Paseando por “nuestro mismo parque” de Singapur, reparo en una pareja que pasea al lado y pienso: “no lo niegues… tú, eres español”.

Sé que sabéis que nosotros también. De repente callas, miras a otro lado… como si no nos hubiéramos visto… como si esto no estuviera pasando. Yo también lo hago, es cierto. Queremos que a 10.000 km de casa, este momento sea único. Vivir una experiencia auténtica. Que no haya más españoles aquí y vamos nosotros… y os lo estropeamos. Nos divisamos a más de 30 metros de distancia: “esos son españoles… calla, calla”. ¿Que cómo os hemos reconocido? Pues… por la mochila Quechua, las bermudas con 6 bolsillos, ese pañuelo en la cabeza comprado en el rastro, las 3 pulseras en la muñeca derecha de los conciertos del verano, la camiseta Quiksilver… pero sobre todo, sobre todo… por el “¿Jaufarisdeolsiti?” que acabáis de soltar.

Además de las pintas, el acento nos delata… a los cuatro. ¿Que quién tiene la culpa? Probablemente las películas dobladas y “la no necesidad” de aprender inglés hasta que te da por viajar. Somos vagos para los idiomas. “Inutilparlantes” fuera de nuestras fronteras y lo peor, lo peor… es que somos famosos por ello. ¿A que también te has dado cuenta? ¿No? A ver… recuerda aquella vez que te encontraste con “la pareja de polacos y sus seis idiomas” o con aquel fotógrafo alemán y su envidiable “inglés en la boca” y entonces tú, intentaste entablar una conversación y… Qué mal rato pasasteis todos, ¿eh? Si eres catalán te puedes agarrar a él, pasar algo más desapercibido  y “ser menos español” pero… reconócelo… no es lo mismo. Ojo, no quiero abrir ninguna debate nacionalista pero es que una vez, un checo me dijo que necesitaba aprender idiomas porque a dónde iba él por ahí con su idioma patrio si sólo hay 15 millones de personas que lo hablan en todo el mundo.

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En nuestro cortometraje “El síndrome del eterno viajero”, había una secuencia que rezaba así:

Reconozco que no me gusta encontrar… “españoles por el mundo”. Cuando eso ocurre, procuro no hablar y trato de pasar desapercibida. En parte, me siento mal por hacerlo… pero la realidad es que no puedo con las exaltaciones nacionalistas a kilómetros de distancia. Además… se trata de una situación que hace que todo sea… menos auténtico. Menos especial. Y seamos sinceros, cuando una está a miles de kilómetros de casa… mochila en mano… buscando experiencias nuevas… queriendo vivir una aventura… No quiere hablar de jamón y tortilla de patatas con desconocidos. Al menos, no en tu mismo idioma. No sé… parece que por el hecho de ser españoles, estamos obligados a entablar una conversación que nos llevará irremediablemente al mismo sitio del que venimos. Es algo que nunca he entendido. Si coincidiera con ellos en el metro de Madrid no hablaríamos de nada… ¿por qué aquí sí?

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Y ahora… me veo obligado “a rectificar” y reconocer que que me gusta encontrar españoles por ahí porque… nos hace falta eso de “salir fuera”. Nos hace falta aprender un poco de los demás y dejar de mirarnos tanto el ombligo. Para decir orgullosos que sí, que el jamón de bellota está muy bueno… que nuestros vinos y quesos también… que normalmente tenemos buen tiempo… fiesta y siesta. Pero que eso no lo es todo. Que hay otras cosas por el mundo… y que no somos tan buenos, tan guapos, tan únicos. Solo lo pensamos nosotros y dos o tres más que vinieron a vernos.

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La realidad es que “casi todo hijo de vecino”, piensa que la comida de su país es la mejor, que se vive bien y que no cambiaría vivir allí por nada del mundo. Esto pasa por dos cosas:

1- Es a lo que uno está acostumbrado y donde se siente seguro. Con más o menos picante. Con más o menos cebolla. Con más o menos lluvia. Con zona azul o sin ella. Con nieve… sin invierno… o con bádminton en lugar de fútbol. Es lo que conocen y les gusta. Fin.

2- Por falta de información. No haberte bañado en otras playas, no hace que “la tuya” sea la mejor.

