Habrá quien piense que un viajero es una especie de Indiana Jones que lo mismo cruza sin vértigo un precipicio por un puente colgante que se anima a despegar un hidroavión mientras las balas de los malos silban entre sus hélices. Todos los viajeros practican deportes de riesgo, se montan en transportes de dudosa seguridad, duermen en medio de una estación, algunos locos ¡hasta se atreven a hacerlo con sus hijos!… Están hechos de otra pasta… No le temen a nada.

¿A nada? Ojalá esto fuera verdad… A todos nos gustaría mucho ser la mismísima reencarnación de Tintín en persona pero la realidad es bien distinta. Los viajeros como todo el mundo tienen sus miedos: hay quien sufre vértigo o claustrofobia, quien lo pasa fatal con los desplazamientos por carretera… hay quien le teme a la inmensidad del mar… a los caracoles… Las fobias son irracionales y responden a estímulos completamente diferentes en cada uno. Hay quien va a sacarse sangre con temblores en las piernas y después practica paracaidismo los fines de semana. Pero lo que está claro es que los viajeros no están exentos de sentir miedo.

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“El miedo o temor, es una emoción caracterizada por una intensa sensación, habitualmente desagradable, provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta en todos los animales, lo que incluye al ser humano. (Wikipedia).”

Lo malo de los miedos es que se pueden desarrollar en cualquier momento. Una mala experiencia propia o ajena, una noticia de un accidente, una película o una serie pueden provocar que de repente le tengamos miedo a alguna actividad con la que antes disfrutábamos. Esto es exactamente lo que me pasó a mí con los aviones. Pasé de ser de esas personas que se duerme antes del despegue y que daba gracias por tener la posibilidad de moverse por todo el planeta a sentir verdaderos ataques de pánico y ansiedad en todos los vuelos, sin motivo aparente desde varios días antes de subirme “al diabólico aparato”. Que el avión no se moviera ni un milímetro, era irrelevante.

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Al principio pensé que se me pasaría solo, igual que un día vino (motivado por una mala experiencia puntual en un vuelo) se iría y decidí tomarme la justicia por mi mano aplicando técnicas que lejos de servir de mucho creo que a la larga agravaron el problema. Trataba de no dormir nada la noche de antes para estar muy cansada o subía al avión con unas cervezas de más encima… En ocasiones funcionaron, pero la realidad es que no solucionaban la raíz del problema y provocaban que después del vuelo necesitara un día entero para recuperarme. A veces, por sufrir una terrible resaca (la altura te deshidrata y añadirle a esa combinación alcohol no es nada recomendable), a veces por no haber pegado ojo tampoco durante el vuelo y necesitar de manera inminente desplomarme a dormir en la misma silla del aeropuerto de llegada.

Con mis “malos remedios”, el problema iba cada vez a más. Un vuelo mal, tres bien… dos mal, dos bien… tres mal, uno bien… y al final todos mal. Nerviosa la noche antes del Día D y sin dormir… por no hablar de la vergüenza que da montar el “show de la niña del exorcista” en mitad del vuelo. Intentaba distraerme, leer, escuchar música… cuando empezaba el pánico era incapaz de pararlo y el desencadenante final, una vez pasado el pico de ansiedad, era llorar de rabia por tenerle miedo a algo que no estaba dispuesta a dejar de hacer y que sabía que además era un miedo sin ningún sentido, un miedo imaginario.

“Solo cuando sentimos miedo podemos ser valientes” (Juego de Tronos).

La gota que colmó el vaso fue un día en el que en mitad de un vuelo y por la tensión, se me contracturaron los brazos de tal manera que no podía moverlos… Ese día descubrí que era evidente que esto no se iba a solucionar solo. Tenía un problema y tenía que enfrentarme a él.

“La única manera de superar una fobia es exponerse repetidamente a ella” (Mamá).

Empecé a investigar por la red, hablé con pilotos y azafatas, lo compartí abiertamente con todo el que se cruzaba en mi camino y descubrí que no era la única a la que le pasaba… Si ya lo sé… mal de muchos consuelo de tontos, pero consuelo al fin al cabo. No quedaba otra… había que “coger el avión por los cuernos”.

Pero hasta los miedos tienen algo positivo. Lo bueno de los miedos es que son reducibles o incluso superables. Aquí os dejó la información que me ayudó a superar el miedo a volar. Puede hacerse extensible a otras fobias que generen ansiedades.

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CÓMO SUPERAR MIEDOS Y FOBIAS

Lo primero es entender lo que nos está pasando físicamente para percibir el miedo o la ansiedad como algo no tan negativo. Esto es algo así como cuando a un artista le preguntan que si después de 20 años se sigue poniendo nervioso antes de salir al escenario y contesta orgulloso que por supuesto que sí. Gracias a la ansiedad podemos sobrevivir y de hecho, su justificación es PROTEGERNOS y NO DAÑARNOS. Los síntomas son parte de una respuesta de lucha-huída y por lo tanto son INOFENSIVOS.

