Del 22 al 23 de septiembre / 26º / Nubecillas pasajeras que viajan con el viento

Nota: esta es una historia basada en hechos reales nada graves sino más bien mundanos que no se suelen contar para que parezca que todo es ideal y gusta siempre siempre.

Ese día tan esperado… ese punto de inflexión en el que te cuelgas una medalla como mochilero low cost cinturón amarillo naranja… ese momento en el que crees que eso de dormir en un cybercafé en Japón para ahorrar algo de presupuesto va a ser algo que recordar (para contar)… te pilla en Fukuyama a donde llegas en “tren regional”.

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Se dice que lo de dormir en un cibercafé en Japón es una gran forma de ahorrar dinero. Se escribe que muchos japoneses lo usan como cobijo al perder el tren después del trabajo. Se comenta que es muy confortable y la comida es más que buena a la par que barata… Y todos esos contrastados datos te parecen bien ya que apareces en Fukuyama en plena “silver week” (la media semana de vacaciones japonesa en la que todo está lleno o a doble de precio).

Habías leído que dormir en un cibercafé cuesta entre 1800¥ y 2000 ¥ (entre 13€ y 15€) por persona. Teniendo en cuenta que cuando no haces couchsurfing, te vienes dejando en torno a los 37€ por habitación privada doble con baño compartido, no te parece un ahorro inconmensurable, pero sí sufucientemente “notorio”.

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Hete aquí, con la mochila a cuestas por la ciudad, buscando a pie un cibercafé que no te pille muy lejos de la estación (por lo de tener que ir y volver cargado). Encuentras uno, entras y cruzas un laaaaaaaaargo pasillo hasta llegar al mostrador en el que te cuentan que “un paquete de 12 horas” cuesta 2.300¥ por persona (17€) además de los 310¥ (2,3€) por cada carné de socio que tienes que poseer para poder quedarte… ¡mi tesooooorooooo!

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Hasta aquí, relativamente bien ya que te va costando el tema más o menos como siempre pero… ¡qué narices! Quieres dormir en un cibercafé porque… es parte de la aventura y seguro “que está muy bien”. Lo peor es cuando te cuentan que como tienes un pack de 12 horas, no puedes entrar hasta las 20:00 de la noche y tú dices “vale, bien… ¿dónde podemos dejar las mochilas?” A lo que te responden con educación y sonrisa un “no, lo siento, aquí no pueden dejarlas”. A todo esto, son las 15:23h tango delta charlie.

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“Pues muy bien”, piensas. “No pasa nada”, dices. Te vas a comer algo a un super porque a estas horas (y desde que desayunaste en Hiroshima) aún no has comido nada y ya estás viendo doble. Te compras un par de rollitos de arroz envasados, una sopa de noodles de bote y te preparas (sin que te vean) uno de los sobres de café 3×1 que sueles llevar en la mochila. Por un instante, se te pasa la idea de dejar la mochila al lado de la barra que tienen dentro del super e ir a ver algo de Fukuyama hasta las 19:55h. Sabes que nadie te la va a robar a pesar de dejarla allí cinco horas pero, al final semejante delito te hace sentir mal y decides “llevarte la casa a cuestas”.

fukuyama_algo_que_recordar_9Y allí estás tú, paseando por las calles de la ciudad y visitando el pertinente castillo. Con las primeras fotos llegan las parejas al parque a mirarse con rubor. Con las siguientes, los más mayores del lugar para sentarse y ver cómo pasa el tiempo. Con las últimas, una preciosa el principio de una escalonada y preciosa puesta de sol. Y ya “sin casi darte cuenta” llegan las… 18:12h. ¡Peeeeerfecto! Solo te quedan casi dos horas de paseo por la ciudad con 20 kilos encima. ¿Se puede pedir más?

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Después de marear la misma manzana un par de veces, llegas al cybercafé a eso de las 19:30h porque “total, ya casi son las ocho”. Pero no, te informan de que “no son las ocho”. Así que esperas hasta la hora convenida para hacer (después de un largo día) tu entrada triunfal en ¡tu primera noche en el ciber! Pides un habitáculo doble, por aquello de que viajas en pareja y para poder comentar la jugada (claro). Al llegar ves que el lugar tiene una mini puerta corredera de cristal, no tiene techo, casi no cabéis con las cuatro mochilas y hay un sofá mínimo chiquitito no reclinable “a vuestra entera indisposición”. Es en este momento cuando piensas (y no antes) “bueno, claro… es que esto es un cyber… no un hotel” y dejas escapar una leve sonrisa mientras vuelves a la entrada para que te den dos cubículos con sillón reclinable sin techo y puerta corredera opaca (lo cual da que pensar).

