Si en Japón no paraste de ver cosas raras hasta el punto de hacer una lista y bautizarla con el nombre de “japofrismos”, en China no te queda otro remedio que hacer una secuela. 

Definamos a los chinifrismos como costumbres, situaciones o elementos varios que, aun pudiendo parecer muy normales, para ti no lo son tanto (y fuera del “contexto China”, ni te cuento).

  • Puesta en escena: importa más el packaging que lo que te vas a comer. Hay un universo infinito de posibilidades: un trozo de mango puede ser muy barato pero, si lo trocean, lo ponen en un vaso sobre zumo y en la separación meten hielo y le echan agua para que salga humo con el que poder molar, la cosa cambia; conos de cartón con forma de osito y de los que cuelga un mini-surtido de salsas para comer patatas fritas; “bolsas de suero” para poder beber zumos…

  • Aireando los bajos: niños y niñas entre un año y tres, que campan a sus anchas por el mundo con unos pantalones con vía de evacuación express. Sin duda, un gran ahorro en pañales. 

  • Karaoke individual: cabinas unipersonales o, como mucho para dos, que te puedes encontrar en medio del pasillo de cualquier mall. Se trata de una especie de punto de salvamento por si tienes unas ganas locas de cantar y no llegas a un karaoke “de verdad”. 
  • Siestas espontáneas: como nunca sabes cuando te pueden entrar ganas de echar una cabezadita, cualquier lugar y momento del día es bueno para ello. 

  • Por la calle como en casa: cruzarte con alguien por el centro de Shanghai en pantuflas y pijama, no es nada extraño. Comodidad ante todo.

  • Las motos, fuente de inspiración: además de circular por la acera a toda velocidad, no respetar los semáforos o poder ver cómo las suben en el ascensor hasta casa, llama la atención que a pesar de que ya no haga un frío polar sino todo lo contrario, mucha gente mantenga las protecciones de bonitos estampados externos con interores tapizados en auténtica y calentita piel de teleñeco. Además, hay que destacar que no quiten el papel burbuja que venía protegiendo los embellecedores al más puro estilo “me compro una tele de plasma y no le quito la pegatina en la que pone que tiene 50 pulgadas y wi-fi”. Conductor doblemente protegido. Moto doblemente estética. 

  • Intentar hacer cola con toda tu buena intención y que no te salga: hace tres años vimos cómo casi nadie esperaba turno y la gente se colaba sin ningún pudor. Hemos dado un gran paso ya que ahora sí se hacen colas pero, en el último momento, normalmente “sale el chino que todos llevamos dentro” y se nos van los pies. 
  • Arengando de buena mañana: da igual en qué trabajes, el honor de hacerlo bien está por encima de todo. Una buena dosis de inspiración matutina por parte de tus jefes nunca está de más.

  • El selfie: los chinos son auténticos fans de este noble arte. Cualquier momento es bueno: comiendo, andando, en un ascensor… Da igual que tengas al lado el Bund, las cataratas del Niagara o dos gorilas apareándose. Lo importante eres tú, tú y solo tú.

  • Lo cool y lo mundano se dan la mano: en pocos sitios como en China, estos dos mundos están más cerca. Puerta con puerta. Como si nada. Por si en el último momento, te arrepientes de querer autenticidad y prefieres algo más puesto (o viceversa).

  • Cero miramientos con los derechos de imagen: si alguna vez te ha dado algo de reparo hacer un robado, en China se te va a quitar el complejo. Hacerle una foto a alguien sin preguntar es de lo más normal. Que tú estás con tu novia en una especie de sesión privada e íntima… no importa, probablemente se convertirá en orgía en breve.

  • Discusiones subidas de tono: contrariamente a lo que ocurre en muchos países asiáticos en los que no enfrentarse o discutir en público es casi una obligación, los chinos (a pesar de lo cariñosos y majos que son) no tienen ningún reparo en montar el pollo a plena luz del día.

  • Barrigas al aire: si el calor aprieta, es más que normal ver como ellos se arremangan las camiseta por encima de la tripa para combatir las altas temperaturas.

  • Actividad física de buena mañana: sin duda es una buena forma de empezar el día. Darse golpes en la espalda y barriga, gritar al infinito o mover brazos y piernas sin sentido, son algunos de los ejercicios que puedes ver a lo largo del Bund. Un seguro para llegar a los 106 años.

