… sin volcanes.
Nota: ¿Recuerdas cuando te reté a que no serías capaz de hacer una mala foto en Uyuni? Pues yo he sido capaz de hacer muchas malas fotos (que no te voy a enseñar) en otro sitio increíble: la ruta de los volcanes de Ecuador. Mientras te cuento por qué no vas a ver muchos volcanes de la ruta de los volcanes, te voy a amenizar el viaje con alguna que otra imagen que sí están para enseñar: la cascada del Pailón del Diablo en Riobamba… el columpio de La Casa del Árbol en Baños de Agua Santa… un momento de autostop “desde dentro” y alguna que otra cosilla que te puedas llevar a la retina entre palabras, palabrillas y palabrejas varias.
Del 10 al 14 de junio // Temperatura: 18º // Neblina, niebla y otras nubes de guardar
Reconócelo… No puedes luchar contra los elementos. Decidiste que este sería el “año en el que siempre fue verano”. Trazaste una ruta empezando por China en julio para ir bajando poco a poco hasta que el Año Nuevo te pillara en Nueva Zelanda para pasar luego a Argentina e ir subiendo poco a poco hasta que allá por julio llegarás a EE.UU. con el sol como testigo infatigable. Lo decidiste así porque la ropa es más ligera y la mochila pesa menos y bueno… porque el sol es más agradecido que el frío en general.
El caso es que… aunque te ha hecho buen tiempo durante toooooodo el año de viaje que estás a punto de cumplir (Inciso: ¡Un año ya! cómo pasa el tiempo y qué corto se ha hecho a pesar de la cantidad de cosas que recordar que tienes grabadas en algún lugar cerca de la oreja izquierda), el fenómeno de El Niño se pasa a destiempo por Ecuador y te obsequia con una generosa cantidad de nubes y con algún que otro chaparrón para, por qué no, formar también parte del viaje.
La ruta de los volcanes desde Guayaquil a Quito… ha sido así. Una experiencia un poco pasada por agua y sobre todo… por gris. Ese gris que inunda todo lo que te rodea… todo lo que ves y, por lo tanto… lo que no ves. Ese gris que te recuerda a tiempos pasados que no siempre fueron mejores. Ese gris que todo lo aplana… que todo lo iguala… que todo lo empasta. En definitiva, ese gris que te fastidia excursión tras excursion, paseo tras paseo y… sí… foto tras foto.
A tu paso por Riobamba, Baños de Agua Santa y Latacunga (qué nombre “africano” más bonito, ¿no? La-ta-cun-ga… me encanta), las nubes han estado presentes en todas tus “no fotos” tapando todos y cada uno de los increíbles volcanes que viniste a ver. A saber: el Chimborazo, el Tungurahua, el Cotopaxi y el Pichincha (entre otros nominados).
El caso es que, para más recochineo de el dichoso Niño, cada vez que guardas la cámara… desesperado… abatido… resignado… asoma fugazmente un tímido sol como intentando escaparse de un castigo. Se asoma el tiempo justo para que te hagas suficientes las ilusiones que te animen a sacar de nuevo la cámara y, en el rato que tardashacerlo… vuelva a nublarse. Maravillosa sensación.
En un momento en el que El Niño se despista, consigues ver el Chimborazo entre nubes y casi claros casi de casualidad. En otro momento divisas el Tungurahua entre antenas de edificios y cables de alta tensión y ya en Quito, mientras vas en el bus, divisas entre cabezas la perfección del Cotopaxi a lo leeeeeeeejos… mientras te diriges a “la mitad del mundo”. Justo el día que no has decidido ir a visitar a un volcán, hace un martes cabreantemente despejado.
Intentas sacar una conclusión positiva de todo esto que te ayude a canalizar tanta… mala leche acumulada y es la la siguiente: no te puedes llevar una foto de todo lo que ves porque al final, acabas viendo el viaje a través de un visor y “no lo disfrutas”. Se trata de un consuelo que viene bien recordar en momentos como este porque… la verdad es que disfrutas inmortalizando momentos… lugares… personas, animales y cosas. Eres una especie de fotodependiente o fotoadicto que necesita tratamiento.