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Evidentemente tienes wifi pero además, las instalaciones te permiten disfrutar gratis de café, coca-cola, dardos, varias estanterías llenas de libros manga en japonés y películas “casi porno” (supones que en japonés también) y ejém… de una caja de kleenex para ti solito que tienes sobre la mesa de tu espaciosa estancia. Una vez que dejas la mochila y te incomodas a pierna semisuelta, miras un poco a tu alrededor y te sientes como si volvieras a tener 17 años… pero “a todo lujo”.

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Te da por pensar en lo feliz que han sido justo en ese mismo lugar en el que ahora estás sentado tantos y tantos japoneses de bien dejando volar su tensa imaginación y eso… eso reconforta a la par que tranquilliza. Esto es lo que tanto querías. No hay duda.

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A eso de las 23:14h tu yo virtual en las redes sociales no da para más y llega el sueño. Los carteles colgados en las paredes del baño con chicas que te miran mientras te cepillas los dientes “no te dicen nada” y al volver (y no antes), sientes como que estás un poco fuera de lugar. En tu camino a casa, suena El lago de los cisnes en versión politono acompañado de cientos de clicks de ratón, ves varias cabinas libres y un chico que juega compulsivamente a los dardos. Te pones los cascos, reclinas el sillón un poco más y… a dormir.

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A las 02:15h te despiertas no sabes muy bien por qué. Bueno sí… alguien ronca en modo dolby surround, le caes mal a la parte del sillón que sujeta tu espalda baja, continúas oyendo cientos de clicks de ratón y sí, oh sí… sigues disfrutando de El lago de los cisnes. Vas al baño conla intención de estirar un poco las piernas y para tu sorpresa, todas las cabinas están llenas. Hay una chica echada en el sofá de lo que efímeramente fue vuestro cubículo doble y el chico de los dardos sigue en el mismo sitio. Intentas dormir de nuevo… 3:08… 4:45… 5:27… 6:58… Ves pasar todas las horas entre parpadeo y sueño, te duele todo y ya no puedes más con El lago de los cisnes. “Afortunadamente” solo queda una hora para irte que pasa bastante rápido cuando te pones los cascos y sueltas a los Human Fields.

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07:55… ¡riiiiiiiing… riiiiiiiing! Ese sonido infernal que te sobresalta, es el teléfono que tienes colgado en la pared a la altura de la cabeza y que ni habías visto. El mismo que te trae una voz de otro mundo. Concretamente desde la recepción, recordándote amablemente que tienes que irte en cinco minutos. Así… sin besitos ni “buenos días”. Al salir de tu hogar estrecho hogar, ves que en la que fue vuestra cabina doble a las 20:01 y de una chica a eso de las 02:15, ahora hay una pareja sentada leyendo libros manga ¿?

Y ahí estáis, a las 08:01 de la mañana en la XXXX calle otra vez. Con todo cerrado, una rasca considerable y cuatro preciosas mochilas que os miran desde el suelo con expresión de “no nos abandones, nosotras nunca lo haríamos”. Antes de irte a ver el Myoo-in Temple y el resto de la ciudad, dejas a un lado tus sentimientos y metes las grandes a empujones en los lockers pequeños de la estación al módico precio de 300¥ por mochila (los lockers grandes valen 500¥).

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Resumen: 2.300¥ por persona para escuchar El lago de los cisnes 47 veces + 310¥ por persona por cada carné + 300¥ por mochila en locker de estación… 5.820¥. Es decir, 43,40€ por una noche que recordar y que poder contar (para muestra, este post). Eso es lo que querías, ¿no? Y es que (salvando las enormes distancias), como diría nuestro querido y admirado Herman Zapp: “si no vinimos para esto… ¿para qué vinimos?

Nota: puede ser que este cibercafé no fuera “el ideal”… que el resto sean más baratos, que puedas dejar la mochila 24 horas, que tengan techo, sofá reclinable de dos metros de ancho y puerta opaca que llega del techo al suelo. Por las dudas… repetiremos.

29 Comentarios

  1. Hola Rubén! Tengo mucha curiosidad por dormir o pasar un ratazo en un lugar de estos aunque me veo que tu experiencia no fue la mejor. En unos días viajo y me la juego! jeje. Felicitarte por el escrito, ingenioso y divertido especialmente 😉 Gracias por compartir.
    Montse.

  2. Nos encantan los paisajes asiáticos. Sin duda son maravillosos, gracias por acercarnos estos lugares tan curiosos.
    Nos gustó la entrada y la de curiosidades que aprendemos.
    Un saludo!!

  3. Nosotros pasamos por un cibercafé en Kyoto, como éramos, por aquella época, turistas acomodados pasamos de dormir allí.

