Probablemente, todas estas curiosidades de Myanmar sean lo último que un birmano se imaginaría que podían traer a alguien de cabeza. Probablemente, Myanmar sea el país que menos ganas tenga de llamar tu atención y que sin embargo, lo hace constantemente. Desde el primer día hasta el último, se esfuerza (sin querer)… por arrancarte un comentario, una sonrisa, una fotografía.
Una secuencia de “El síndrome del eterno viajero” dice:
“Qué curiosa es la curiosidad. Siento que la gente me mira y se sorprende porque me paro a mirar cosas que a ellos no les llaman la atención. Para ellos, todo esto es normal. Es… su día a día. Para mi no. Para mi, un perro dentro de una jaula con un cuenco de arroz no es normal. Se merece dos o tres minutos de mi tiempo y alguna que otra foto. Por eso, me paro a ver cualquier cosa que aquí es “normal”… y me siento observada, lo cual también me hace mucha gracia… Seguro que alguna vez estando en Madrid, me he parado a observar a alguien porque estaba haciéndole fotos a un puesto de churros… Qué curiosa es la curiosidad, sobre todo, cuando no pretende serlo”.
Puede que lo primero y más llamativo sea eso de que los hombres vistan con falda. Más allá del “hecho de género”, es la prenda en sí la que te suscita cierta curiosidad: el longhi.
Se trata de un cilindro de tela multiusos que puedes utilizar como parapeto “antivoayeurs” para asearte en cualquier río o similar. Como nunca se sabe dónde acabarás durmiendo o cuándo, también puedes usarlo de manta.
Otra de las peculiaridades más características de este país es el uso por niños, mujeres… y algún hombre, de la thanaka. Una especie de protector solar a base de polvo de árbol mezclado con agua que hace las veces de maquillaje.
Superado el aperitivo, vamos con las curiosidades a modo de entrantes:
– El tabaco: aquí casi todo el mundo se dedica a mascar una especie de tabaco de nuez de betel envuelto en una hoja: el kunya. Lo hacen a mano en cualquier esquina. Una hoja, 50 kyats (0,04€).
Los daños colaterales se dividen en dos:
1- Inmediatos: un gran surtido de escupitajos (tragarlo es nocivo) que dejan la calle como si un loco con un rifle andara suelto.
2- A largo plazo: dientes y encías rojas de por vida como si cada día, justo al levantarte, un peso pesado te soltara un gancho en la mandíbula para darte los buenos días.
– La “pinzatimbre”: se trata de un artilugio casero de uso muy extendido en Yangon. Una cuerda multiusos que cae desde los balcones hasta la calle. La principal utilidad es que, si tiras de ella, suena una campana a modo de timbre en la casa. También puedes utilizar la cuerda como tirador para subir huevos o peso similar y no tener que dejarte el hígado en la escalera.
– La felicidad a pesar de todo. Aunque por aquí hay necesidad, poco trabajo y mal pagado… cualquier hijo de vecino (y vecina) bromea con el de al lado y sobre todo… se arranca a cantar en cuanto tienen un momento. Da igual donde estén, quien haya delante o qué estén haciendo. Nunca es mal momento para improvisar un karaoke. Normalmente, en tonos pastel.
– Mecheros colgantes: en las teterías puedes fumar. Para ello, te pides un “mini-tupperware” donde te ponen unos cuantos cigarrillos y pagas los que te fumas. Como has venido sin tabaco, probablemente no tendrás mechero. No te preocupes y no molestes a los demás clientes… tenemos mecheros colgando del techo por todo el local. Te levantas, te lo enciendes y te vuelves a tu sitio… ¿eh?
– Locutorios ambulantes: no todo el mundo tiene móvil en Myanmar pero, si sientes la irrefrenable necesidad de usar el comodín de la llamada para contarle a tu madre cómo te ha ido el día… no te preocupes. En cualquier esquina encontrarás improvisados puestos con teléfonos “de los de antes” para que ninguna madre se sienta abandonada. Te sientas delante del operador de telefonía y le das a la lengua.
Pasemos a los “main cour-iosities”
– Aunque en los vehículos, el conductor está a la derecha (a la inglesa), el sentido de los coches es a la española. Es decir, que si quieres adelantar y tienes un camión delante, tienes que sacar más de medio coche para ver si puedes o no.
– Como en casi todo el sudeste asiático, los monjes y las monjas salen a recolectar la comida que la gente les da como ofrenda. Suele ser arroz. Eso sí, el de las monjas está crudo. El de los monjes no, porque no cocinan.
– La familia es lo primero: aunque en casi cualquier esquina ves niños, lo que te llama la atención es ver a uno de ocho años con su hermano de dos colgado del cuello. No sólo no pasan de los pequeños sino que se preocupan y ocupan de ellos constantemente.