Todos los síntomas físicos se producen por unos mensajeros químicos. Controlar que nuestro cuerpo los desate es complicado pero el contribuir a eliminarlos sí es algo más sencillo, activando el sistema parasimpático (más adelante te explico cómo se hace). Afortunadamente la naturaleza es tan sabia que tiene un sistema que nos protege de los agentes externos (sistema nervioso simpático) y otro sistema que nos protege de que ese primero no se descontrole y nos quedemos en un constante estado de alerta (sistema nervioso parasimpático).

Este punto me encanta: la duración del estado de alerta o estado de ansiedad ES LIMITADA.

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Aquí van algunos métodos. Evidentemente no son igual de inmediatos como una pastilla y hay que ensayarlos poco a poco para que el día que te expongas a aquello que te produce ansiedad puedan funcionar. Lo que sí te aseguro es que es muy satisfactorio darte cuenta de que vas mejorando pasito a pasito.

  1. Respiración profunda. OJO, es muy fácil cuando estamos agobiados que no la hagamos bien y que terminemos respirando subiendo los hombros (esto creo que empeora las cosas). Tienes que hinchar bien el vientre y despacito. Aguantar unos 3 o 4 segundos y soltar también despacio. ¿por qué esto funciona? Parece ser que debajo del diafragma hay un órgano que activa el sistema parasimpático (el que nos sirve para relajarnos). Cuando respiramos profundamente el diafragma presiona en este órgano y empieza a segregarse la sustancia capaz de eliminar la adrenalina y la noradrenalina.
  2. Parada de pensamiento. Uno de los efectos que se dan cuando tenemos ansiedad es que nuestra cabeza se llena de pensamientos malos, en los que sufrimos por nuestra integridad. El tener estos pensamientos evidentemente empeora la situación por lo que tenemos que aprender a controlar nuestra mente. Es difícil pero se consigue, de verdad. ¿Cuál es el proceso?
    1. Vas a pensar una frase para cortar estos pensamientos. Por ejemplo: “Stop”, “Ya basta”,…
    2. Cuando las cosas feas te invadan la cabeza te vas a decir esta frase interiormente, de forma que se corten los pensamientos de manera radical.
    3. Automáticamente después tienes que buscarte otros pensamientos que te ayuden a distraer la mente. Repasar mentalmente la letra de una canción, decirte las positivas estadísticas del sector de la aviación (medio de transporte más seguro, confiar en los profesionales que manejan el avión igual que lo hacemos en un  médico que nos atiende o en el conductor de un autobús, los más de 250.000 vuelos que surcan el cielo cada minuto…). Da igual lo que sea, mientras a ti te sirva.

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Las primeras veces los pensamientos malos volverán, pero no pasa nada, te vuelves a repetir tu consigna “Basta”, “Stop”,… y empiezas de nuevo. La consigna parece una tontería pero es muy efectiva porque necesitas algo que corte de raíz. Verás cómo poco a poco podrás mantener más tiempo la mente despejada de las cositas malas. Personalmente esto fue de lo que mejor me funcionó.

3. Diario. Cada vez que te expongas a un vuelo vas a anotar las sensaciones que has tenido en el mismo respondiendo a las siguientes preguntas:

– ¿Qué sensaciones físicas he tenido?

– ¿Qué pensamientos he tenido?

– ¿Qué métodos he usado para relajarme?

– ¿Me han ayudado?

– Valora del 0 al 10 tu grado de ansiedad.

Otros trucos.

– Caramelos. Esta última es de mamá. Además de mantenerte entretenido, la acción de chupar nos remite a la época de lactancia y nos relaja ya que es donde los bebés se encuentran tranquilos y protegidos por sus madres.

– Hablar con alguien desconocido al que también le apetezca un rato de conversación. Te mantiene distraído y lo mismo hasta ganas un amigo.

– Dejarte por hacer una de esas gestiones que dan pereza pero que hay que solucionar sí o sí. Relacionado con el trabajo o con la vida personal. Saca el ordenador y escribe.

– Mi talismán personal… Ponerme a todo volumen la música de Juan Luis Guerra e imaginarme bailando.

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Cuando te enfrentes a una fobia recuerda que lo realmente peligroso es cruzar la puerta para salir a la calle cada día. Los viajeros tienen el mismo miedo que el resto del mundo a las cosas pero la diferencia es que algunas personas están dispuestas a enfrentarse a ellos y no resignarse a por su culpa dejar de hacer lo que les apasiona.

