Del 7 al 16 de febrero // Temperatura 20º // Lluvia, viento y un sol tímido, tímido que siempre te pilla “en casa”.

Después de siete meses viviendo en una película en versión original sin subtítulos… necesitabas cuarto y mitad de castellano. Hasta entonces, las conversaciones que te rodeaban formaban una especie de banda sonora inapreciable… un “run-run” de fondo que te aislaba con suma facilidad. Nada más poner el pie en el aeropuerto de Buenos Aires, las conversaciones ajenas que se producen a tu alrededor se convierten en mini episodios voayeur sonoros imposibles de evitar… “¿viste?… shya llegué”… “¿el vuelo? bárbaro”… “dale, andáte para acá”.

Tenías muchas ganas de llegar a América del Sur, no lo puedes negar. Aquí te entienden bien… y no sólo por el idioma. Además del “spanish”… necesitabas un poco de… “sabor”. Y aquí, te vas a poner las botas. Ya estás pensando en las empanadas, el asado, las facturas, la pasta, el vino, el helado…

Como ya habías estado en Buenos Aires anteriormente, decides hacer un pequeño tour express por las típicas zonas “que hay que ver” y fotografiar… para recordar y contar y bla, bla, bla. En fin, que vas a Palermo, al Obelisco, a Puerto Madero…

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Te paseas entre los colores del barrio de Boca y tpierdes entre los tesoros que buscan una vida mejor del Mercado de San Telmo…

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… y pasas por delante de la Casa Rosada. Cómo te recuerda Buenos Aires a Europa. Una vez hechas “las visitas de rigor”, tienes por delante una semana para vivir la ciudad. Para saborearla. Para ser uno más. Para ello, has ideado un pequeño experimento al que has decidido llamar: “tú, tu rincón favorito y nosotros” (vaaaaaaale, no es un título excesivamente evocador, pero sí bastante explícito). Estando en Dubai, te pusiste en contacto con algunas de las personas que te escribieron a raíz de ver el corto o de leer el blog y les propusiste quedar para que te enseñaran ese sitio de Buenos Aires menos típico… menos turístico… más inaccesible para todo “el que está de paso”. Quieres conocer ese sitio al que siempre vuelven porque un día, ocurrió algo allí. Quieres que te cuenten porqué es especial. Conocer ese “algo” que les marcó. Ese “algo” que les une a ese lugar… Ese “algo que recordar”. Acabas de inventar… (redoble)… el vouyerismo mochilero bloguero inverso.

NATY

Esta contable de 30 años y percusionista a “ratos ganados”, lleva una viajera dentro que dejó salir durante un mes a Tailandia. En el horizonte, tiene en mente volver a perderse por ahí… esta vez, durante más tiempo. Todo el que pueda. Quedas con ella al salir del trabajo. Os saludáis algo dubitativos. Estáis nerviosos. Como si se tratara (que lo es) de vuestra primera vez. La inicial timidez de Naty saca a jugar su mirada nerviosa, a veces perdida… sus tatuajes y piercings hablan por ella. Pero sobre todo, te muestra su amplia sonrisa escondida. Intensa. Sincera. De primero, Naty te ha preparado una visita en directo al centro cultural Konex para ver la actuación del grupo de percusión por señas La Bomba del Tiempo. Allí se suman al experimento varios amigos con los que compartir cervezas y convulsiones. De segundo, Naty te cuenta que el Konex es “especialmente especial” porque allí conoció a su pareja. ¿Cómo no va a querer volver una y otra vez? De postre, os vais todos a comer choripan a los carritos clandestinos de la costanera de Puerto Madero. A las 03:00 se te cae el zapato de cristal y os despedís rápido… sin dolor. Por unas horas, eres uno más. hHas sentido que salías con tus amigos de varios años. Que eras argentino. Que estabas como en casa. ¿Quién le hace el regalo a quién?

