Del 2 al 6 de julio de 2013 // Temperatura: 33º-27º // Soleado… en exceso.

No me gustan los pekineses. Nunca me han gustado. Te cruzas con uno por la calle… con su cara de enfado… todo pequeño y feo y no sé, como que no. Probablemente se deba a que nunca tuve uno, o porque siempre me han tirado más el cocker spaniel y el setter irlandés. “Marcas” mucho más plásticas y gráciles que camuflan así su marcado carácter caótico e inquieto… pero que son más “de presumir” que es lo que importa, no? Algo parecido nos ha pasado con los “beijingeses”. Cuando vas con unas expectativas concretas a un sitio, sea del tipo que sean, se suele producir la reacción contraria. A día de hoy, podemos decir sin miedo a equivocarnos que: los chinos “de los chinos” no son los chinos de China. Al menos (y para nosotros), no los de Beijing.

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Una ciudad cuadriculadamente amable, atenta 24 horas y exquisitamente ordenada que nos ha dado la bienvenida a un país que en principio, no nos convencía mucho. O mejor dicho… que nos tiraba para atrás por “el qué decían”. Cierto es que cada viaje es diferente y que el sabor final de esos viajes sale de los ingredientes que “te tocan” (en nuestro caso: buen tiempo y una tormenta el día anterior a nuestra llegada que limpió la ciudad de polución a niveles de récord), los que te encuentras (buenas experiencias, gente que quiso ayudarnos en todo momento aún sin preguntar, buena comida y sonrisas en todas direcciones) y los que te buscas tú (ninguna prisa, cierta ansiedad por empezar el viaje y un gran couch que nos suavizó mucho la “descompresión” para empezar a entender un país tan diferente y a sus gentes).

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Entonces… ahí vas tú, con tus aires de grandeza en crisis… sin muchas ganas de China y… te comes tus palabras una a una y de paso, todo lo que te encuentras en los diferentes puestos callejeros y que huele tan bien. Andas sin importarte las distancias (ni tus piernas) atento a lo que habrá más allá. Después de la siguiente esquina. Te dejas perder tras las sonrisas de vuelta y sin franqueo. Te asombran las manifestaciones de sombrillas púrpura con bordados, beige con perlas y verdes con ribetes… Te hipnotizan los vestidos vintage, las barrigas “a la fresca” marcando abdominal, las siestas improvisadas sobre carros, cajas, motos… Te sorprenden los baños en el lago, las partidas de cartas en medio de la calle, de badmigton en los parques… Entonces, cuando te arrepientes de haber traído en la mochila tantos infundados prejuicios, te asalta uno de los dos mágicos pensamientos que sacuden de vez en cuando al viajero: “podría vivir aquí” o “me gustaría volver algún día”. Es ahí, cuando más en evidencia te quedas. Sencillamente… Beijing, te ha puesto en tu sitio. Sin una sonrisa más grande que otra. Sin un noodle más picante que un dimsun.

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Hablar de la Muralla China, la Ciudad Prohibida, el Palacio de Verano, el Templo del Cielo… sobra. Está todo dicho… Son impresionantes (más aún al verlos). Pero más impresionante ha sido empezar un viaje como este, rodeados de “pekineses”, que nos han hecho sentir muy bien… y muy mal al oler nuestros propios prejuicios bañados en “todo-aun-eulo”. Así empieza la limpieza… con un bofetón en toda la cara nada más empezar. Ahora, queremos mucha más China: picada, troceada, rebozada, en cucurucho, en brocheta… da igual. Gracias Beijing por darnos nuestra primera lección en este viaje… hasta pronto! Hola Shanghai!

Eso sí… antes de concluir, me gustaría hacer un llamamiento que considero muy importante desde aquí y en este preciso instante: “chinos de Beijing… sois muy amables, simpáticos y atentos (acompañar esta parte de la frase con dos sentidos golpes en el pecho) pero… si alguien os pregunta cómo se va a algún lado y no sabéis la respuesta… no hace falta que os la inventéis por el mero hecho de querer ayudar… gracias”

5 Comentarios

  1. Buenas chicos!!
    Acabo de descubrir vuestra web y la verdad que me gusta mucho vuestros posts!!
    Nosotros estamos cerca de emprender un viaje largo el cual empezará por Beijing, como vosotros y nos surge una pregunta de novatos en Coachsurfing, ¿cómo elegís a vuestros hosts en CS?¿Creais un viaje público o buscáis perfiles que os resulte interesantes y solicitáis alojamiento?
    Muchas gracias de antemano por vuestra ayuda y seguid así!

    • Hola pareja! Ante todo, felicidades por vuestro viaje. Disfrutadlo a tope! En cuanto al CS, nosotros solemos buscar perfiles con los que pensamos que va a haber más feeling: intereses, gustos personales, países visitados… Todas las experiencias han sido positivas, pero puede que haya sido sólo casualidad y que valga cualquier método

      • Muchas gracias por la respuesta!! Así lo haremos 🙂
        Os deseo muchas vueltas por el mundo! Suerte y gracias por toda la info que facilitáis a la comunidad viajera!!

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