DEDICATORIA

Este post se lo dedico a mi hermana Paloma. Fue ella quien me envío las recomendaciones que aquí aparecen. Esta información y su ciega confianza en que sería capaz de superar esta fobia consiguieron que haya recuperado el placer de volar. Aunque confieso que Woman del Callao sigue viniendo conmigo al fin del mundo.

Autor

43 Comentarios

  1. Me reconforta saber que no soy el único viajero que lo pasa mal en esos diabólicos aparatos. mis miedos a volar empezaron sin ningún motivo aparente y después de muchos vuelos a mis espaldas … así como vienen, se van.. después de unos cuantos viajes vuelven para acompañarme en mis travesías. A mi me ha ayudado ver documentales de aerodinámica de aviones y hablar con algún amigo piloto para superar mis fobias, aun así ese temor siempre esta ahí. Saludos y que nuestros miedos no nos limiten a seguir explorando este maravilloso planeta.

    • Desde que fui madre y viajo con Koke en el avión el miedo tal y como vino se fue, pero no bajará la guardia. Gracias por dejar por aquí tus trucos. Un abrazo y ¡fuerza!

    • Ha sido de mucha ayuda, lo pondré en práctica para una viajera que os sigue pero que viene esquivando nuevos viajes que impliquen volar. Varias muy malas experiencias y dos hijos que me han traído muchos miedos. Además que es muy difícil distraerse en vuelo con ellos…

      • Es muy normal y le pasa a más personas de lo que parece. Al final puede que haya otro catalizador que te ayude a superarlo. Ánimo.

  2. Hola!! Te leo y me es tan familiar. Soy una persona afortunada pues desde niña viajo en avion, pero de un tiempo para aca, me da panico viajar, mas que todo desde que tuve a mi niño genere muchos miedos. Tuve un viaje a la playa con el y salimos de paseo en lancha, casi muero de terror al sentir esa lancha saltar. De regreso a casa de ese viaje, senti una turbulencia terrible que el avion brinco y senti un vacio terrible. Vi mi vida en un segundo. Con eso mas accidentes aereos vistos en NATGEO y el que vivimos de los jugadores de futbol en Colombia, ese panico se incremento. Ahora viajare con mi niño en un vuelo de 9 horas, creeme que tengo muchisimos temores y me pregunto: como pude pasar de amar montar en un avion a tener miedo?? Me siento mal y hasta me siento riducula por sentirme asi.

    • Hola Lina. El pánico a volar es uno de los pocos miedos con los que no nacemos la mayoría de las personas, pero que puede aparecer después de un episodio en el que lo hemos pasado mal dentro de un avión, (como es tu caso) y que además se incrementa con las noticias de accidentes (recuerda que es el medio de transporte más seguro que existe).

      Cuando somos mamás la naturaleza se encarga de hacer lo posible para que cualquier cosa nos dé mucho más miedo que antes y así cuidemos todavía más a nuestros bebés y no tomemos los riesgos que tomaríamos antes de ser madres. Pero también puedes utilizar ese miedo de madre en tu beneficio. Eso fue justamente lo que terminó de ayudarme a mí para superar la fobia que tuve durante algunos años: viajar con mi bebé. Ahora tengo muy claro que pase lo que pase dentro del avión, yo siempre debo mantener la calma porque soy su referencia. Si me ve nerviosa se pondrá nervioso aunque el avión no se mueva y si me mantengo tranquila todo lo contrario. Utiliza el poder que tienes por ser madre para sacar fuerzas de tu interior como ya habrás hecho desde que nació tu bebé.
      La última cosa: recuerdo perfectamente la sensación que dices de “sentirse ridícula”. Acuérdate cuando te pase que eres una valiente porque estás haciendo frente a tu miedo. Espero que estos consejos te ayuden para subirte a ese avión. ¡Un abrazo grande y mucho ánimo!

  3. Durante 16 años viajé por todo el mundo por trabajo. Un dia de mayo de 2014 a punto de subir al avión tuve un fortisimo ataque de pánico. Ya son 4 años y no volvi a viajar solo. Era tan libre. He evitado viajes desde ese momento. El avión y el hotel dejaron de ser un placer.
    Quiero recuperar esa parte tan rica de mi vida, tan libre. Me propusieron un proximo viaje a Austin,Texas por trabajo desde Buenos Aires, y lo estoy evitando. Es incomprensible. Un saludo y gracias por la ayuda.

