Vaya por delante que es imposible transmitir lo vivido en un viaje de 9 meses (por Tokio, Shanghai, Nueva York, París, Colombia, Sudáfrica y Argentina) en solo 35 fotos… pero lo vamos a intentar.

Hemos querido resumir lo que ha sido el #chinchetaTrip de principio a fin en imágenes. Evidentemente, hay muchos otros momentos que nos hemos dejado fuera por diferentes motivos. Aquí van 35 de esos instantes que, para nosotros, cuentan bastante bien nuestro primer viaje en familia (sin que se convierta en un álbum de fotos de familia insufrible).

1- Puerta de entrada al Santuario Meiji en el Parque Yoyogi (Tokio)

Un nuevo punto de vista llega a nuestras vidas y nuestros viajes. ¿Cómo será Tokio para un bebé de 5 meses? Desde un punto de vista tirando a contrapicado, empezaba el #chinchetaTrip. Con muchas dudas, con toda la curiosidad por saber cómo sería eso de viajar en familia por el mundo y con ganas infinitas de regalarle el mundo al tercer viajero.

2- Fuentes infantiles del Tokio Dome

Atrapados delante de aquellos niños que jugaban bajo aquella nebulizada alegría contenida. Disparando a quemarropa con un ojo y alucinando con el otro. Nada más empezar, aprendimos que el #chinchetaTrip iba a ser totalmente diferente a la vuelta al mundo y al #massalaHDtrip. No solo empezaríamos a derrochar tiempo en sitios que hasta ahora no nos habían llamado la atención, si no que íbamos a buscarlos por encima de nuestros intereses. En nuestra cabeza, cada día que pasaba se alejaba más el modo viajero mochilero, para cederle todo el protagonismo al viaje en familia.

3- En algún restaurante de Ueno (Tokio)

Tiene que haber tiempo para todos y es tan importante que tú te metas de nuevo en el mundo de los pequeños, como que ellos aprendan a estar en el de los mayores. Y allí estuvimos, comiendo entre mayores. Todos iguales. Todos juntos. Compartiendo sorbos de udon entre silencios.

4- Shinjuku de noche (Tokio)

Gente que va y viene bajo las hipnóticas luces de uno de esos barrios en los que no entiendes qué es lo que está pasando… pero que no importa. Estar en Tokio y no dejar de alumbrarse constantemente por sus neones, es no haber estado en Tokio. Sigues haciendo esas cosas que hacías antes al tiempo en el que empiezas a darte cuenta de que no puedes hacer todas las cosas que hacías antes.

 

5- Puerta Kaminarimon del Templo Sensoji en Asakusa (Tokio)

Estos chicos, visitaban por su cuenta el templo como lo haría cualquier mayor. Sin burlarse. En silencio. Si algo te llama la atención cuando vas a Japón, es el respeto máximo de todos por todo. Desde que nacen hasta los 143 años de vida que parecen llegar algunos. A pesar de esa doble moral tan particular que alcanza límites insospechados, esa delicada forma de mantener las tradiciones y la forma de vida aun siendo muy pequeño es, sobre todo, envidiable.

6- Zijos del Templo Zojoji (Tokio)

Si nadie te dice qué son los zijos, no puedes evitar que sus gorritos de lana y sus molinillos te hagan gracia mientras esperas a que sople un poco de viento para que el molinillo gire… Al enterarte de que son deidades en honor a bebés fallecidos o que no nacieron, la cosa cambia. Cuando estás entre cientos de esas pequeñas estatuas y empiezan a girar esos molinillos según caminas cerca de ellos… te entra un temblor de venas por dentro difícil de describir. Queda demostrado una vez más, que no llegar a conocer el porqué de las cosas, puede hacer que te vayas de un lugar sin haberte enterado de nada.

7- Domingo en People´s Square (Shanghai) 

Según va pasando el tiempo, vas viendo cómo el pequeño crece y crece y se deja asombrar con más fuerza por todo lo que le rodea. Brotan los primeros chispazos de curiosidad y empiezas a pensar que no estabas tan equivocado y que todo eso que te dicen de “total, si no se va a acordar”, pierde sentido cada día que pasa. Más motivos para responder “enfréntate a tus propios temores porque tuyos son”.

8- Templo Jing An (Shanghai)

Aquella señora que, con sus movimientos a cámara lenta y toda su meticulosidad, sostenía aquella mirada perdida que sabía perfectamente a dónde miraba. Asia en general, nunca deja de sorprenderte. Es, probablemente, nuestro continente favorito por un montón de interminables razones. Podríamos quedarnos en cualquier esquina solo a admirar lo que pasa constantemente.

