El BLW, un método que nos facilita la vida en viaje

Cuando empezamos el chincheta trip, Koke tenía 5 meses y su alimentación entonces era la lactancia materna exclusiva. Además de por sus beneficios, elegimos este método por ser el que más nos facilitaba la vida en viaje. Nos evitábamos tener que ir cargando con biberones, buscar leches de continuación fiables allí donde estuviéramos y poder estar tranquilos en términos de condiciones de higiene.

A partir del sexto mes, las recomendaciones de los pediatras son las de empezar con la introducción de otros alimentos. Así que una vez más, nos pusimos a investigar sobre fórmulas para hacerlo que no fueran un problema mientras seguíamos de viaje, y así es como dimos con el baby led weaning (BLW) o alimentación complementaria autogestionada por el bebé.

En un primer momento, el beneficio principal que le vimos al BLW fue el de no tener que ir tirando de batidora, termo, potitos, purés, cuchara de bebés, etc. a la hora de la comida. A decir verdad, desconocíamos todas las demás ventajas que lo convierten además, en un sistema para aprender a comer.

“Mira ese bebé de ahí… come solo”.

¿Qué es el BLW?

La traducción literal de BLW es destete autogestionado por el bebé, aunque se queda un poco corta para explicar todo lo que implica este sistema. El nombre del método ha sido acuñado por Gill Rapley en su libro traducido al español con el título EL NIÑO YA COME SOLO: Consiga que su bebé disfrute de la buena comida donde explica en profundidad en qué consiste, cuales son sus beneficios y cómo aplicarlo.

Por hacer un resumen rápido, se caracteriza básicamente por la introducción de los sólidos enteros sin pasar previamente por la fase de papillas o purés, permitiendo que sea el bebé el que gestiona de manera autónoma desde el primer momento la ingesta de alimentos. Canadienses, franceses, ingleses, nórdicos… El método lleva muchos años aplicándose incluso en los jardines de infancia de varios países del mundo y empieza a coger cada vez más popularidad en España. Aunque lo cierto es que muchas de nuestras abuelas lo hacían así en su momento, sin llamarlo de ninguna forma especial.

Para empezar con el BLW hacen falta tener en cuenta algunos detalles en el desarrollo del bebé, que suelen producirse alrededor de los 6 meses (es muy importante que pueda mantenerse sentado por sí solo). Como cada niño tiene un ritmo diferente, a veces es cuestión solo de esperar un par de semanas para estar seguros de que ya están preparados. En realidad, no hay ninguna prisa porque su alimento principal sigue siendo la leche (materna o de fórmula) y de ahí el nombre de alimentación complementaria.

Se empieza por ofrecer alimentos blandos (verdura cocida, fruta) para ir aumentando poco a poco el grado de  dificultad en la deglución teniendo en cuenta los “alimentos prohibidos” antes del año. Aparte de estos, la introducción de especias, las diferentes formas de cocinar los alimentos… también forman parte de la gracia de este método.

“¿Perooo, no extraña su comida? Y dices que come de todo…”

Ventajas del BLW y qué lo hace un método interesante estando de viaje

– Convierte el momento de la comida en algo divertido para todos. Cuando estamos de viaje desayunamos, comemos, merendamos y cenamos juntos. Son muchas comidas al día, como para no buscar una manera de hacerlo que permita que todos podamos disfrutar de ello. Poco tiene que ver la experiencia de estar sentado en una trona abriendo la boca cada vez que se acerca una cuchara con la de poder elegir entre varias opciones, tocar, agarrar (trabajando la psicomotricidad fina) y reconocer a qué sabe cada alimento. Los primeros años de vida es más importante asociar el acto de comer a emociones positivas a un momento de disfrute que forme parte de la exploración y el descubrimiento de cosas nuevas, que a la ingesta real de alimentos. Seguimos hablando de alimentación complementaria. El nutricionista Julio Basulto lo explica haciendo alusión a la diferencia que existe entre la ropa y los complementos. ¿Pasa algo porque un día salgamos a la calle sin complementos? Pues lo mismo si el niño no come tantos sólidos como nos gustaría.

– Fomenta la autonomía. Pero es que además, lo hace él solo. Eso permite que los padres también podamos comer a la vez. El momento “del avioncito” será un petardo para el bebé pero también para nosotros. Siempre intentamos desayunar y hacer al menos una de las comidas caseras, pero también comemos en mercados, en restaurantes o en un parque por lo que no tenemos siempre el absoluto control de lo que vamos a comer cada día. Por eso, en nuestro caso, se hace muy necesario fomentar la autonomía del niño en todos los aspectos y la alimentación es uno de ellos.

– Mejora la dieta de toda la familia. Pasadas las primeras semanas, el bebé ha probado alimentos suficientes como para empezar a comer combinaciones de los mismos, por lo que ya puede ir poco a poco comiendo lo mismo que los demás. Pero claro, sabiendo que hay un bebé en la mesa observando todo lo que comemos y dispuesto a probar cada vez más cosas, empezamos a preocuparnos mucho más por lo que vamos a comer delante de él. Si queremos que le gusten las frutas y las verduras tendrá que ver que los que estamos a su alrededor también las comemos. A veces cuando estamos de viaje comemos lo primero que pillamos. El BLW es un método transversal, que ha hecho que nos preocupemos mucho más por tener una dieta saludable.