    • Hola Daniel. El miedo a volar es uno de esos miedos que en la mayoría de los casos no traemos de serie. Es más bien algo aprendido, que puede manifestarse en cualquier momento. A veces viene asocaido a un episodio desagradable dentro de un avión pero también puede tener que ver con una época vital de tensión, con las noticias catastróficas a las que tenemos acceso todos actualmente… Hay múltiples orígenes. La buena noticia, es que al ser algo que no nos viene de serie, hay muchas posibilidades también de conseguir que desaparezca de nuevo (aquí escribe una que da fe de ello y que ha vuelto a disfrutar de vuelos de 10 horas como hacía antes de surfir el pánico que me llevó a escribir el artículo). Lo más importante para hacerle frente es, querer hacerlo. Veo que tú ya estás en ello buscando información de manera activa sobre el tema. Mucho ánimo y a por ello. ¡Que vuelva la libertad!

  4. ¡Qué post tan genial! ¡Ahora mismo se lo paso a mi chico! Nosotros hemos tenido alguna que otra mala experiencia de avión y lo reconozco en alguna de las cosas que cuentas. ¡Lo que me fascina es que a pesar de pasarlo verdaderamente mal a veces quiera seguir viajando! Cierto es que los últimos buenos vuelos le han ayudado a estr más relajado 🙂 Gracias Lucy por el post! Muackk

    • Nos sale más barato pagar el hosting que las horas de psicólogo 🙂 Como ves no es la primera vez que utilizo el blog en plan terapia.

      Hablando en serio, no sabía lo que era tener miedo de verdad hasta que tuve esa mala experiencia en la que pensé que todo terminaba. Los tres años siguientes fueron horribles cada vez que tenía que volar. Da igual que sepas que es el medio de transporte más seguro porque la ansiedad y el miedo se vuelven incontrolables e irracionales.

      Dejar de volar era una opción implanteable para mí también y por eso empecé a investigar sobre cómo superar el pánico. Después de mucho trabajo mental y muchos vuelos, igual que un día vino, el miedo se fue.

      cuando ya casi lo tenia superado me enteré que estaba embarazada en Mauricio y por delante me esperaban muchas horas de vuelo. Eso fue definitivo. Fue lo que me ayudo a cerrar definitivamente esa etapa: no estaba dispuesta a transmitir ansiedad a mi bebé y funcionó. Beneficios de convertirse en madre que nos hace superguerreras 🙂

      Ahora cada vez que veo en un vuelo que alguien lo está pasando mal intento hablar con esa persona para que se distraiga. Espero que a tu chico le sirvan de ayuda algunas de las técnicas. Muaaaaa.

  5. Buscando “consuelo” y consejos por Internet me he topado contigo, y no puedo estar más agradecida.

    Desde hace bastantes años tengo pánico a volar. Ya desde una semana antes del vuelo me ponía nerviosa y ni te cuento cuando me sabía al avión. Hubo una época en la que no tenía más remedio que montarme en avión para ir a ver a mi chico, y lo pasaba tremendamente mal: ansiedad, taquicardias… El primer vuelo de mi vida fue cuando tenía 10 años y recuerdo que lo pasé pipa. Pero creo que con el segundo, que fue con 14 la cosa no fue tan bien y creo que mi miedo fue a partir de ahí.

    Ahora voy a cumplir mi sueño de ir a Japón, pero conlleva la pesadilla de dos vuelos larguísimos después de más de cinco años sin coger un avión, y aún me quedan siete meses hasta que llegue pero sólo de pensarlo me pongo fatal. Así que agarraré con fuerza mi ilusión y mi sueño y me aferraré a todo lo positivo de ello para vencer esto, unido a tus consejos que empezaré a practicar desde ya. MIL GRACIAS por compartir con el mundo tus miedos y ayudarnos a los demás a superarlos, yo trabajaré duro para conseguirlo!

    Abrazos,
    Laura.

    • Gracias por tu mensaje Laura. Te felicito por tu valentía y por tus ganas de enfrentarte a tus miedos. Todos los tenemos, pero no todos conseguimos mirarles a los ojos y ponernos manos a la obra para ponerles frente. Los primeros pasos ya los has dado: buscar una excusa potente que te impida echarte atrás (tu sueño de conocer Tokio), comprar el billete y empezar a buscar información sobre este tema. Ahora se acerca la segunda parte. Recuerda que no serás la única a la que le dé respeto el vuelo y que tener miedo es una reacción totalmente humana. Aprovecha el viaje para poner en práctica todos los trucos que te hagan falta o para descubrir otros nuevos y sobre todo piensa que eres capaz de superarlo. Estoy segura de que si lo piensas con fuerza, lo vas a conseguir. Mucho ánimo y disfruta muchísimo de Tokio (yo esta misma semana vuelo también para allá).