Estas son solo algunas de las perlas que te puedes encontrar un día cualquiera paseando por Shanghai. Costumbres en forma de regalos para la retina que te arrancan una sonrisa y te hacen pensar en si tú serías capaz de llevarlas a cabo como si nada, día tras día.


Este post forma parte de nuestro primer viaje en familia de 9 meses llamado chincheta trip. Si quieres leer otros artículos de la serie haz clic aquí.


 

 

 

15 Comentarios

  1. Jajajajaja me tengo que reir! Porqué últimamente en viaje he tenido mucho contacto con ellos y es que lo explicáis y resumiis muy bien!

    Peeeeeero he de decir, que el momento “selfie” que no es selfie sino selfies porque los hacen de 10 en 10 mínimo… Ocupando todo el espacio principal del monumento, paisaje o cosa a contemplar, o moverse a un lado, adelante o atrás sin importar el empujón o el pisotón… malísima, me ponen malísima!!!! Muuucho mejor tomarlo con humor, aunque a veces cueste!! Gracias por recordármelo!!! 🙂

    • En verdad son curiosas las culturas y las diferencias en las tradiciones y las cosas que hacemos normalmente y vemos tan raras en otros que no sean iguales a las nuestras. Me parece que hay unas muy buenas en este post. Seguro que vivirlo es una experiencia increíble. saludos desde Venezuela.

      • Hola Rizog. La verdad es que las diferencias culturales son uno de los principales motivos que nos empuja a conocer el mundo. Que aburrido sería que todos nos comportáramos exactamente igual o que creyéramos en las mismas cosas. ¡Otro abrazo grande y ya sabes donde encontrarnos siempre que quieras!

    • Los chinos son una fuente antropológica de “emociones fuertes”. Lo vas a disfrutar seguro.

  2. Hola de nuevo familia!!! Me hace mucha ilusión escribiros este comentario porque en estos días estando en Islandia no puedo conectarme excepto si hay wiffi en el camping (como ahora).
    Resulta que los últimos 3 post que publicasteis no los había leido y lo que me gustó fue escucharlos. Me explico:
    Mi amiga en su aburrimiento de copiloto quiso ponerse a leer algo interesante como ya venia haciendo durante estos 10 días de viaje y de golpe y porrazo me pregunta… ¿como era el blog que sigues? Algo que recordar! Y así a sido, se puso a leer en voz alta vuestros ultimos post y no solo me puse al dia sino que me gusto la experiencia de escucharlos narrados jajja

    Blibli blabla y foto (me la muestra) blibli blabla y foto.

    Fue muy buen entretenimiento para el ratazo de coche que nos pegamos cada dos por tres jiji

    Me alegra ver que todo bien! Un abrazo y animos!

    • Hombre Daniel. Ya te estábamos echando de menos por aquí. Te hacíamos rumbo a tu nuevo destino de trabajo pero ya vemos que estabas todavía mejor. ¡Nada menos que en Islandia! Antes de empezar el chincheta trip estuvimos mirando con la idea de darnos un salto por allí pero todavía lo tenemos pendiente. Dale las gracias de nuestra parte a la nueva locutora de algo que recordar. ¡Otro abrazo grande!

  3. Como molan est@s txinik@s (:
    Así que les gusta el karaoke!!! Para tanto como para tener cabinas por ahí para meterse en cualquier momento a darle!!! Me encantan!!!

    • El año pasado estando en Japón, nos quedamos a dormir unos días en un hotel que no estaba nada mal porque necesitábamos un buen wifi para trabajar. El caso es que nos daba vergüenza subir comida a la habitación y la íbamos metiendo disimuladamente, tratando de no llamar mucho la atención. De repente, se abre el ascensor y se montan 4 chinos cargados de bolsas de comida para subir a la habitación, nos miran y se parten. Siempre consiguen sacarnos una sonrisa 🙂 Son lo más.

    • La siesta en China es sagrada. Tanto, que si una empresa no permite que sus trabajadores se echen una cabezadita encima de las mesas después de comer o a media mañana se les considera unos explotadores. El “pantañal” (como dicen los chicos de Mochileando por el Mundo) es lo máximo.

  4. Jajajajaja!! Las bolsas de suero, supongo que de esa forma logran que te sientas “como en el hospital”… Y el tema de las camisetas arremangadas, nunca he entendido por qué no se las quitan del todo!

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