tierra), el agua, el sol, las montañas… De este sincretismo surgen representaciones tan curiosas como cuadros con apóstoles mascando coca.

La comida

Los mercados son los lugares donde se come más barato gracias a los almuerzos: caldos o sopa de entrante + un plato principal de carne o trucha, con arroz, maíz, ensalada y/o papas (de todos los colores y tamaños) + un vaso de zumo.

Sobresalen la quinua, ese cereal que la NASA utiliza para alimentar a los astronautas por sus altas propiedades nutritivas y que es el orgullo nacional, seguido de la coca a la que se le atribuyen beneficios no solo relacionados con la altura y las llamas y alpacas, tanto por su carne como por su lana.

En los puestos callejeros se pueden encontrar salchipapas, pique macho, empanadas, tucumanas, tortilla, papas rellenas, silpanchos, chicharrónes, majaritos (arroz con pollo), cuñapés (masitas con queso, mandioca y huevo), pacumutos (brochetas), quesos artesanos y para los amantes del dulce gelatinas de todos los colores y merengues o cremas.

También son comunes las mesas de zumos. Zumo de manzana caliente con quinua para desayunar, chicha blanca y mocochinchi con un melocotón al fondo que también se come.

Los transportes y los accesos

La orografía de Bolivia no facilita el tema de los accesos especialmente en los núcleos urbanos. Así entiendes por qué las mujeres prefieren llevar sus bebés colgados de la espalda que en un carrito.

Los autobuses de largo recorrido no son muy caros y se convierten en tu medio de transporte habitual para cambiarte de ciudad, si los cortes mineros y los desprendimientos de tierra lo permiten.

Tu otro aliado para hacer frente a las tremendas cuestas, son las mini van. Lo de “mini” no es casual. En cada una de ellas caben unas 15 personas sentadas (solo los niños entran de pie) contando con el conductor y el cobrador o cobradora+bebé. Este “ayudante”, se encarga también de abrir y cerrar la puerta corredera a toda velocidad, de avisar al conductor cuando alguno de los pasajeros da la voz de PARE y de gritar por la ventanilla el destino final para “conseguir adeptos a la causa”.