Viena, me gusta como suenas. Te viene de lejos. Lo sé, no digo nada nuevo. Pero sí, sí… lo reconozco, me gustan tus calles… y tus esquinas.
Me gustan tus cielos recortados por cables con sus semáforos colgantes…
Me gustan tus puestos callejeros llenos de perros calientes… escapando del frío… esperando dueño. Me gusta tu Belvedere, tu Schönbrunn, tu Parlamento, tu Kunsthaus, tu Prater…
Me gusta tu Danubio y su canal, tu Ópera, tu sacher, tu Catedral… Hasta me gusta tu escuela de equitación española, todo un detalle…
Pero aun así… Yo… Yo te condeno.
Te condeno a que tus días siempre sean grises… fríos… a punto de nieve.
Te condeno a que a las paredes de tus edificios que recuerdan a otra época nunca las acaricie el sol.
Te condeno a que todo el que te vea, te huela y te escuche, utilice guantes… gorro… chaqueta… Te condeno a que los cristales de los tranvías se empañen al pasar aunque permito que haya huecos hechos a mano para ver que hay dentro.
Por eso yo… yo te condeno.
Te condeno a que los paseos sean cada vez más cortos… interrumpidos por un vino caliente aquí y otro allá.
A que la sopa se coma en plena calle… dentro de un enorme pan. Hondo, redondo, orondo…
A que los árboles nunca tengan hojas sufriendo de vértigo y que todas descansen en el suelo.
A que se haga de noche pronto para que las calles se vacíen de gente y reine la melancolía. A que haya mil puestos de madera llenos de tesoros y secretos. Puestos con sus bolas pintadas a mano y sus pequeños mundos de cristal de enormes casas, montañas, árboles y nieve que cae al revés. Arriba… abajo… arriba… abajo…
Te condeno a que las luces se enciendan y se apaguen… se enciendan y se apaguen…
Te condeno una y 364 veces más.
Te condeno a que para ti y para quien te viva y te visite, siempre… siempre… siempre… sea Navidad.
9 Comentarios
Hola chicos, lamentablemente tengo que estar en completo desacuerdo en las condenas a Viena, con excepción del frío y los días grises invernales. Soy argentino, de la tierra del sol y he vivido en Viena durante 23 años y debo decir que diciembre es uno de los meses mas atractivos, con suerte blanco de nieve, los mercaditos de Navidad y la magia musical de siempre. Pero bueno, son visiones distintas y se respetan. Saludos
Roberto
Roberto, disculpa pero, creo que no has entendido bien la intención del post. AL contrario de lo que crees, justamente intenta hacer hincapié en lo preciosa que es la ciudad en Navidad y que por eso, la condena es para que siempre sea así. No obstante, también puede ser que no esté bien contado. Un saludo.
bellisimo post!!! gracias por el paseo!!!
Muy bueno!!!
Muchas gracias!
Europa os queda muy bien, como un traje a medida!!
No está mal para paliar los efectos de la vuelta pero cada día aprieta más el gusanillo de volver a buscar los “otros mundos”
Preciosa entrada.
Viví un año en Viena y desde entonces estoy locamente enamorada de esta ciudad.
Tu post me ha hecho volver allí una vez más y recorrer sus calles y oler sus puestos de comida. ¡Gracias! 🙂
Pues ese es posiblemente uno de los mejores halagos que se puede recibir después de escribir sobre un lugar en el que “se está de paso”. Me alegra que te hayamos llevado allí de nuevo… aunque sea por un rato. Feliz Navidad Marta!