Del 6 al 10 de junio // Temperatura: 25º // Humedad, sol, sol y más sol
Sales de la selva, de la sierra, de los montes y de los pueblecitos pintorescos… Has llegado a Guayaquil, una ciudad en toda regla. Te has pasado toda la vida siendo una rata de asfalto y curiosamente ahora las grandes ciudades te dan un poco de pereza. Sí, es cierto, en las ciudades los cajeros no se quedan sin efectivo, hay de todo o casi todo… te cruzas con personas de muchas partes del mundo, suele haber actividades culturales… Pero sabes que la vida en la ciudad de cara a los que llegan de fuera tiene menos “calorcito” y a estas alturas del viaje, el “calorcito” (de todo tipo) te hace cada vez más falta.
Dicen los grandes viajeros que la ruta te da todo lo que necesitas para vivir, que no hay más que ponerse a buscar algo para que automáticamente se cruce contigo en tu camino y en Guayaquil tú buscabas esas pequeñas cosas que marcan la diferencia entre unos lugares y otros. No son cosas racionales, no se trata de una arquitectura más bonita o unos mejores museos. Son más bien pequeños detalles que hacen que te lleves un mapa de sensaciones positivo o negativo de cada lugar. Cómo se ha portado contigo la gente, a qué sabe el café, cómo huele la ciudad, qué sonidos escuchas por las calles… Esa energía que no se puede explicar pero que percibes cuando cambias de sitio y que puede hacer que te quedes atrapado muchos más días de los que tenías previstos o que te escabullas escurridizamente poniendo pies y mochila en polvorosa a la primera de cambio.
La idea que te llevas de Guayaquil viene de la mano de tus ángeles de la guarda y sus familias que van a hacer que cada día te vayas a dormir con una dosis considerable de mimos diarios. Pero también los deliciosos postres y cafés de Sweet and Coffee, la hermana melliza guapa (que no gemela) del Starbucks con mejor café y mejores precios. Los yogures de frutas naturales y los panes de yuca (todo un descubrimiento que te ha recordado a las chipas paraguayas).
El Parque de las Iguanas te tuvo varias horas muertas observando a los niños jugar con las más de 200 iguanas de todos los tamaños que hay sueltas moviéndose por allí. Libres, sin rejas y sin que a nadie le suponga ningún problema que los niños les cojan la cola y las lleven de paseo como si fueran su juguete. Te alucinó ir a los jardines de la Universidad ESPOL, donde viven 5 tortugas gigantes que son el orgullo de la facultad (una opción gratuita para todos aquellos viajeros que no podemos permitirnos el paso por las islas Galápagos).
Te gustaron las casas de colores de las Peñas, salpicando el Cerro Santa ana Antiguo y la escalinata que te lleva hasta el faro. Te llamó la atención la frenética actividad durante un paseo entre la multitud de todos los “colores y sabores” que se dirige el fin de semana al malecón Simón Bolívar (recientemente remodelado por el ayuntamiento con la ayuda de donaciones de ciudadanos particulares)…
… y la increíble historia del timo de la Torre del Reloj de la mano del “Cuentero de Muisne”, un famoso estafador ecuatoriano que consiguió vender dicha torre a una pareja europea.
Todas tus visitas están bañadas por el sol y la humedad de una ciudad que está prácticamente a la altura del mar y mientras saboreas un encebollado (sopa de pescado) piensas en lo a gusto que has estado en esta ciudad y la gran dosis de razón que tienen los grandes viajeros.
Calor necesitabas y calor es lo que te ha dado Guayaquil.
10 Comentarios
El video esta genial!! refleja lo que han vivido ahí, su gente!!!! cálida y llena de vida, de amor a la vida!!!
Felicitaciones otra vez por este hermoso viaje que nos hacen vivir junto con ustedes.
Gracias Bertha. Cada vez que lo miro encuentro algún nuevo detallito que antes se me había pasado con alguna de las cosas que vimos por allí… algún cartel, la ropa de alguno de los personajes tan de verdad…definitivamente me encanta!
Voy a Guayaquil en unas semanas, a ver qué me depara a mí! =) Besos!
En unas semanas… acuérdate de ponerte ciega a yogures de frutas y panes de yuca. Te hemos dejado la ciudad lista para ti. No hemos desordenado casi nada! 😉 Que la disfrutes!
Este clip me hizo la mañana, me puse a bailar en plena redacción, con los auriculares puestos… la gente dice que estoy loca, pienso que estoy viva!! =) Ah, me encanta que todavía tengan tan presente a Paraguay. Les queremos… y mucho!
La canción nos la pasó una chica de la ciudad y ahora no hay quien se la saque de la cabeza. El videoclip refrescó muchos de los lugares en los que estuvimos, el tipo de personas que vimos por la calle y con las que compartimos cosas, las horas en los autobuses… Coincide en gran medida con el Guayaquil que hemos conocido nosotros. Lo pusimos por eso y porque no hay quien se resista a empezar a bailar! Ya veo que ni si quiera en una redacción! La próxima vez que nos veamos hay que echarse unos bailecitos de locas… digo de vivas! No se nos olvidan paraguayitos queridos. No es así la vida 😉
A veces es necesario ver tu cuidad desde otro punto de vista para recordar lo hermosa que es.
Gracias!
Lo más encantador de los lugares son las personas y en Guayaquil nos han tratado con mucho cariño. La ciudad es bonita pero su gente más.
Guayaquil. Dice Artieda que la ciudad es una viuda guáchara. Pero la Rocola dice que aquí todas las penas se van al nivel del mar… Y es un poco una mezcla de sabores. Una ciudad cocinada a punta de cerveza, música estruendosa, asfalto roto y calor infernal. Es que Guayaquil City va a reventar! 🙂
Al lado del río… no se siente el frío…lalalalaaaaaaa. Me enamoraron los Bacalaos. Ahora no puedo parar de escucharla!