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VIVIANA

Viviana te lleva con su novio Marcelo a Tigre, una ciudad a 30 km. de Buenos Aires cuyo nombre (según cuenta la leyenda), viene de la presencia de un yaguareté (jaguar) que merodeaba por la zona causando daños varios. Paseais como poseidos por dos viejecitas que hace 40 años que no se ven. Hablando sin parar. De lo pasado y de lo futuro. De los nervios. De las esperas… Del vértigo. Bajo un intenso y castigador sol, ponéis a prueba vuestra sed y vuestra hambre hasta el Museo de Arte y dais media vuelta. Viviana es una soñadora. O al menos, eso te parece. Una soñadora con los pies en el suelo. Es decir… de esas personas que antes o después, ven sus sueños cumplidos. Nos cuenta emocionada que Tigre es un lugar muy importante en su vida porque era el sitio donde se evadía de los “momentos de incomprensión” cuando decidió irse de casa. Además, sería allí donde empezarían sus primeros paseos con Marcelo. Donde las conversaciones para impresionar dejan paso a las miradas. Donde un aparentemente casual roce, te pone los pelos de punta. Milanesa mediante, te cuentan que las ganas de emprender un viaje largo son intensas en ellos. Cuando te dicen que sólo les falta encontrar el momento y tomar la decisión, les dices (como si de un maestro Jedi “te retratases”) que el orden para hacerlo… normalmente es al revés.

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LAURA

Nuestra “cita a ciegas” con Laura y su amiga Sandra, tiene lugar en la librería Ateneo. Aunque tú ya tienes experiencia en esto de “los rincones favoritos”… sigues en clara desventaja. De alguna manera, te conocen. Y mucho. Saben de dónde vienes… cómo piensas… a dónde vas… Tú, te encuentras con dos sonrientes desconocidas que quieres conocer en sólo dos horas. Quieres “la historia que hay detrás” de esas caras. Colombianas y residentes en Buenos Aires, están continuamente pensando en nuevos destinos para viajar. Ahora mismo están aquí, pero no dudarían en irse a otro lado mañana mismo. Resueltas, decididas, independientes… son dos mujeres que desprenden mucha fuerza. Laura le tiene especial cariño a este increíble lugar en el que la sabiduría y los sueños huelen a papel porque allí se iba a devorar historias cuando era una recién llegada a la ciudad. Para celebrar el encuentro, te vas a un bar en el que se bebe mate y que, misteriosamente, mutan para convertirse en cervezas. Como si de una orgía se tratara, “se apuntan” más amigos de tus amigas que ahora… también lo son tuyos. Qué fácil es todo en el fondo cuando nos quitamos “los cascos”… ¿no? ¿Por qué nos esforzamos tanto en complicarlo a veces?

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El resto de días haces otras cosas que, de tan mundanas… no interesa ponerlas aquí, pero que te han sentado muuuuuuuy bien. Buenos Aires ha sido una bocanada de aire fresco para ti. Te has dejado llevar. Sin prisa. Sin presión. Sin “tengo qué”. Es, probablemente, la ciudad en la que más tiempo has estado durante el viaje… por algo será. Esto que has hecho de los “rincones secretos” te ha servido para varias cosas. La primera… mezclarte. Conocer otra forma de vivir Buenos Aires: desde dentro. Como si llevaras allí toda la vida. La segunda, para ponerle cara a alguno de esos viajeros en potencia que resulta que sí… que están al otro lado de la pantalla. Que no es “una ilusión”… ¡Existen! Has podido conocer a esas personas (su vida y secretos) que cuando llegan al trabajo se preparan un café y se sientan delante del ordenador para leer alguna de las tonterías (que no lo son tanto) que escribes con la mejor de las intenciones. Tú les llevas de viaje contigo… ellos… ellos te ayudan a seguir.

3 Comentarios

  1. No sé si usted llegaron a conocer viajeros.com. Era una comunidad de viajes de habla hispana donde uno podía escribir sus relatos de viajes pero lo que más me gustaba, podía encontrar otros viajeros dispuestos a mostrarte su ciudad.
    Hace unos días me dí con la sorpresa que viajeros.com sólo es un mensaje de error en mi buscador. Los viajes los hace la gente que uno conoce en ellos y no tanto los mismos lugares.

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