En un viaje así, hay miles de imágenes que se te quedan grabadas en la retina y no en un disco duro. Imágenes “sólo para tus ojos”. Imágenes que no puedes enseñar… pero que sí puedes compartir cuando tú quieras en forma de palabras. Porque aunque digan por ahí que una imagen vale más que mil palabras… las palabras las llevas siempre contigo. Así que… cuando quieras, quedamos… me invitas a un café… y te cuento el cuento del volcán perfecto. El del volcán que amenazaba a la ciudad desde lejos y el del columpio que iba y venía para ver cómo brotaba la lava delante de él.
Y es que aunque las fotos “quedan”… lo que de verdad “te llevas”… son los momentos vividos.
13 Comentarios
Hola Ruben Cómo estás? Excelente blog!
Estoy planeando un viaje a Ecuador, llegando a Guayaquil. Quiero hacer Guayaquil-Cuenca-ruta de los volcanes-baños y llegar a Quito para ir en tour al Amazonas para luego volver a Quito e ir a la costa. Tengo unos 20 días. Que ruta me recomiendas para hacer Guayaquil-Quito? Muchas gracias
La ruta de los volcanes es precisamente esa. No hay pérdida. Te va a encantar. Eso sí, toma tiempo en Baños de Agua Santa y sube a la Casa del Árbol 😉
Hola Ruben, te felicito hermano por el excelentes articulo que nos regalaste. Yo soy de México pero vivo en Cuenca ecuador y aun no he tenido la oportunidad de visitar estos espectaculares paisajes que tienes este increíble y hermoso país por falta de tiempo. Pero sinceramente tu nota me emociona mucho porque he escuchado hablar de este lugar y es realmente sorprendente. Espero visitarlo y regalarte mis experiencias.
Hola Daniel, Ecuador es un país al que tendremos que volver. Esa parte, la de la ruta de los volcanes, es espectacular. Te encantará. Y bueno… Cuenca es una ciudad muy especial. La vida te llevó a un buen sitio. Un abrazo enorme!
Ciertamente Rubén, mi último viaje lo hice a Venezuela hace ya un par de meses, increíble país. De hecho toda América es una hermosura, permíteme compartir contigo y tus seguidores un post la Isla de Margarita, no sé si has tenido el placer de ir, pues es una belleza http://aquivamos.org/isla-de-margarita-la-perla-del-caribe-en-venezuela/ Un abrazo hermano.
Wow! Muy buen artículo, amigos. ¡Qué impresionante es Ecuador!
Gracias Manuel! Sí que lo es, sí. Tenemos que volver
Anda Rubén, creo que “coincidimos” con algunos textos en el blog de ecuador.travel. ¿Érais vosotros, verdad? ¡Muy buenos posts, amigos! Yo estoy tratando de mover un pequeño blog de viajes, os lo dejo por aquí por si me ayudáis a moverlo un poco. Tengo bastante material sobre Ecuador con fotos y vídeos que espero que os guste. Gracias y un abrazo!
manuelmateolajarin.blogspot.com
Éramos nosotros sí
No había leído este post! Está buenísimo, y es verdad, siempre tienes muchas cosas por contar cuando viajas, imágenes que lograste grabar en tu cabeza porque la cámara (en este caso de Andrea) no estaba tan cerca. Saludos chicos! Luego les contamos cómo nos va en la ruta de los volcanes =)
Que rápido pasa el tiempo, ya casi hacen el año!!!!
Asi es, esas vivencias solo tu te las llevas, esas sensaciones, la brisa, el aire fresco, el olor a tierra mojada, y el pretexto son las excelentes fotos que nos obsequian para recordar los hermosos lugares visitados y también para cuando la memoria se pierda en el tiempo!! un fuerte abrazo para ambos, Dios los bendiga!
Sí… mañana hará un año que nos sentábamos en el asiento del aión que nos llevaba a China. Con enorme liberación, una gran dosis de nervios y mucha… mucha emoción. Gracias a ti por viajar con nosotros!
Una serie impresionante, debe ser un recorrido espectacular…!