  6. Tengo miedo a volar desde antes de volar. Antes de subirme al primer avión, ya tenía pesadillas donde yo estaba dentro de uno. Curiosamente, comprobé con la primera experiencia, que la sensación de ir dentro de uno era la misma que cuando soñaba (cosa que me impactó bastante).
    La peor de mis pesadillas era coger un avión. Pero al final, tuve que coger uno. El primer vuelo fue terrible, lo pasé mal todo el vuelo, llorando y con ataque de ansiedad a intervalos. Además, hubo bastantes turbulencias. Desde siempre todos los aviones que he tenido que coger (ya bastantes) han sido con vuelos repletos de ansiedad y miedo. No se me pasa por seguir volando. También tengo claustrofobia, lo cual empeora las cosas. Lo peor del avión es pensar que no puedo controlar nada, que estoy a miles de kilómetros encerrada en un sitio donde no puedo salir. Aunque vaya en un coche pequeñisimo, o en un tren, donde se que no van a poder parar por mí, sé que de ocurrir algo, podría parar y me podría bajar y tocar tierra. En un avión esta posibilidad no existe. También es una cuestión de magnitudes: un accidente aereo es mortal, y de un accidente de coche puedes salir vivo. Sé que es el metodo más seguro que existe, que todo está en mi cabeza y que aun teniendo muchos problemas los aviones están preparados para que sigan funcionando. Pero repetirme todas estas verdades no me sirven de nada, y cada vez que estoy sentada antes de despegar, me enfado conmigo misma y no entiendo por qué estoy de nuevo en esa situación si me hace sufrir tanto.
    Durante todo el vuelo, sean las horas que sean, estoy en tensión, con taquicardia y a punto de llorar, intentando distraerme de forma compulsiva con todo lo que me encuentro, pero nada funciona. Te admiro mucho por superarlo, e intentaré luchar con ese miedo poco a poco.

    • Hola Dasha. Tu miedo no está asociado a ningún mal episodio dentro del avión por lo que parece algo mucho más profundo. Es una fobia como el que no puede soportar cruzarse con una araña y no es que antes una araña le haya hecho nada ¿Has probado a pedir ayuda profesional? Las propias aerolíneas organizan cursos gestionados por psicólogos para superar el miedo a volar y quizá te puedan ayudar. Están las opciones de las terapias alternativas, como la meditación por ejemplo. No sé si has probado con alguna de ellas. Lo que sí te digo es que si aunque te mueras de miedo sigues cogiendo aviones, entonces ya estás enfrentándote a ello y eso es el primer paso para superarlo. Un abrazo muy grande y muchos ánimos.

  7. Buenas Lucy, toda la vida he cogido aviones, un pariente muy cercano murió en accidente aéreo. Después de ello he cogido vuelos sin tener miedo hasta que un día de repente me entro una ansiedad incontrolable y lo pasé fatal. Desde ese momento pongo excusas a hacer viajes con amigos o pareja, me da miedo hasta plantear hacer un viaje que suponga coger avión, me agobio solo de pensarlo. La historia es que esto limita mucho lo vida y la de la persona con la que estoy y buscando por la red he encontrado este hilo. Lo primero que voy a hacer este mes es ir a un psicólogo a ver si me puede ayudar y volver a leer este hilo unas cuantas veces para enfrentarme a ello y ganar la batalla. Ya os contare, agradezco que seáis honestos y contéis vuestros miedos porque me sentido siempre bastante ridículo.

    • Hola Javi. No me extraña que después de pasar por una experiencia tan dura como esa te haya aparecido la fobia a los aviones. El caso es que hay muchas personas que le tienen miedo a los aviones desde siempre pero la gran mayoría de los que yo he conocido son (como tú y yo), personas que hemos estado expuestos a una mala experiencia relacionada con el vuelo. El proceso además es similar en estos casos. La fobia no aparece al momento, tarda un tiempo en el que uno piensa que se le va a pasar (puesto que antes no tenía miedo) y va aumentando hasta que se hace insoportable y en algunos casos limitante a tu estilo de vida.

      Por favor Javi, no te sientas ridículo. Muchísimas personas tienen miedo a los aviones (3 de cada 4 personas han pasado miedo dentro de un avión. Es el medio de transporte más seguro pero sigue imponiendo mucho respeto). De hecho, a mí me ayudó mucho hablar del tema con otras personas y ver que no era la única. Te puedo decir que cuando lo admití públicamente empezaron a aparecer “más afectados” con el tema por todas partes. Que la mayoría de las personas no lo cuenten o no lo digan públicamente no significa que no lo sientan.