– El cine no tiene horarios ni fecha en el calendario… vamos que, todo el día están proyectando. Desde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche. Entre semana. Non stop.
– Pequeños niños sobre enormes bicicletas: parece como si nada más nacer, a cada niño le regalasen una bicicleta tamaño adulto para que les dure toda la vida. Los ves con 5 años montados en la bici de un jugador de baloncesto como si nada. Ni ruedines, ni lazos rosas colgando del manillar. Un par de saltitos para arrancar o parar y listo.
– En los autobuses va un “ayudante” que se encarga de ir cantando a los cuatro vientos las paradas que a dicho vehículo le falta por recorrer. Así que, si eso… te subes y ya sabes que vas bien.
– Las pick-up: es una modalidad de transporte público que se utiliza para moverse de ciudad en ciudad. Salen cuando se llena. Si es en 5 minutos… 5 minutos. Si se llena en una hora… una hora. El hecho de que esté “llena”, no significa absolutamente nada ya que, una pick-up llena, puede aumentar su capacidad mágicamente. Es una especie de milagro de los panes y los peces en versión personas, bultos y pollos. Donde supuestamente caben 12 personas, pueden llegar a entrar 20.
– Agachar la cabeza: por estos lares, tienen inculcado eso de agachar la cabeza cuando te sirven en un restaurante o donde sea. Se trata de una actitud de servilismo en vías de extinción que aquí se transmite de padres a hijos.
– El wi-fi y tú: en los dos o tres sitios que tienen wi-fi “a toda lentitud” gratis para los clientes (o la que robas del local de al lado), te puedes quedar a vivir. Te pides un café, enchufas el móvil y ya está. No te van a decir nada por muchas horas que estés y mucho menos un desagradable: “¿Podría pagar ahora? Es que vamos a cambiar de turno”. Además, puedes beber todo el té que quieras… con una taza comunal autolimpiable en una palangana con agua… de toda confianza.
Y de postre:
– También encuentras churros para desayunar así que, si pensabas que era algo “typical spanish”, va a ser que no.
– El agua: aunque hay pobreza y necesidad, hay almas más que generosas que anónimamente, dejan bidones o ánforas llenas de agua en plena calle o a la puerta de su casa para que quien tenga sed… se sacie gratuitamente bebiendo de un vaso “para todos los públicos”… bocas… y babas.
“Qué curiosa es la curiosidad. Sobre todo… cuando no pretende serlo”.
9 Comentarios
Je, je, algunas las recuerdo como si fuera ayer, otras no porque viajé a Birmania antes de la era de los móviles y wifi, te imaginas?!
En 2010 viajé 6 meses por el sudeste Asiático y en el blog también contábamos las curiosidades . Me ha hecho gracia ver que son prácticamente las mismas!
Es muy gracioso ver como dependiendo de qué parte del mundo seas te llaman la atención unas cosas u otras. A nuestros amigos asiáticos que recibimos en Madrid haciendo couchsurfing les encantaban las ciudades con aceras anchas, parques, papeleras… y a nosotros nos encanta el caos de los países asiáticos por los los que hemos pasado con puestos de comida callejera y motos por todas partes. Qué curiosa es la curiosidad!
Me encanta los señores con faldas, lo del tabaco lo dejo para los atrevidos y el agua y las tazas comunes….para los que tenga muuuuucha sed.
De parte de Julio a pesar de lo finas que son algunas (no se si va por mi..)
y El que ha estado por esos mundos de Dios que se cambiaría por ustedes ahora mismo.
Coco… aquí te quería yo ver con esos zapatos taaaaaaaaaaaan bonitos que vendes. Dile a Julio que se traiga un par y se ponga falda. Iba a estar monísimo. Besos a los dos!
Hola de nuevo hoy os leo desde el trabajo, me a encantado el post de hoy realmente son curiosidades , me gusta mucho y aprendí tantas cosas con vosotros que aquí os espero ansiosa hasta el próximo buen viaje chicos
Gracias Gloria… así da gusto… y presión. No sabes cuánta 🙂
Lo del tabaco es muy heavy! Quitando el susto de los primeros días (en serio parece que un loco con un rifle anda suelto por ahí) y la total dependecia que tienen… a mi me llegó un salpicón en tó el gemelo (y no era de marisco). Que asquito!!!
(lo del mecero nosotros no lo vimos: que curioso!!)
abrazote pareja!
Creo que con lo del tabaco, todos nos hemos preguntado lo mismo… ¿lo probamos? Pero es que no apetece mucho ir escupiendo “sangre” por ahí. Y viendo los resultados “que se quedan en tu boca, no en tu mano”… pues te tomas un te y listo. Qué país este!!! Abrazos!!! 🙂