¿Vives en Madrid, Zaragoza, Bilbao…? ¿Tienes días de vacaciones pendientes? ¿Quieres viajar pero no te quieres ir muy lejos por toda esta situación rara rara? ¿Quieres playa pero también montaña, buen tiempo y comer bien? Canarias es la respuesta.
Para nuestra sorpresa, aún hay mucha gente que viviendo en la península, nunca jamás ha estado en Canarias. Hay quien piensa “bueno como está cerca, ya iré” (no seremos nosotros los que vayamos contra esta forma de pensar), otras personas creen que es “un lugar eminentemente de pulserita con todo incluido” (gran error) y hay por quien, sencillamente, pasa el tiempo y las oportunidades al no saber muy bien a qué isla ir.
Ventajas genéricas de Canarias
– Es cierto que son las islas de la eterna primavera. Vengas en el momento que vengas del año, vas a poder ir a la playa y tomar el sol (si eso es lo que más te gusta).
– No se sabe mucho al respecto, pero se come bastante bien. Aunque todo parece pasar por las papas con mojo picón, están (entre otros muchos) los pescados como el cherne o la sama; los potajes y guisos, la carne de cabra o el cochino canario; los quesos (de los más premiados del mundo); los vinos (sobre todo los blancos de Lanzarote) o los postres como el polvito uruguayo, el bienmesabe o la quesadilla herreña (por citar algunos).
– El tiempo pasa más despacio. Aun estando en las islas más pobladas (como Tenerife y Gran Canaria), en pocos minutos te puedes perder y sentir el espacio y el silencio que vive en él.
– La gente. Aunque suele ser un tópico hablar de lo amable que es la gente de cada lugar, en las islas esta sentencia se cumple en un 97%. Es una realidad que en los sitios con mal tiempo o condiciones de vida relativamente adversas, la gente suele ser entre estirada, fría y hasta antipática. Eso en Canarias no se da.
Sí o sí
Si quieres ver algo más allá del hotel o apartamento en el que te alojes, no te queda otra que alquilar un vehículo. Sí, hay transporte público, pero el taxi no compensa en absoluto, las excursiones organizadas de un día no te dan la oportunidad de relajarte en ningún momento y las líneas de autobús son limitadas y solo suelen unir poblaciones importantes quedando fuera la mayoría de lugares de interés. Ojo, no tenemos nada en contra de la gente que no necesita nada más que descansar en una hamaca. Cada cual sabe mejor que nadie lo que le pide el cuerpo, pero para nosotros el encanto de las islas, está un poco más lejos. Lo bueno es que por mucho que subas, gires y bajes, no te vas a perder. Es lo que tiene estar en una isla.
Por otro lado y una vez tengas solucionado el cómo moverte, lleva siempre toalla, bañador, un jersey y agua. Son los básicos fundamentales para pasar de un microclima a otro y no decir “¿por qué no me habré traído…?” Y es que te puedes levantar con un día relativamente nublado, conducir una hora y asarte de calor, que haga algo de viento volviendo y seguramente refresque por la noche. Nunca se sabe.
¿Qué isla elegir?
Aquí es donde reside la gran duda para la mayoría de la gente. Tanto, que puede llegar a agobiar la idea de “equivocarse” de destino. Evidentemente y tratándose de una cuestión de gustos, es la elección más personal y en la que nadie acertará por ti. Eso sí, podemos dar algunas pistas.
Las islas más orientales son más desérticas y bajas, teniendo también mejores playas. Por otro lado, las occidentales destacan por tener más montaña y verde. Si tenemos que mojarnos, diremos que siempre que nos preguntan solemos decir que Tenerife, por estar en la situación que está y por sus características, es la más completa. Tiene un poco de todas. Es decir, es un buen primer destino para pillarle el gusto a las islas. Por otro lado, Lanzarote es una isla bonita por todos lados. Muy cuidada y con lugares a visitar más que únicos. Si ya has estado en alguna de las dos o en ambas, es interesante lanzarse a por algo más “fuerte”. Tanto El Hierro como Fuerteventura, cumplen con esta premisa. Una, por su encanto único como isla 100% sostenible, sus fondos marinos y sus charcos naturales. La otra, por ser la más salvaje y tener las playas más espectaculares de las islas. En este artículo hablamos con más calma de cada una de las islas y cómo recorrerlas.