      Lo que tú estás haciendo ahora mismo es el primer gran paso para superar esta fobia. Admitirlo y coger el toro por los cuernos buscando información y buscando ayuda. Si te sirve de apoyo te cuento que en el último mes he debido coger aproximadamente unos 9 aviones, algunos con turbulencias y otros sin ellas. Consigo dormirme, leer, escribir y llegar a destino sin que me duela todo el cuerpo por la tensión acumulada en el viaje y si encuentro a alguien en el avión que percibo que lo está pasando mal entablo conversación para que se le pase que sé que ayuda mucho. Confía en mí cuando te digo que es algo totalmente superable y que aunque tienes que poner de tu parte (que ya lo estás haciendo) lo vas a conseguir. Te envío un puñado de energía positiva y ¡mucho ánimo Javier! Un abrazo.

  8. Eres mi heroína! Yo no consigo subirme al metro o a un ascensor.
    Tu lo has vencido.
    Yo no se donde tengo el valor, (creo que me lo he dejado en algún cajón). A ver si lo encuentro y logro vencer mi fobia como tu.

    Un beso Lucía

    • Me juego contigo lo que quieras a que si tienes que subirte a un avión, coger el metro o un ascensor por caso de fuerza mayor te subirías. Yo tengo una motivación muy grande que me ha ayudado a superar esta fobia: no pienso dejar de viajar. Ahora estoy mucho mejor pero he tenido épocas en las que realmente lo pasaba muy mal y me tenía que buscar mis trucos. Algunas veces pienso por ejemplo en que estoy huyendo de alguien que me persigue, que tengo que ir a ese otro país porque soy la única persona que conoce una información clave para salvar a la humanidad u otro tipo de chorradas peliculeras que me invento. Tienes que encontrar una motivación muy fuerte que te haga dar el primer paso. Imagina que uno de tus hijos te necesita y solo puedes llegar a ese lugar en ascensor. Las madres tenéis el valor para la vida metido de serie en la piel. Estoy segura que si buscas la motivación que te funcione vas a conseguirlo. Un beso gigante Belinda.

  9. Pánico inmenso a subirme al avión, pero después de pasar por una situación muy triste en mi vida personal mi querida amiga Tere me llevo a Madrid. Mi estado de
    tristeza total me hizo subirme al avión como si nada y llegue a Madrid como si nada.
    Y a partir de ese momento nunca más volví a tener pánico. De una situación mala muy mala pasé a no tener nada de miedo. La mente es la leche.
    Coco.

    • Yo que pensaba que los canarios montabais en avión con la misma soltura que un madrileño coge el 27 para subir y bajar la Castellana. Desde luego, no hay mal que por bien no venga y como dices la cabeza es impresionante. Puede llevarnos a los peores miedos y las mayores alegrías. Me alegro de que tengas a esa Tere en tu vida que te hizo subir a ese avión. ¡Un abrazo!

  10. Mi experiencia con los vuelos ha sido de una tremenda ilusión y emoción cuando empecé a viajar hace 30 años, a una tremenda desgana e intranquilidad en la actualidad, con etapas de verdadero temor entre medias por el hecho de tener que coger un avión.
    En mis primeros vuelos me “pegaba” por una ventanilla para no perderme detalle de todo el vuelo, excitándome sobre todo el despegue, motores dando caña, corriendo la pista y levantando el morro al cielo. Cuanto más aviones cogía ese entusiasmo decayó poco a poco hasta aparecer el miedo y caer en la actualidad en cierta inseguridad y desgana.
    Por medio algunos malos vuelos sobre todo un vuelo horrible en época de monzón entre varanasi-kathmandu que según se acercaba el día de salir de Nepal hacia Calcuta, 2 días antes me iba la pata abajo y no precisamente por el picante de las comidas. También muchas horas de vuelos, aeropuertos y charlas sobre todo con azafatas que me han desmitificado el mundo del avión.
    Al final me quedo con que ese vuelo en la India es una anécdota que no dice nada de todo lo que descubrí y experimenté en ese viaje.
    Mi única solución es que no hay otra, si quieres ir tienes que volar y por supuesto no voy a dejar de ir, ver y sentir lo que el mundo te ofrece.

    • Hola Berni. Gracias por compartir tu experiencia. Esa solución me gusta: no queda otra y no estamos dispuestas a renunciar a todo lo que supone conocer el mundo por el miedo. Por eso justamente creo que en realidad “los miedicas” somos muy valientes. 😉

  11. Yo hace un poco mas de un mes viaje a Mexico y mi trauma fue por el despegue del avion y la turbulencia ( algo feo y horrible) luego despues que regrese a mi pais a los dias siguientes empeze a sentir sintomas de mareos , pulsaciones en el corazon y mucho panico y miedo y me preguntaba a que se debia eso hasta que me di cuenta que por pensar en el avion me asustaba, conclui que tenia ansiedad por aerofobia. Aun hoy sigo experimentando sintomas nerviosos a causa de lo anterior .Me gustaria algun tipo de ayuda para salir adelante con esto.

