Del 5 al 8 de septiembre // Temperatura: 28º // Sol por la mañana, lluvia por la tarde.

A Kyakto (rebautizado como “Kiyatiyo” para poder pronunciar su nombre), llegas en un bus nocturno con todos sus extras de serie: karaoke popero romántico non-stop, asientos con la reclinación idónea para practicar un poco de “busutra” y aire acondicionado importado vía satélite desde Siberia. Todo ello, aderezado con carretera de doble dirección sin asfaltar (donde sólo cabe coche y medio) sin iluminación, ni nada. En Kyakto las personas viven en casitas de madera, junto a un pozo de agua y comparten espacio con sus animales de granja que viven en libertad condicional semi-vigilada esperando pasar a “mejor vida” (bañados en arroz y picante).
kiyakto_myanmar_algo_que_recordar_01Paseando puedes encontrarte a los más mayores en improvisadas teterías, a los menos mayores jugando al chinlone, a los niños por todas partes entreteniéndose con lo que sea e incluso a un bebé cerdito empeñado en mordisquearte la zapatilla. Lo que te hace pensar en la cantidad de “alimentos” y sustancias varias que hay incrustados a día de hoy en tus suelas. Aunque las casas de madera son sencillas, en muchas de ellas hay música a todo volumen y voces tarareando las letras que salen del interior. Los sonidos se acompañan con la visión de mantas ventilándose al fresco de auténtica piel de teleñeco que hacen las veces de colchón. El motivo de tu visita: presentarle tus respetos a la famosa “Golden Rock”.

golden_rock_myanmar_al_que_recordar_02Una roca cubierta de pan de oro que se mantiene en equilibrio en la cima de la montaña, habiendo salido victoriosa de dos terremotos y que en su interior alberga un pelo de Buda (no sabes de qué parte exactamente). Lo que sí sabes, es que en la estación lluviosa las mujeres no tienen posibilidad de asomarse a la terraza que hay junto a la roca por si el viento se las lleva volando o se escurren por el suelo. Curiosa explicación teniendo en cuenta que los guardias que custodian la terraza deben pesar tirando por lo alto 50kg… ¡Seguridad, ante todo! Pasada “la grandeza” de la Roca Dorada, encuentras un pequeño pueblo: el “Plastic Village”. Nombre que le decides poner cuando descubres que las paredes de esas casitas son de este noble material.

golden_rock_myanmar_al_que_recordar_03Tú que pensabas después de Kyakto que eso sí que era saber vivir con poco, empiezas a intentar imaginar (sin conseguirlo), lo que debe ser vivir dentro de un chubasquero. De la lluvia estarás protegido mientas te asfixias de calor en verano y te hielas en invierno.
golden_rock_myanmar_al_que_recordar_04Las casitas tienen un único ventanuco para ventilar y una estancia donde cocina, come, duerme y le da al karaoke toda la familia. Andando por allí empiezan a asomarse cabecitas de niños por las ventanas vestidos con ropa 3 tallas más grande que ellos que vienen a saludarte con varios: “Mingalaba, aloooo, mingalaba, I like you, I love you”
golden_rock_myanmar_al_que_recordar_05Después de comer, bajas dando un paseo de dos horas desde la cima. Te sientas en la “estación de camiones” (medio con el que se mueve la gente por aquí) con el resto de “Kyaktienses” para tirar del único y débil wifi libre del pueblo. Levantas la mirada y ves con otros ojos “a los afortunados” que viven en las casitas de madera con pozo home made y a los niños que vuelven de clase con su uniforme de colegio y mochila patrocinados por Unicef… Así que: Golden Rock 0 – Plastic Village 1
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11 Comentarios

  1. manuel verdura Responder

    Apasionante vuestro viaje. ¡ Me muero de envidia! Y Lucy, no te preocupes, el Agra nunca hará ese viaje 😉 Disfruta mucho esa aventura sin igual. Os sigo.

    • Pues haremos todo lo posible para no aburrirte con nuestras batallitas… Mira a ver…que Agra está muy loco y torres más altas han caído en el vicio del mochileo…:-)

    • Totalmente de acuerdo contigo Coco. Aunque el caso de este pueblo…creo que está por debajo de los mínimos de la necesidad.

  2. Como siempre, las fotos insuperables.
    Luci has estado estupenda en este post, me has hecho reir y llorar.
    Ansiosa por el siguiente.

    • 🙂 Que quede entre nosotras que eres mi madre. Por si nadie lo ha notado…jijijiji!

  3. Vivir en un chubasquero ¡Que gráfico!
    No he estado y… no creo que vaya a estar, pero con tus palabras y fotos podría contarlo como si hubiera vivido allí.
    Gracias.

    • Agra! Nunca se sabe…cualquier día te da la ventolera, te echas la mochila a la espalda y te encuentras en medio del Plastic Village. Mientras llega ese día…encantados de que viajes con nosotros desde el otro lado de la pantalla.

    • Agra! Nunca se sabe…cualquier día quemas todos los briefings, te echas la mochila a la espalda y cuando menos te lo esperes estás en medio de algún Plastic Village en el medio de quién sabe dónde. Mientras llega ese día… encantados de que viajes con nosotros desde el otro lado de la pantalla.

  4. Hola me alegra volver a saber de vosotros, siempre esperando que nuevo contais y compartis, me gsuto mucho la historia de esa gran piedra con el pelo del Buda, pero que gran pena todo lo demas, semejante pobreza que siempre imaginas que hay, pero hasta que no la “palpas” asi, en eso se queda (en que lo sabes), esos niños con esas caritas esas “casas” por decir de alguna manera, que gran ricos somos, bueno dejemos de filosofear, gracias un gran beso y aqui sigo esperando vuestras aventuras que a mi me llenan mucho.Buen viaje y hasta el siguiente.

    • Hola de nuevo! Así que sigues por aquí… Veo que no te hemos agotado entonces con nuestras “paranoias” 😉 Nos ha gustado mucho tu comentario. Nos hemos dado cuenta que desde que llegamos aquí nos hemos ido acostumbrando a la pobreza y ya no nos hace tanto daño como al principio. Menos mal que os tenemos a vosotros para recordarnos que a esto no tenemos que acostumbrarnos. Nos vemos en el siguiente post!

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