“¿En serio le gusta el brécol?”

– Una experiencia sensorial en la que participan los 5 sentidos. Mientras nos enseñaban a comer con las manos en Asia, nos decían eso de que “comiendo así, sabe mejor”. No estamos seguros de si realmente la comida está más rica o no así, pero lo que es cierto es que es una experiencia más completa a nivel sensorial que cuando lo hacemos con cubiertos. Las manos, los pies y la boca son los medios principales que tienen los bebés para relacionarse con el mundo que los rodea. Por eso, a los 6 meses tienden a llevárselo todo a la boca. Justamente, este reflejo es el que tratamos de aprovechar al darles la posibilidad de empezar a gestionar la comida sólida antes de que empiecen a caminar y que sean más autónomos a nivel motriz. Cuando andan, se abre un nuevo universo de posibilidades para explorar en el que la comida pasa a un segundo plano y la introducción de nuevos alimentos es un poco más complicada.

“¿Curris, falafel, humus, sushi vegetal, noodles, pasta con trufa, paella, fajitas, cocido, tortilla de patatas, tamales, frijoles, quinoa, llama…?”

– El viaje multiplica las opciones organolépticas. Otro de los puntos que más nos gustan del BLW es que potencia el desarrollo de un paladar abierto a los nuevos sabores. Nosotros también pensábamos que a los niños les gusta lo que les gusta: los macarrones con tomate, las croquetas de su abuela, el pescado empanado y las salchichas. Mejor dicho, eso es lo que les gusta a los niños… españoles. A los chinos les gustan los noodles, a los colombianos las arepas y la salsa rosada y a los indios el curry. Cuantos más sabores diferentes, texturas, especias y formas de cocinar tengan la posibilidad de probar en esta primera fase, más opciones gastronómicas habrá en su lista de “comida normal” y menos posibilidades de que extrañen su comida. Puede suceder que algún alimento concreto no les guste. Exactamente igual que nos pasa a los adultos.

– La clave del BLW es la confianza en el bebé y en sus capacidades. Cuando estamos fuera de España nos damos cuenta de la sobreprotección a la que sometemos aquí a los niños como consecuencia del estilo de vida que tenemos en las ciudades. No podemos dejar a nuestros hijos solos en la calle y eso provoca que intervengamos excesivamente en sus juegos tratando de evitar accidentes o en la resolución de sus conflictos con otros niños. Sin embargo, el ser humano tiene sus propios mecanismos de defensa y supervivencia que nos han hecho llegar históricamente hasta hoy. En el caso de la introducción de los sólidos, por ejemplo, aprendimos que los bebés, a diferencia de un adulto, provocan la arcada mucho antes de que un trozo grande llegue a su garganta, evitando así el ahogo. El BLW nos ha enseñado a esperar (contando hasta 10), dándole la oportunidad a Koke de que resolviera él mismo cualquier percance en la deglución, antes de intervenir rápidamente para solucionarlo en su lugar. Es importante saber que es diferente el ahogo que el atragantamiento. Atragantarse es normal, ahogarse es lo peligroso. Los bebés se atragantan los primeros días, dan arcadas e incluso algunos llegan a vomitar. Están aprendiendo. Después del susto que tú te llevas, ellos siguen como si nada, porque realmente para él la situación no tiene nada de peligrosa. Hay que asumir que es igual que cuando aprendemos a andar: puede haber algunos tropiezos.

– De viaje lo de ensuciar duele menos. La parte más molesta del BLW es como termina todo, sobre todo al principio. Menos mal que luego la cosa va mejorando poco a poco. En viaje estamos en modo “ancha es Castilla”. Llevamos ropa que nos da igual si se ensucia, buscamos destinos con buen tiempo y estamos mucho más en el exterior donde no duele tanto eso de manchar el suelo.

Algunos consejos para aplicar BLW en viaje:

– Si no hay sillas de bebés en los restaurantes o donde se está alojado, utilizar una trona de viaje, el carrito de paseo o nuestras piernas.

– Para las primeras semanas en las que todavía no ha probado muchos alimentos, llevábamos una fiambrera o bolsita con algo cocido o al vapor cuando íbamos de picnic. Si comíamos en un restaurante, pedíamos algo fácil de hacer sin sal (una patata, una zanahoria cocida, un filete de pescado a la plancha… que en todos lados tienen).

– También nos ha facilitado la vida un plato con copmpartimentos y ventosas para que no salga todo volando.

– En los países en los que no hay mucha costumbre de comer verduras, aumentamos el número de piezas de fruta al día.

– Y mucha mucha paciencia, porque pronto verás los resultados.

Como ya comentamos en el post 9 cosas que aprendí viajando con mi bebé, lo importante es que cada familia encuentre la forma que mejor le funcione a ellos según su estilo de vida. Aquí compartimos contigo lo que hemos hecho por si te sirve de referencia, pero solo tú sabes qué es lo mejor para tu bebé.