    • Hola Arturo. Lo mío fue muy similar. Un vuelo malo y las consecuencias llegaron después. Te confieso que cuando llevo mucho tiempo sin volar me vuelvo a poner un poco nerviosa. No llego al punto de ansiedad al que llegaba antes pero tampoco estoy como al principio que me quedaba dormida antes de despegar. Me ayuda mucho antes de subir releer la información de este artículo. Si tienes la posibilidad de someterte a ayuda profesional puede ser muy bueno, pero incluso con la ayuda profesional mi creencia es que la única persona que puede solucionar este problema eres tú mismo. Busca tus trucos: la música, leer, hablar con alguien durante el vuelo, tomarte una infusión o una copa de vino si eso te relaja… centrarte en los pensamientos positivos, leer las estadísticas. Todo lo que esté en tu mano. Ten paciencia y cree en que lo vas a conseguir. No estás solo en esto! Mucho ánimo!

  12. Guau!!! Cuán hondo respiré al leer este post, siempre que viajo me sentía tan ridícula por tener miedo y ser yo misma la que me lo generaba y peor!! pagaba para ello jajaja…pero pensaba es el costo por viajar , cosa que adoro y tengo que bancarmelo.Pero leerte me hizo que mi estómago se relaje y mi corazón lata en paz de saber que no soy solo yo y que ésto si tiene remedio. Un abrazo desde el sur de Chile.

    • Gracias por tu comentario Fabiola. No te sientas nunca mal por sentir miedo. Siéntete bien por saber que eres capaz de enfrentarte a él. Otro abrazo gigante amiga!

  13. Lucy, te felicito por lo valiente que eres con tu miedo y luego tantos vuelos! Claro, uno trata de resolver los problemas mentalmente – por eso tantos recomendaciones etc. – Afortunadamente, hablando tanto del miedo, hay que tener en cuenta que haya personas a quienes les pasa “al reves”: para mi el unico miedo sería, no tener otra oportunidad de volar una vez más! (por falta de diniero por ejemplo….). Había un tiempo cuando trabajaba en el aeropuerto y después en turismo y volaba con frecuencia y ya no era nada especial… no obstante hoy me puede pasar que ya al despegar el avión se me entra una alegría, por no decir euforía y felicidad tremenda, claro, por poder viajar tambien, pero más allá de lo razonable es mucho más y suelo pensar: ya valía comprar el ticket por esa sensación! (Lo mismo me pasa estar en barco sobre el mar…) Solo para trasladarme rápidamente a otro sitio del mundo me gustaría que tengamos ya la teleportación porque sería mucho más comodo en vez de aguantar tantas horas… ;).
    En fin, ya que tanto el miedo como la alegría se encuentran fuera de la razón, recomiendo (otra…:) ) dejarse caer en estado de alegría por lo que sea o no sea – al ser posible (?) – que el amor y la alegría (simplemente lo positivo) son curas para la mayoría de los problemas!
    Abrazo! Que tengais muchos vuelos más!!!

  14. Como te entiendo Lucia!!! Esa sensación irracional que ya desde el día o los días anteriores a subir al pájaro de amasijo de hierros, te produce casi náuseas.
    Yo el día que vuelo, me sube y baja la presión a segundos, me entran sudores fríos y mi compañero es el silencio, no quiero que nadie me hable.
    Sé la teoría de memoria sobre la seguridad y sobre los pocos accidentes aéreos, pero yo me cago vivo cada vez.
    He viajado bastante en mi vida y recuerdo dos ocasiones dónde me quería bajar del avión a medio vuelo. Un sydney-bangkok dónde por una super turbulencia saltamos todos unos centimetros del asiento y con tan mala suerte, agarré a la pobre mujer que tenía al lado, hacíendole un buen destrozo en el brazo dejandole el recuerdo de mis uñas bien profundamente clavadas. El peor, otra turbulencia en un Tokyo-Beijing, con tan mala suerte, que después de un upgrade a primera clase (me debieron ver la cara de pánico y por primera vez me invitan a viajar en primera pagando turista). La maldita turbulencia duró una hora y no pude ni comer, ni dormir, tan solo pude devolver todo lo ingerido en Tokyo. Llegué amarillo, verde , azul y me duró dos días el malestar.
    En fin, probaré tus consejos en el próximo…
    Olé por vosotros y vuestro super viaje! Debeís tener mono de avión seguro.
    Abrazo

