Viajar por países asiáticos durante horas y horas en autobús, tiene una gran ventaja cuando la gente se pone a hablar sin parar: que no les entiendes. Te da por pensar que seguramente están citando frases célebres de William Shakespeare o debatiendo airadamente sobre cómo combatir el cambio climático para mejorar la salud del planeta. Cuando visitas alguno de los países de habla hispana de América, es todo lo contrario y se merece, como mínimo, un bestiario. Aunque es de agradecer la facilidad para relacionarse que te da tener el mismo idioma, te enteras de todo, para bien… y para mal. Por un lado, te enfrentas a algunas conversaciones que querrías no escuchar prefiriendo entregarte al placer del silencio para disfrutar del momento. Por otro lado, no puedes evitar cazar al vuelo algunas frases que, sencillamente, te arrancan una carcajada. Por la situación, la expresión en sí, la tonada y la gracia al decirlas.
Aquí están, estas son, las frases, comentarios o expresiones que te han perforado el oído para llegar directas al corazón o al estómago (según los casos). Adelante con el… beeeeeestiarioooo cooooolombiaaaanoooooo:
1) Si hay alguna expresión que desde el primer día hasta el último, se te hace extraña, es el “¡Qué pena!”. Al principio te llamó mucho la atención porque no encontrabas la pena (en su significado de tristeza) por ningún lado. Poco a poco empiezas a decodificar el sentido de la expresión y su contexto. Viene a ser una especie de “lo siento”, pero no.
Qué pena señor… ahora le traigo el vaso.
Ya sujeto yo la puerta… qué pena.
2) Paseando por la Carrera Séptima de Bogotá, te detienes delante de un chico y una chica que bailan como poseídos. Se trata de una secuencia inconexa de pasos que no habías visto antes. Como se mueven a mil por hora, cada uno baila como mucho treinta segundos. Tienes tal asombro que aún no sabes si vas a echarles monedas o no. Justo en ese momento, se para detrás de ti un señor de unos cincuenta años. De rostro moreno y gran bigote, sujeta una bici con sus manos. Mira durante unos segundos “el espectáculo” y con voz ronca y muy despacito dice:
“Aaaaaaayyymimadre… la marihuana sí está mala”.
3) Un trayecto en taxi en Bogotá de algo más de una hora, da para mucho. A veces con escuchar la radio ya tienes bastante. En este caso, estaba sintonizada Raaaadioooolímpicaaaaaa y había anuncios:
“Si tus relaciones íntimas son tan aburridas como un discurso de Maduro…”
4) Otras, charlar un rato con el propio taxista merece mucho la pena. Es una buena manera de sacar algún consejillo práctico de cara al futuro:
- … Eje Cafetero, luego Medellín y después de Boyacá, tenemos pensado ir al desierto de Tatacoa porque nos han dicho que es una maravilla.
- Vayan ustedes. Es un lugar muy especial. Además, pueden ver avistamientos.
- ¿De aves?
- No… de alienígenas.
(silencio incómodo)
- Ah… yyyyy… pues qué bien, ¿no?
- Sí y se pueden incluso ir con ellos.
- ¿En serio?
- Sí… si encuentran la frecuencia vibratoria acorde, es posible.
5) Te paras a ver el ambiente de una de las muchas reuniones para jugar al ajedrez en plan “rey de la pista” que hay por las calles de Colombia, cuando un señor que pasa por delante dice:
“Viva la vaganciaaaa”.
6) En una calle de Medellín, una chica al ver a Koke, le dice a su madre:
“Mira… un alemanchi”.
7) Escuchando la radio en un supermercado de Cartagena, los periodistas comentan la próxima visita del Papa al país. En un momento, una frase sobresale de las demás:
“… lo van a molestar con tantos selfies al Papa”.
8) En un mercadillo, dos abuelos charlan de puesto a puesto y uno le dice al otro:
“Pues esta noche a las 12, en el canal 55, ponen una película pornográfica”.
9) Sin duda la siguiente frase es de esas que, tanto por su composición como por su significado, se te quedan en la cabeza para el resto del viaje. En Colombia, una sentencia muy común para llamar la atención de los clientes, sobre todo en cuanto a venta callejera se refiere, es decir “a la orden” y lo que venga detrás. Si ya de por sí, la expresión te causa cierta incertidumbre… el mundo de lo inesperado cobra un nuevo significado para ti cuando al pasar por delante de una chica que sujeta un cartel que ni has mirado, oyes:
“A la orden hormigas culonas”.
Nota: las hormigas culonas son un insecto comestible de (dicen), particular sabor y propiedades afrodisíacas que se come en Colombia desde hace cinco siglos.
10) Nada más llegar al Eje Cafetero, en plena montaña, en el pueblo de Buenavista, el caificultor Don Leo nos pregunta qué hemos visto del país:
- Hasta ahora solo hemos estado en Bogotá…
- Lastimosamente, han conocido lo peor de Colombia. Para mí es un infierno frío.
11) En un bar de Cartagena de Indias los presentadores de Radio Uno, amenizaban la retransmisión del partido de clasificación para el mundial entre Venezuela y Colombia. En el descanso uno de ellos, presenta a su compañera diciendo:
“Y aquí está la Chiqui Brieva que nos va a bailar un poco. Prepárense para ver cómo mueve el bote”.
Todas estas frases han formado parte del viaje como si de una banda sonora se tratara. Las has ido repitiendo hasta hacerlas tuyas y te traen tantos recuerdos entrañables como la mejor de las fotos que hayas podido hacer. Colombia no habría sido lo mismo para ti sin tener el mismo idioma. Colombia no habría sido igual si te hubieras perdido todos esos momentos que ahora, te parecen tan importantes como el mejor de los paisajes que hayas visto allí. Pero es que es maravilloso compartir idioma con más de 567 millones de hispanoablantes en todo el mundo, pero es todavía mejor que sea una lengua llena de matices que traen tantos buenos momentos.
5 Comentarios
digo lo mismo lucy ,y buen sitio buen contenido me gusta el sitio
¡Gracias por el comentario!
buen aporte, buena informacion, gracias, me gusto viajar a colombia.
¡Pero qué grande! La verdad que los colombianos tienen unas expresiones muy “chistosas” como dirían ellos y a veces chocan bastante con el significado que nosotros les damos. Para mi la mejor es el “ahorita”, esa unidad de tiempo que puede ser de días…jajaja
Muy buenos recuerdos gracias a este post!
BSS
Lo mejor del español son justamente esos pequeños malos entendidos que terminan siempre en risa. ¡Hasta dentro del mismo país cambian las expresiones!
Ahorita suele ser aproximadamente… una horita 🙂
Más besos.