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El caso es que, estás por ahí… de hostel en hostel, de estación en estación… Y te encuentras con alemanes, americanos u holandeses de 20 o 24 años que están haciendo viajes de casi un año o intentando trabajar fuera (es decir, que te llevan casi 20 años de ventaja y es ahí, cuando te explicas un montón de cosas). En su país “les obligan” a salir. A experimentar. A aprender. Les empujan a saber valerse por sí mismos. A enfrentarse a todo tipo de situaciones e imprevistos. A interactuar con otros. A mezclarse. A comer otras comidas, ver otros sitios, conocer otras costumbres… Les obligan “a ver” y “conocer”. A cumplir el sueño de viajar antes de que se te enquiste y se te haga bola para que no tengas la sensación de que estás atado y no has visto mundo.

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Ahora entiendes por qué en algunos sitios las cosas funcionan. Por qué la gente es más respetuosa con “los de fuera”… por qué les va mejor. Y es que, la frase “como en España no se vive en ningún sitio”, (además de formar parte de un tirano conjuro trasnochado para encerrar españoles en su país) es una ilusión óptica que sólo se puede decir si has estado en todos los demás sitios antes. Dicho esto…

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“Reconozco que me gusta encontrar españoles por el mundo”.

Ha sido un placer encontrarnos por ahí a Laia y Bea (nuestras primeras amigas viajeras y que lo son ya para toda la vida); a Antonio, Sonia, Mateo y Candela (de @MAKUTEROS); a Elena, Lorna, Marta y Raquel (de nuestro trecking por Huangshan); a Octavio, Montse y Álvaro (nuestra incombustible familia de @unmundopara3); a Marta y Mili (las canarias de nuestra visita a Mae Sot); a Carlos, Antonio, Anna y Gema (de nuestro trecking en Chiang Mai); a Gonzalo y Letizia -casi española ya- (nuestros anfitriones casuales en Singapur); a Abel y María (los cracks de Thanaka Project); a Marta  (la diseñadora que trabaja en Colombo); a Fer (nuestro ángel de la guarda en Cusco); a Antonio (ese bohemio gallego que vive en Nueva York) y muy especialmente a Carmen, Marc, Sara y Mery (que hacen posible que Colabora Birmania exista). Esperamos volveros a ver a todos en alguna otra parte. Aquí o allí. Besos y abrazos según corresponda.

 

24 Comentarios

  1. Me ha encantado este post, no os conocía y me recomedó un amigo leeros.

    Muchas gracias, me habéis metido el gusanillo de viajar!!!

    • Si alguna vez has tenido las ganas… la inquietud… el sueño… la necesidad… el impulso… la tentación de viajar… Quédate con nosotros a ver si podemos convencerte para que te vayas! 🙂

  2. Estoy muy de acuerdo con vosotros en que los españoles están un poco retrasados en lo que se refiere a salir de casa(España), yo tengo 3 nacionalidades y más de la mitad de mi vida en España, y se, que si me hubiera criado en alguno de mis otros dos países habría conocido más mundo, por suerte aún me quedan años y me gustaría algún día ponerme a recorrer mundo como vosotros, llevo 26 sitios de los mas de 250 que existen y la necesidad imperiosa de viajar más crece día a día, les tengo profunda admiración a los dos, y los sigo en cada viaje, espero que os vaya bien, un saludo

  3. Hola Ruben, me encanta lo que haceis, os tengo una envidia sana cuando me lo dijo tu madre me puso los dientes largos y me alegre por vosotros y por vuestra valentia un fuerte abrazo

    • Tomás!!! Qué ilsuión leerte por aquí y sobre todo, que estés viajando con nosotros. La verdad es que está siendo toda una experiencia muy muy muy recomendable. Sin duda, la mejor decisión de mi vida 🙂 Besos mil para todos por Sevilla y Barbate!!!

  4. antonio gutierrez gonzalez Responder

    Es muy acertado lo escrito.A los jóvenes españolitos les hace falta rodarse por el mundo, y mas con las circustancias laborales,economicas y políticas que atravesamos en este país. Mucha suerte.

    • Como dice JC cada día nos alegra más saber que hay más españoles dispuestos a conocer mundo y sobretodo con ganas de descubrir cómo se hacen las cosas al otro lado del planeta. Dicho esto…la tortilla de patatas y el gazpacho de mi madre no tienen rival pero me parece que el nassi ayang de la madre de un indonesio tampoco…:)

  5. A mi la verdad me hace ilusión escuchar a alguien hablando español cuando estás a miles de kilómetros de distancia, es como sentirse por unos instantes de nuevo en casa y a demás gusta ver que poco a poco los españoles también salimos fuera a conocer mundo, aunque normalmente eso no supone entablar una conversación, simplemente una sonrisa y un hola y cada uno sigue su ritmo.

