Seguro que recuerdas el típico plato de patatas fritas que hacía tu madre. Doraditas. Recién salidas de la sartén. Mirándote desde la encimera de la cocina y gritando “cómeme”. De repente, te vienen unas irrefrenables ganas de comerte un puñadito, horizonte despejado y… ¡manotazo! “¿Cuantas veces hay que decirte que no se come con las manos?”

En este lado del mundo, muy pocos deben ser los que se han salvado de una regañina (sino algo más), por no resistirse a ese instinto primario de meter las manos en el plato para comer. Los cubiertos son un invento del hombre moderno, así que es lógico creer que antes de que aparecieran, no quedaba otra que servirse de las manos para comer. No hace falta hacer un viaje al pasado para descubrir cómo es eso de dejar los cubiertos de lado ya que en la actualidad, hay muchos países en los que se come con las manos. En lugares como Indonesia, Malasia, Maldivas o India, se puede ver cómo el comer con las manos no tiene nada que ver con la clase social de cada uno. Es probable que por ser extranjero te traigan una cuchara, pero vas a ver cómo se dibuja la sonrisa en la cara de todo el mundo si les dices que tú también te animas a intentar comer como lo hacen ellos.

Utilizar las manos puede parecer fácil, pero como todo, tiene su técnica y si hay arroz de por medio, entonces ni hablamos. Al principio uno se siente raro. Son muchos años utilizando cubiertos y dejando de lado al tacto a la hora de comer. Para agilizar en todo lo posible el proceso de aprendizaje y quedar bien desde el primer día, aquí van algunos consejillos:

1- Lávate bien las manos. A conciencia. Estilo cirujano. Sí, comer con las manos no implica que uno sea sucio. De hecho, en según qué lugares puede ser más seguro utilizar nuestras manos limpias, que un cubierto que no se sabe muy bien qué tipo de vida ha llevado antes de llegar a nuestra mesa.

2- Infórmate sobre cuál es la mano con la que se come u observa cómo lo hacen el resto de los comensales. En algunos lugares se utiliza solo la derecha y en otros las dos. Es un tema importante, porque el uso de la mano que queda fuera está relacionado con otras actividades que nada tienen que ver con la alimentación.

3- Antes de llevarte la comida a la boca mezcla los ingredientes del plato y haz un pequeño montoncito con tus dedos. Tiene que quedar una especie de pirámide compacta.

4- A partir de este punto es dónde puede verse quien maneja de verdad la técnica y quien no. Utiliza tu mano como si fuera una cuchara. Inclinándola para coger los alimentos.

5- No levantes el brazo por encima de la cabeza. Acerca la mano a tu boca y usa el pulgar para empujar la bolita de alimentos.

6- Repite la operación una y otra vez (más o menos hasta que se acabe la comida o el hambre)

Cuando hayas terminado vuelve a lavarte las manos. Por muy descuidado que te parezca el lugar e incluso aunque no tenga baño, seguro que cuenta con una pila con una pastilla de jabón o una cañería de la que sale agua.

Algunas teorías defienden que comer con las manos ayuda a la hora de hacer la digestión e incluso algunos locales nos han hablado de que las llemas de nuestros dedos tienen una especie de “aceite natural” que al mezclarse con los alimentos es bueno para la salud. Más de una vez nos han dicho esa frase de “with hands tastes better” (“con las manos sabe mejor”). Nosotros desconocemos si alguna de estas hipótesis es cierta o no, pero lo que está claro es que, si no hay nada mejor que comer pollo o patatas fritas con los dedos… Por algo será.

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11 Comentarios

  1. A nosotros nos pasó en Sri Lanka también, estábamos intentando comernos un Chicken Curry con las manos, y se nos daba tan mal que un local viendo que nos iba a dar la cena y no terminábamos se nos acercó para explicarnos la técnica y es cierto, el truco están en el pulgar!

    • Nosotros aprendimos en Malasia. La situación fue parecida a la vuestra:
      – Amadh: ¿Sabéis comer con las manos?
      – Algo que recordar: Por supuesssssssto.

      (4 intentos de coger el arroz a puñados y 5 minutos después).

      – Algo que recordar: OK. Patatas fritas y pollo sí. Esto no.
      – Amadh: Ajammmm (carcajada).

      Y luego nos enseñó. 🙂

    • En verdad que suena muy divertido, didáctico y genial. Sin duda la vida del viajero es de lo mejor, conociendo tradiciones, cultura, revolucionando el pensamiento y la vida desde todos los puntos de vista. Excelente blog. Lo seguiré desde ahora. Gracias.

      • Gracias por tu comentario Rizog. La vida del viajero para nosotros es genial por los beneficios a todos los niveles que nos aporta. Aunque también conocemos mucha gente que no la quiere y que es muy feliz con otro tipo de vida. Lo importante es que cada uno encuentre su manera de disfrutar de su paso por este mundo, ¿verdad? Esperamos verte por aquí más a menudo. Ya sabes donde encontrarnos. ¡Un abrazo y a seguir comprando billetes sin vuelta! 😉

  2. Yo lo he probado, si mal no recuerdo, en Túnez, en Marruecos y en India. La experiencia fue muy buena. Sentí que la comida sabía a comida, que sabía de verdad a comida. Fue algo completamente sensorial pero, a un tiempo, completamente natural. No sé si me explico. Hace mucho que no lo hago y al leer vuestro post me han entrado ganar de volver a comer con las manos. Saludos.

    • Entendemos perfectamente a lo que te refieres. Eso es justo lo que dicen ellos “with hands it tastes better” y tiene mucha lógica porque estamos sumando otro sentido más a la experiencia sensorial.

      Déjate caer por los restaurantes indios de Lavapies y disfruta 😉 Más saludos.

  3. Para mí fue una grata experiencia en Sri Lanka. Al principio me resultaba raro, pero estoy de acuerdo en que la comida sabe mejor, aunque no menos picante y se disfruta como un niño de meter la zarpa en el plato. Tuve buenos maestros.

    • Será que fuiste una buena alumna porque esos mismos maestros también han viajado con gente que no se ha animado a probar la experiencia. Por cierto, menos mal que el picante no atraviesa la yema de los dedos ¿eh? Besitos.

  4. Nunca había lo había visto de esa manera pero sí, me fío más de mis manos limpias que de un tenedor sucio. Tendré que practicar en casa a ver si me animo cuando vaya a algún país de los que dices.

    • Hola Ana. La primera vez y sobretodo con algunos alimentos uno se siente medio raro, pero luego rápido empiezas a disfrutar no solo de los sabores y los olores de la comida, sino también de las diferentes texturas. Esperamos tus sensaciones una vez que lo hayas probado. ¡Un abrazo!

    • Nosotros tenemos una máxima con los temas de alimentación (de momento seguimos sin caer enfermos) que es comer lo que comen ellos y de la misma manera. Si la gente del país no come carne, nosotros tampoco. Si la gente del país solo come carne, nosotros también. Si en un lugar se beben zumos naturales y no envasados, tomamos eso. Si nadie consume Coca-cola ni la tocamos.

      Cuanta más rotación alimenticia hay más seguridad de que los alimentos sean frescos. Una Coca-cola que nadie pide puede llevar metida en un almacén 4 años caducada. Lo mismo hacemos con la manera de comer: si nadie usa los cubiertos… por algo será.

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