9 – El Bund (Shanghai)

Ese paseo con historia a un lado y rascacielos al otro (río mediante), se convierte en una de esas dulces obligaciones casi diarias que no puedes ni quieres evitar. Por la mañana, por la tarde, por la noche… No nos gusta ir muchas veces al mismo sitio, pero El Bund es el Bund (y por una vez, el que siempre está detrás de la cámara, se pone delante para poder demostrar que también estuvo allí).

10- Dentro de la High Street – Brooklyn Bridge Station (Nueva York)

El metro paró justo donde tenía que parar y ella se asomó y miró hacia arriba con esa expresión de “¿qué día es hoy?” que tan bien queda en la foto. La verdad es que da igual las veces que vayas a Nueva York, es imposible quitarse esa sensación de estar constantemente dentro de una película.

11- Central Park en domingo (Nueva York)

Más de media hora viendo pompas infinitas que no cabían dentro de la cámara te hacen pensar en qué importante es hacer algo bien en la vida. Lo que sea.

12- Court Square Diner – Long Island (Nueva York)

Esa conversación entre patatas fritas y ketchup justo en “su punto” en uno de esos restaurantes de las películas que poco a poco van desapareciendo. Hasta a los yanquis les pasa. ¿No sería fantástico que los sitios siguieran manteniendo su identidad?

13- Empire Fulton Ferry State Park (Nueva York)

Disfrutar de cada lugar dedicándole tiempo, hace que el recuerdo sea más intenso porque le das más oportunidades para que pasen cosas. Hay que evitar eso de llegar con prisas, tocar pared e irse para que se produzca una de esas dulces y perfectas casualidades que se te meten en cámara (aunque lo normal es que sea polvo).

14- Llegando a Nartionale Station – Linea 6 (París)

De eso que te metes en un vagón de metro cualquiera y resulta que acaba pasando por partes del recorrido que satisfacen incluso al bebé más exigente. Qué bien sabe hacerlo París para salir bien en todas las fotos.

15- Bassin Octogonal del Jardín des Tuileries (París)

El relax máximo de un sábado de julio que te da la espalda… A veces, eso de “robar momentos” hace que te sientas mal. Sobre todo, porque de alguna manera te lo estás perdiendo en directo por inmortalizarlos.

16- El Sacré Coeur desde el Centro Georges Pompidou (París)

No somos de fotos en días nublados pero, si las nubes dejan que el sol las atraviese para iluminar lo que tú quieres… entonces sí. Y es que, si París es bonita desde abajo, desde arriba no se queda atrás. Esos tejados que rivalizan entre sí, esa altura media homogénea, esos puntos de referencia que sobresalen para llamar la atención…

17- Les Fanfarons de Paname en Stalingrad (París)

Las diagonales, la ropa, el movimiento… ¡click! A veces vas andando y te encuentras con momentos que una hora antes o después, te habrías perdido. ¿Casualidad o causalidad?

18- Aquella niña en el Carrousel del Sacre Coeur (París)

Parecía pedir la foto y posar para nosotros. Imposible negarse. Sin duda, el hecho de ir con un bebé te abre puertas a otro tipo de relación con la gente. Se trata de una conexión nueva que no habíamos sentido antes.

19- Un metro sin prisas (París)

Fue un visto y no visto. Una persona que pasa por delante de ti y desaparece… o no. Muchas veces nos preguntamos cosas sobre personas que nos cruzamos pero con las que no llegamos a hablar. ¿A dónde iría este hombre? ¿Quién le espera? ¿Qué le habría gustado hacer en la vida?

20- Javi y Jose frente a la Torre Eiffel (París)

Javi y Jose estaban de paso por París. Iban viajando con sus familias en caravana por Europa y estaban por allí con sus bicis saltando y girando. Les dijimos si querían que les hiciéramos unas fotos y nos hicieron un show privado. Unos días después, les mandamos una buena selección de saltos congelados. ¿Quién dijo que no nos gusta encontrar españoles por el mundo?

21- Tatuaje en Le Petites Gouttes (París)

Todo estaba como preparado y perfecto para una foto, cruzamos miradas, les pedimos permiso, nos dijeron que sí y… ¡click! Muchas veces hemos dejado escapar momentos por la pereza de sacar la cámara, por no parar el coche, por no pedir permiso… El caso es que, en muchos de esos casos, esos momentos se van para nunca más volver. Incluso de la cabeza.