    Totalmente cierto que se nos conoce a leguas, sin abrir la boca se perfectamente si alguien que va delante mía es español, aunque me encuentre en un bus perdido en Nepal, si es que tenemos algo que nos delanta 😛

    • Algo de “que se rompe la magia” hay. Pero a veces, te encuentras gente muy interesante y, cuando llevas mucho tiempo por ahí… sí que se agradece un poco de “malo conocido”.

  6. Soy de los que hablo cuando encuentro españoles por el mundo pero callo cuando encuentro finlandeses… 😉

      • Yo, como soy finlandesa, lo domino 🙂 (es el castellano que no es mi idioma). Perdóname, olvidaba que algunas bromas que usan juegos de palabras, o que se basan en cuestiones culturales, se pierden al ser traducidas.

        Te explico… El post tuyo hubiera podido ser escrito por mi: al ver finlandeses por el mundo me pasa exactamente lo mismo: me callo. ¿Cómo se reconoce un finlandes/-a por el mundo? Pues… por su mochila Halti, su ropa practica, comoda y de color beis, su pelo fino y rubia, su móvil, su reloj (somos puntuales)… etc. Pero sobre todo por no hablar y tener un comportamiento social muy distinto.

        Como el finés pertenece a una familia lingüística muy reducida, somos un pueblo de cinco millones de habitantes, la mayoria de nosotros comprende la necesidad de estudiar idiomas extranjeros. Pero como somos de pocas palabras, reservados y timidos podemos quedar totalmente callados también… pero en más idiomas.

        Rara vez besamos al saludar y al encontrar una persona que sonríe en la calle se la puede tomar por borracha, loco, o por americana. Un refrán finlandés dice “Por la palabra conocerás al hombre, por los cuernos al toro”. Es decir que con el desconocido no se inicia una conversación, salvo por motivos muy serios. Somos mejor oyentes que conversadores, y consideramos descorteses las interrupciones. Tampoco ponemos nerviosos si la conversación sufre largas pausas, ya que para nosotros el silencio es una forma de comunicación. Le damos gran valor a la palabra, lo que se refleja en nuestro tendencia a hablar poco y evitar la “cháchara innecesaria”.

        Aunque uno puede dominar varios idiomas extranjeros, le horroriza al principio la velocidad con que se hablan/escriben… pero metido en situación, es muy probable que acabe por entusiasmarse y se libere como el que más. 😉

        • Leído lo leído… y sabiendo que eres finlandesa… sí que entiendo el juego de palabras. Y te digo más, con la definición que haces de “los finlandeses”, no deberías acercarte mucho a los españoles. Te van a taladrar la cabeza, te van a hablar porque sí, te van a dar dos besos, abrazos… un horror, vamos. Por cierto, me encanta esta frase: “podemos quedar totalmente callados también… pero en más idiomas”.

        • Jajaja! Qué bueno Mía a partir de ahora nosotros también seremos capaces de reconocer a un finlandés o finés (?) a kilómetros de distancia…

          • ☺ Una pista más: la camiseta roja de Angry Birds…

            Lo he aprendido así que el finés es la lengua y un finlandés/-a es una persona con pasaporte de Finlandia.

    • ¡Oye… que nosotros vamos con España! Llevo la camiseta de Iniesta en la mochila… ¡Que lo sepas! 🙂

  7. Pero el jamón de bellota, es “EL JAMÓN” y en algo teniamos que ser buenos!! Ahhh!! Y el FLAMENCO, aunque no se muy amante de esta música, perolos guiris si! Por lo demás cualquier lugar es bueno si estas bien en él.
    Pero que casualidad que los anglosajones son otros negados para los idiomas, porque será?
    En fin chicos un placer y un honor conoceros y coincidir dos veces!!
    Un abrazote!!

    • Id guardando ese jamón y ese vino que nos habéis prometido. A ver “si lo tenéis tan bueno” 🙂 Nota: como se entere Lucy de que no te gusta el flamenco…

  8. ¡AMÉN señores, MUCHÍSIMO AMÉN!
    ¡y lo que me ha gustado veros las caras y las pintas! 😀

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