Si ya pudiste comprobar en Tokyo que los japoneses dejaban a un lado ese rictus de corrección infinita para sonreír a tu “mini-tú” y decirle kawaii a una distancia más que prudencial, por la experiencia de la vez anterior que estuvisteis en China, ya intuíais que un bebé de ojos azules tirando a rubio iba a llamar mucho la atención en Shanghai.
Siempre has defendido que “los chinos de los chinos, no son los chinos de China”. Además de sonreír sin parar, ser capaces de comer cualquier cosa y descolocarte cada dos por tres, no se cortan ni un poco. Entrar en el vagón del metro, a un restaurante, a un ascensor, pararte esperando que el semáforo se ponga verde o sentarte en un banco un segundo, supone una ventana a una nueva dimensión. Es darle tiempo suficiente a cualquier chino que te rodea a que se pare a decirle a tu hijo “XiaoPengyou” (pequeño amigo), hacerle mil fotos sin preguntar e incluso, como te descuides un poco, querer cogerlo en brazos o besarle.
Aunque por un lado te da cierto reparo y te preocupa tanta muestra de cariño repentina, constante y algo fuera de lo normal, los chinos hacen que sientas que tu hijo es el más guapo hasta el infinito y más allá.
¿Cómo vas a ponerles mala cara?
Además, al pequeño parece gustarle que la gente le haga muecas, chasquidos con la lengua o le coja la mano. Tanto, que si alguien no se ha percatado de su pequeña gran presencia para hacerle las pertinentes gracias, es él el que mira y sonríe fijamente hasta recuperar la atención.
Si todas las partes están contentas, ¿por qué a veces te puede llegar a resultar incómodo? ¿No viajabas para esto? ¿No querías que tu hijo viera otros lugares? ¿No ansiabas que conociera otras caras y formas de comportarse? Querías que el mundo le resultara familiar… pues ahí lo tienes. Amigos íntimos.
Y vosotros, que no sois mucho de salir en fotos, ahí estáis. Entre manos que tocan, labios que dan besos y móviles que disparan fotos a discreción para catapultaros junto a vuestro risueño retoño a vaya usted a saber dónde.
Con la sonrisa de compromiso, piensas que eres tú el que no está a la altura de las circunstancias. Piensas que (salvando las distancias) estás siendo un poco como esos famosos que solo quieren el lado que les apetece de la fama. Serlo cuando a ellos les va bien y que les dejen tranquilos cuando no.
También piensas que, probablemente, cuando dentro de poco estéis en Nueva York y absolutamente nadie le haga caso a tu querido y tan especial hijo… echarás de menos a esa camarera que se lo llevó en brazos para enseñárselo a la cocinera de un modesto restaurante, o a ese anciano del ascensor que intentaba decirle cosas mientras se le salía la dentadura y la pillaba al vuelo, o a aquella otra chica chica que le decía “I love you” repetidamente en el metro.
Venga, haz un pequeño esfuerzo y déjate llevar por la alegría del momento. Disfrútalo. Ríete. Haz fotos tú también. No seas tan estirado y miradito. Tu hijo no es de cristal.
Al menos, crees que te has dado cuenta a tiempo. A tiempo de no poner malas caras. De quedarte con lo gracioso del momento. De aprender a disfrutar de esa incomodidad que luego echarás tanto en falta. Las cosas que quieres, no son exactamente como te gustaría o tienes en tu cabeza pero, a la larga y con cierta perspectiva, pueden resultar incluso mejor. Sin querer, sigues aprendiendo moviéndote por el mundo con el pequeño tercer viajero.
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Este post forma parte de nuestro primer viaje en familia de 9 meses llamado chincheta trip. Si quieres leer otros artículos de la serie haz clic aquí.
13 Comentarios
Ya lo leí pero lo he vuelto a leer hoy porque me encanta este post.
jejeje… así que, ¡reincidente! 😉
Que chevere que puedan cumplir sus sueños viajando junto a su pequeño compañerito de viaje 🙂 , Koke está lindo y se ve que se gana la atención y el cariño de la gente …. que sigan disfrutando de China y la buena onda para con ustedes y su bebé
Buenos caminos y bendiciones
Saludos desde UIO 😀
Le gusta ver gente y sitios nuevos constantemente. La verdad es que nos lo pone muy fácil. Muchas gracias por tus buenos deseos ☺️
Os felicito por como estáis criando a Koke. Yo he decidido no ser madre, pero si lo fuera, me gustaría criarlo con esta apertura de mente, esta libertad, este dejar ser. Entiendo que como padres hay miedos pero me gusta ver cómo no se los transmitís al peque. Y creerme, eso va a ser algo muy importante cuando él crezca. A mi me criaron de forma contraria, “no hagas esto por si te caes”, “no vayas sola por si te pasa algo”, “no hables con tal porque no le conoces”, “no viajes a tal sitio por si…”, a mi abuela le hubiesen dado tres infartos si la camarera se me lleva en brazos a ver a la cocinera jaja. Pues eso, que “Hen Hao”! 😀
Gracias por tu comentario Sara. La verdad es que como padres es un esfuerzo no tratar de protegerle cuando ves que un chino con las uñas más largas que Fumanchú se acerca con todo su amor a tocarle la cara a tu bebé…
En esto de ser padres tengo la sensación de que no hay verdades absolutas y lo que le vale a una familia con una forma de vida no le funciona a otra, aunque hay algo común a todos, siempre queremos lo mejor para nuestros hijos. Como tus padres aunque lo hicieran de otra manera.
Creo que el único rasero que tenemos para medir si algo es bueno o no es el niño. Si se pone a llorar porque alguien le coge pues obviamente no le gusta pero y si resulta que no llora, que le busca la boca a los demás para que lo cojan, que se ríe cuando le hacen ruiditos… Entonces, no me queda otra que sonreír y no mirarle la uña al chino 😛
Lo siento, pero solo puedo pensar que me quiero comer esos tobillos!!! como entiendo a los chinos…
Y nosotros! (bueno, qué vamos a decir)
Gordura suprema.
Es muy bonito ver a toda esta gente sonriendo. Es cierto que aprendemos mucho sobre nosotros mismos cuando llega un pequeño ser humano a nuestras vidas, en China y en casa! 😀
Me gustan mucho vuestros posts, me siento muy reflejada, y hacen reflexionar mucho. A seguir disfrutando de los descubrimientos a 3!
Totalmente. Los enanos son un espejo de todo lo bueno y lo malo que somos y eso no tiene lugar. ¡Gracias por leernos y por tu comentario!
Wow, qué mayor está ya, como pasa el tiempo!! Ahora mismo lo tenéis corriendo por ahí… 😀 Que disfrutéis mucho de China!
Ya sabes como es esto. Crecen por minutos. Pura vida son estos canijos.
¡El viaje sigue!