22- Mirador de Monserrate de Bogotá (Colombia)

En este viaje, las fotos desde las alturas han sido una constante en casi todos los sitios. Eso de quedarse ahí mirando pensando en todo lo que tiene que estar pasando “ahí abajo”, engancha. Y tener todo Bogotá a tus pies… estremece.

23 – Calarcá (Colombia)

Investigar, aprender, satisfacer la curiosidad… pero no a cualquier precio. Este momento está a caballo entre un punto y otro. Dulce e inquietante a la vez.

24- El Peñon de Guatapé (Colombia).

220 metros de roca rodeada de lágrimas de agua que nos quitaron el aliento. Más que por la subida en sí, por un día (entre amigos, anécdotas y abuelos) de esos que recordamos enteros.

25- Parque de los pies descalzos en Medellín (Colombia)

Si algo nos gusta de América del Sur es ese gusto por la vida en la calle en la que el juego y los niños están muy presentes. ¿En qué momento dejamos de jugar en Europa y por qué?

26- Salón Málaga en Medellín (Colombia)

Fue como estar en los años 50. Vinilos de colección servidos uno a uno y sin prisas. Un lugar que es patrimonio histórico y cultural que (lo mejor de todo) nos encontramos por casualidad. Qué bien saben esas cosas…

27- Valle de Cocora (Colombia)

Pasear bajo las palmas de cera de 60 metros del Quindío, es hacerlo en uno de los paisajes más increíbles de Colombia. Y eso, ya es mucho decir. Sin duda, uno de los lugares de peregrinación que ojalá dure mucho tiempo, ya que este símbolo nacional se encuentra en vías de extinción.

28- El Parque Nacional Kruger (Sudáfrica)

Por muchos motivos, uno de los lugares que más nos ha impactado en este #chinchetaTrip y al que, algún día, volveremos. Probablemente, para quedarnos más de una semana. Poder estar rodeado de animales salvajes “en libertad”, es una experiencia única para grandes y pequeños.

29- Ciudad del Cabo (Sudáfrica)

Ya íbamos avisados y así fue. Ciudad del Cabo iba a ser un lugar que nos iba a encantar. De hecho, es una de esas ciudades en las que piensas eso de “me gustaría vivir aquí”. Otra más que agradable sorpresa a la que le dedicamos 11 días que se nos hicieron cortos.

30- Cabo de las Agujas (Sudáfrica)

Aunque casi no llega a la altura de Buenos aires, es el punto más meridional de África “que une y separa” el oceáno Atlántico y el Índico. Y ya solo por eso, vale la pena ir. Además, tienes allí encallado el Meisho Maru 39 que le da un puntito a la cosa.

31- Mercado de San Telmo (Buenos Aires)

Fuimos varias veces a San Telmo. De hecho, es probablemente nuestro barrio favorito de Buenos Aires. Y allí estaba siempre aquel hombre. Con esa calma y esa tranquilidad del que vive entre recuerdos congelados. Nos dio mucho que pensar… ¿Seguirá igual dentro de 10 años?

32- Clásico Café Bar de San Telmo (Buenos Aires)

No hay duda, el fútbol y Maradona están en casi todas las conversaciones de Buenos Aires.

33- Bar Ribera Sur en La Boca (Buenos Aires)

Es verdad que está feo meterse en las conversaciones ajenas pero, a veces es algo que no se puede evitar. Están ahí… tan cerca…

34- Koke en Las Salinas Grandes de Jujuy (Argentina)

Todo lo que habíamos aprendido en el viaje sobre paciencia, disfrutar de los momentos y darle tiempo a un sitio, tuvo su punto cumbre allí. En esta foto están los primeros pasos del tercer viajero. Sencillamente inolvidable. No hacemos más que pensar en la suerte que tenemos de no habernos perdido ningún momento del primer año de vida de Koke.

35- El último tango en Palermo (Buenos Aires)

Aquí va un momento íntimo de (objetivamente) una belleza y frescura indiscutibles. Y es que esta foto fue un par de días antes de que acabara el #chinchetaTrip y resume a la perfección lo que ha sido este viaje en familia. ¿Cómo no íbamos a estar pensando ya en el siguiente?

 

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14 Comentarios

  1. Eso quedará para siempre en vuestras retinas, es mas que una forma de vivir. Abrazo.

  2. Un excelente colofón “para recordar” del #chinchetatrip. No me extraña que esperéis ansiosos al siguiente…. Preciosas fotos y deliciosos comentarios

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