Pero hemos dicho que tenías bastantes días, ¿no?
Y si has llegado hasta aquí, está claro que lo tuyo es la necesidad de recorrer y ver cuanta más variedad mejor. Así que, ¿por qué quedarse solo con visitar una isla? Combinar dos o incluso tres en un mismo viaje (depende de los días que tengas), es un plan perfecto. Para nosotros, la forma más especial de conocer las islas es moverse siempre hacia adelante. Agárrate a este plan que te proponemos a ver si te ves haciéndolo:
– Aterrizar en una isla principal con coche de alquiler y tener reservada las dos primeras noches en algún alojamiento.
– Recorrer la isla buscando alojamientos sobre la marcha pudiendo improvisar la ruta y no teniendo que volver siempre al mismo hotel (en alguna isla puedes llegar a tardar más de cuatro o cinco horas en hacer un recorrido con vuelta, teniendo casi que repetir algo parecido al día siguiente). Si siempre te mueves avanzando, no pierdes tanto tiempo en ir y volver.
– Saltar a otra isla cercana y repetir el plan.
Ejemplo de 14 días (práctico y resumido)
– Llegar a Gran Canaria y alojarte en Maspalomas para ver las dunas.
– Al día siguiente, seguir hacia La Aldea y subir a la cumbre para ver El Roque Nublo (quedándote por Tejeda, por ejemplo).
– Bajar por Teror y Arucas hasta Las Palmas para ver El Barrio de Vegueta.
– Coger el barco hasta Fuerteventura y quedarte en Morrojable para visitar la playa de Cofete.
– Después, pasar por la Playa de Sotavento y visitar las Cuevas de Ajuy y Betancuria hasta llegar a Cotillo.
– Recorrer la costa norte y pasar desde Corralejo a Lanzarote en barco para ver Las Salinas, Los Hervideros, Timanfaya y Caleta Famara (donde podrías pasar la noche).
– Seguir hacia el Mirador del Río, Jameos del Agua y la Cueva de los Verdes.
– Bajando, lo ideal sería pasar por La Geria e incluso Playa de Papagayo para ya ir volviendo.
– Cruzar a Fuerteventura pasando por las Grandes Dunas de Corralejo y quedándote en Las Playitas para volver a Morrojable y de allí a Gran Canaria.
Otros combinados interesantes podrían ser…
Tenerife – La Gomera y La Palma (14 días)
Tenerife – La Gomera y El Hierro (12 días)
Tenerife y Gran Canaria (10 días)
Fuerteventura y Lanzarote (9 días)
Tenerife y La Gomera (7 días)
Para moverse entre islas y ya que tienes coche (o furgo), lo suyo es ir en barco. Los traslados no son muy largos y así podrás llevar todas tus cosas contigo. Además de haber mucha frecuencia, moverse en barco ofrece la posibilidad de cambiar de hora y día con facilidad tanto si te quieres quedar más en una isla como si quieres cambiar a otra. Aquí puedes ver líneas, horarios y precios.
Por otro lado, hay hoteles, hostales, pensiones y casas particulares por todos lados. Cuando se acerca la tarde, puedes ir buscando por internet qué hay cerca para dormir o hacerlo a la vieja usanza… preguntando.
Esta forma de viajar en la que la improvisación forma parte del viaje, hará que descubras muchos más lugares, que pierdas menos tiempo repitiendo trayectos, que te pierdas por lugares más auténticos y que la experiencia sea mucho más aventurera. Pruébalo y dinos qué tal. Seguro que acabas enganchándote al “buscar sobre la marcha” y te sorprendes con la diversidad entre cada una de ñas islas del archipiélago canario.
1 Comentario
Hola, Ahora tengo aún más ganas de ir a Lanzarote y conocer este paisaje tan especial. Desde hace mucho tiempo ha sido un sueño para mí.
Las fotos de verdad están muy bien. ¿También puedes recomendar ir a Fuerteventura por algunos días ya que está muy cerca?
Un saludo.