    El ambiente es muy curioso, no he visto una biblioteca de manga más grande (mira que visitamos tiendas del rollo, pero madre mía…)

    En fin, que si sabes leer japo, allí tienes ocio para pasar meses jeje

    Por mucho que suene a tópico, los japos son rarunos y muy entrañables. La cultura ciber esa que tienen no deja de impresionar, gente que se pasa ahí el día e incluso duerme (vale, sois la excepción). Japón es un mundo paralelo.

    Seguid disfrutando!

  4. Esperemos que el próximo esté mejor.
    Los hay peores, aquí con una silla y separados por una mampara (¿?).
    Besos para los dos.

  5. Qué post tan práctico Rubén, muy bueno. Pregunta tonta y que seguro que ya habréis indagado… ¿Habéis probado de ir a un love hotel? Tengo entendido que es más barato que un hostal pero no sé si más caro que un cibercafé. Un abrazo y os sigo con mucha envidia.

  6. Creo que alguna vez vi un documental sobre esos “solitarios” cyber cafés donde van los hombres a la salida de la oficina, pero no tenía idea que se podía dormir allí. Puede que sí lo intentemos algún día; iré con mi celular cargado para escuchar mi música toda la noche jaja

    • Enchufes y cascos ya tienes… por eso no te preocupes. Eso sí, cuando nos decidimos a dormir es cuando vino el problema 🙂

  7. Mónica y Sergio Coaching Viajero Responder

    No conocíamos esta opción de “alojamiento” para pasar la noche en Japón, si algún día probamos la experiencia seguro que nos acordaremos de vosotros! Ahora mismo leyendo el post nos lo pensaríamos un poco…pero seguro que al final picamos y probamos 😉

    Un abrazo!!

  8. JAjajajja Por ahorro no creo que sea… por escribir este post, seguro que valió la pena ;))) Pero ¡vamos! a nosotros nos costó aún más caro dormir en un refugio de montaña en… colchones corridos en un sitio dónde sólo se puede llegar a pie… (48€/2 pax./noche) Así que ¡a seguir coleccionando experiencias!

    • Hay que ver cómo os gustan los refugios a vosotros!!! A ver cuándo nos encontramos de nuevo en otro 😉

  9. No sabía que se podía dormir en un cyber! Qué loco Japon. Se agradece contar la experiencia, no sé si lo haría. Quizás solo una vez, máximo. Pero tendría que andar solo porque me parece difícil convencer a alguien, jaja

  10. Nosotros buscamos un hotel cápsula, pero los precios no eran ni por asomo lo que tú comentas. Como tú bien dices, para probar y contar.
    Eran de esas cápsulas donde sólo hay una cama individual y creo recordar que andaban por los 70€, es decir, tendríamos que haber pagado 140€, lo mismo que un hotel con cama doble y cuarto de baño privado. Así que lo dejamos para otra ocasión.

    Pero no pudimos resistir la tentación de ir al Nakagin Capsule Tower. No es un hotel, y ni siquiera son cápsulas propiamente dichas. Algunos son apartamentos de 12 metros cuadrados supuestamente con todo lo que puedes encontrar en un apartamento de verdad. Además, es un edificio histórico, único en el mundo y en peligro de desaparición. Lo malo es que también está en peligro de derrumbe. Una pena.

    Muy divertido el post, por cierto.

    • Casi todos los hoteles cápsula que nos estamos encontrando son “solo para ellos” y claro, no me voy a dejar a Lucy fuera. Ahora mismo estamos en Kawaguchiko y de aquí iremos a Tokyo. Queríamos probar allí alguna “rarunez” pero al final, vamos a estar más tiempo de lo previsto y hemos tirado de airB&B. Pero iremos a visitar el Nakagin Capsule Tower… aunque sea por fuera y vigilando que no se caiga 😉 Qué bien que estuvisteis allí.

    • Seguro que le encuentras el punto. Al final… son de estas cosas de las que más te acuerdas y en realidad, no fue tan duro. Seguro que la mayoría son mucho mejores y nos ha tocado “el pintoresco” 🙂

  11. Pues nosotros pensamos más de una vez en quedarnos en uno… Desde los puestos de fuera, las “habitaciones” parecían cómodas, pero también puede ser que uno no se dé cuenta de lo que es hasta que no entra ;-p
    Capaces seréis de repetir, pero en uno mejor por favor!

  12. En verano es peor, pues debes lidiar con el ruido constante y ensordecedor de los aires acondicionados, para no comentar otros ruidos que has explicado muy bien en el post.

    • Si encima nos llega a tocar un aire acondicionado de esos glaciares que ponen por estos lares nos da algo!

  13. Muy bueno! He tenido varias veces la tentación de probarlo, pero ahora creo que va a ser que no. Gracias!! Me ahorraré una mala noche (y un día de turismo zombie 🙂

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