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Bibliografía:

  • [amazon_textlink asin=’8497991133′ text=’El niño ya come solo‘ template=’ProductLink’ store=’algoquerecord-21′ marketplace=’ES’ link_id=’a1c5d129-1d5d-11e8-8ee7-fbc7c115ae15′]- Gill Rapley.
  • [amazon_textlink asin=’8490320616′ text=’Se me hace bola‘ template=’ProductLink’ store=’algoquerecord-21′ marketplace=’ES’ link_id=’aee139ba-1d5d-11e8-858d-fbeffe8ee93e’] – Julio Basulto (Amazon)
  • [amazon_textlink asin=’8499981364′ text=’Mi niño no me come -‘ template=’ProductLink’ store=’algoquerecord-21′ marketplace=’ES’ link_id=’dce095c9-1d5d-11e8-8adf-0b0b4cfbe36a’] Carlos González (Amazon)
  • Vídeo del psicólogo infantil Alberto Soler. ¿Cómo introducir la alimentación complementaria?  
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8 Comentarios

  1. Un día nos tenéis que contar cómo os las apañáis con los pañales, si también en eso hay una técnica estupenda para que él solito vaya pidiendo sus cosas, porque me imagino que viviendo siempre en viaje será maravilloso libraros de los pañales.
    Un saludo.

    • Todavía no hemos llegado al momento pañales pero la verdad es que ganas de quitárnoslos de encima no nos faltan. De momento, el jueves nos vamos a Puerto Rico en busca del calor y las playas. Así que protección solar y culete al aire 🙂 ¡Gracias por el comentario!

  2. Qué interesante! Esta info no solo la puedo compartir con otros viajeritos sino también luego con mis pacientes jaja. Hay mucho de sentido común aquí, es lo que siempre intenté recalcar a madres, padres y abuelos que consultan sobre por qué los chicos no comen tal cosa (que jamás comen sus padres…) y por qué solo quieren tal-otra (lo único que le dieron los primeros dos meses de alimentación complementaria por miedo a que se ahogue, por ejemplo).
    Insisto siempre en dos cosas que bien mencionaste: los alimentos “prohibidos” a ciertas edades, por lo general antes del año, y no usar sal (ni azúcar), habito que de paso viene bien para toda la familia. “Pero no tiene gusto a nada!” Se quejan los padres mientras los chicos terminan el plato… todos tenemos que aprender a comer de nuevo!
    Abrazos y besotes en la panza feliz de Koke!

    • He aquí una opinión acreditada: pediatra y viajera (ahí es nada) 🙂

      No sé qué pasa cuando somos padres que a veces no resulta tan sencillo que encontremos el sentido común y a veces cuando damos con él, resulta que el nuestro difiere un poco del de nuestras madres, el del vecino del quinto u otros profesionales. (Modo madre quejica on)

      Sobre los alimentos prohibidos es gracioso ver cómo nos saltamos las recomendaciones a la torera en función de lo que nos guste a los adultos. El pescado ojo con lo que le das pero ¿quién dijo que el jamón serrano tiene sal o que el cola-cao es puro azúcar? Ejem, ejem…

      Y ya para terminar, es verdad que cuando sacas la sal de tu vida, al principio cuesta. Pero ahora la hemos cambiado por el enorme universo de especias que existen y mira eso que hemos ganado nosotros también. A Koke ya le hemos dado sus besos en la panza de tu parte y os mandamos ¡más abrazos y besos para vosotros! Gracias miles por tu comentario.

  3. Es el méthodo que occupé con Amelia cuando Era bébé hasta que empezo sola à comer con la cuchara. Me alegro que Koke les facilite las cosas! Beso a ustedes!!!

    • Caro, cuéntame un poco más. ¿Es muy popular en Francia? ¿Lo hacen también en las guarderías? En España está empezando pero somos muy pocos los que lo practicamos aunque me imagino que unos años irá a más. ¡Un beso muy grande para los tres!

  4. ¡Suerte!
    Y que vuestra vida siga llena de esas extraordinarias experiencias.
    Aunque es obvio que no está al alcance de todos.
    Por los motivos que todos sabemos: culturales, económicos, familiares, etc.

    • La verdad es que viajando por el mundo nos hemos cruzado con gente de todas las edades y condiciones que se han animado a llevar este tipo de vida, pero es cierto que no todos lo tenemos igual de fácil. Nosotros por ejemplo nos dedicábamos al mundo de la publicidad y no veíamos de qué manera podríamos mantener esta vida viajera. Durante el año que estuvimos dando la vuelta al mundo descubrimos cómo podíamos utilizar lo que sabíamos hacer para seguir adelante. Te confieso que no ha sido un camino fácil y que sigue siendo una vida llena de incertidumbres, con sus ventajas y desventajas, como todas.

      A veces hemos tenido que salvar barreras reales (también económicas, culturales y familiares), aunque las más complicadas de superar han sido las que nosotros mismos, sin saberlo, nos habíamos impuesto. Si hace 5 años alguien me dice que esto podría ser una forma de vida, yo le hubiera respondido que también era algo totalmente fuera de mi alcance.

      ¡Muchas gracias por tu comentario!

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