    • Hola Jordi… Se podría decir que lo que desencadenó mi pánico fue una situación similar a esa súper turbulencia que dices. Después de eso tuve otro vuelo desde Sto. Domingo al día siguiente de que pasara un tifón. El caso es que como te imaginarás aquello se movía bastante. Fui a hablar con la tripulación al verlos a todos tan tranquilos y me contaron que el día anterior el avión se movía muchísimo más y que las turbulencias no son tan peligrosas como pensamos. Lo que son es molestas y por eso tratan de evitarlas en la medida de lo posible pero que si el avión se mueve, incluso pillando una de esas súper-turbulencias (de ahí lo de mantenerse con el cinturón abrochado), no es motivo de pánico. Lo que hago es tratar de imaginar cuanto se mueve el tren o incluso el coche por una carretera con baches. Los primeros que quieren que todo vaya bien son la propia tripulación. A ellos también les va la vida en ello. Busca tu “Woman del Callao” particular y sube el volumen a tope… verás que bien 🙂 Lo bueno es que no has parado de viajar aún pasándolo mal en algunos vuelos y eso es el paso más grande y difícil y el principio de SUPERARLO.

  15. Que bueno consejos para la gente con fobias, se lo he pasado a dos amigas una con fobia a volar y otra a las agujas, y les ha encantado. Todo esta en la mente y solo hay que aprender a manejarla para que el miedo no te invada… y aunque suena fácil no lo es, pero pasito a pasito se superan las cosas.

    Un abrazo

    • Tú lo has dicho Silvia! Pasito a paso y sin desesperar… aunque alguna veces parezca que retrocedemos lo importante es no tirar la toalla. Gracias por tu comentario. Ojalá les ayude a tus amigas la información.

  16. Ayyy pequeñuela que ilusión ver este post. La confianza ciega me da la sensación de que es mutua y lo bueno es que no es solo con nuestros miedos, sino con todo lo que nos proponemos en esta vida. Ya sabes que eres mi más mejor ejemplo de valentia,coraje, superación y, a veces, locurilla. Besotes.

  17. Lucía Sánchez Responder

    Hey tocaya!
    Que bueno leer este post! Porque te confieso que a mi me pasan cosas parecidas y todo el mundo me dice “después de 33 vuelos seguidos no podes tener miedo” y sí: lo tengo, cada vez es como empezar de cero… y eso que no he tenido malas experiencias mas que unas turbulencias.
    Seguire tu tecnocas la proxima! Saludos

    • Hola tocaya! Espero que te funcionen tan bien como a mí. La contraseña realmente funciona muy bien y llenar tu cabeza con noticias positivas del mundo de la aviación también. Las propias aerolíneas publican artículos con datos que ayudan a contrarrestar las malas noticias. A veces antes de subirme al avión me las repaso para ir más segura y listo! Un abrazo!

  18. uff, esto ya lo hablamos Lucy!
    tu sabes bien lo difícil que es para mi tomar un avión, pero aun a pesar de eso nada me detiene cuando se trata de conocer algo nuevo o algo antiguo! algún día espero perder la fobia, pero hasta ahora la he ido controlando gracias a lo que me mandaste también… gracias y un beso!!!

    • Creo Caro que después de esa conversación me diste muchas fuerzas. Sentí que alguien entendía de verdad lo que me estaba pasando. Escuchar los síntomas de boca de otra persona me dio perspectiva. Fue la evidencia de que las sensaciones de miedo sin motivo son superables. Cómo van las nuevas aventuras por la tierra de los Hobits? Un abrazo para los dos!

    • Gracias Ana! Después de hablar con muchas personas y pasarle la info a otras cuantas pensamos que lo más fácil sería escribir un post contando la experiencia con la esperanza de otras personas puedan enfrentarse a sus miedos y superarlos. La verdad es que volver a tener el control de una situación de este tipo da mucha satisfacción. 🙂

  19. ¡Genial que lo hayas superado!

    Me identifico mucho con lo que cuentas. Yo solía ser un viajero despreocupado hasta que un día tuvimos unas turbulencias en las que salimos todos volando en la cabina (yo me di un cabezazo con el techo, el auxiliar de vuelo golpeó el techo con la espalda y cayó sobre el carro de la comida, gritos, lloros de los pasajeros, etc). Una experiencia un poco traumática… Y desde entonces (hace ya más de 10 años) volar no ha vuelto a ser lo mismo. No tengo pánico, el miedo está controlado (y uso muchas de las técnicas que mencionas!), pero desde luego volar ya no es un placer como antes. A menudo me doy cuenta que tengo los nudillos blancos de apretar las manos sobre el asiento…

    Lo que no me impide volar con bastante frecuencia ^_^ Es cuestión de mantener el miedo a raya…

    Saludos!
    German

    • Mantener el miedo a raya… me quedó con esa frase. Es cierto que cuanto menos tiempo dejas pasar entre vuelo y vuelo mejor va la cosa. De hecho cuando hay escalas en el segundo vuelo voy como una florecilla silvestre. Otra cosa más que tenemos en común tú y yo! Saludos de vuelta

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