imran_couhsurfing_algo_que_recordar_02Nació y creció en Dubái, aunque su familia procede de India como la gran parte de la población de la ciudad. Imran es un “Buenafuente” en versión oriental; una cabeza rápida capaz de bromear, conversar y negociar en inglés, hindi o árabe, así que no es de extrañar que las agencias de publicidad de la zona se lo rifen como Director de Cuentas. 

El sector publicitario era un punto de partida común que no tenía por qué garantizar el éxito de nuestro record temporal en la misma casa practicando couchsurfing: nada más y nada menos que una semana. Una semana entre Asia y Sudamérica para descansar, preparar lo que se nos venía encima, ordenar nuestro archivo y nuestros pensamientos en una ciudad sobre la que sentíamos bastante curiosidad.

El recibimiento de Imran no fue el de una acogida a unos extraños. Durante una semana en su casa consiguió que sintiéramos que compartíamos piso. Nunca fuimos sus invitados. Parecía que estábamos allí desde siempre, mezclados con el resto de sus amigos que entraban y salían de la casa y se sumaban al intermitente ritmo de siestas después de una activa vida nocturna. Consiguió que después de muchos meses de negarnos a ello, pasáramos por un karaoke en el que no llegamos a cantar pero al que casi le “pillamos el gustillo”.

Los primeros días debatimos de lo humano y lo divino, de los viajes, la religión, el mercado laboral… no hubo una noche en la que las conversaciones no se alargaran hasta altas horas. Como casi todo estaba dicho empezamos a vivir juntos y a cuidarnos mutuamente. “¿Vemos una película?” “Vale… “ “Ok, coge tu mantita”. ¿Alguien sabe lo que es después de 7 meses de viaje llegar a una casa en la que de repente tienes tu propia mantita? Eso… no hay oro en todo el mundo que lo pague. Así que cuando digo que entre indios y españoles existe una conexión especial no hablo solo de las cenas y las charlas que compartimos, de los tequilas, las cervezas, el karaoke, las películas o los consejos sobre la ciudad. Estoy hablando de algo mucho más intenso que todo eso. En una semana en casa de Imran, uno tiene una mantita propia con la que disfrutar de una buena película en una inmejorable compañía y eso… eso lo dice todo sobre lo que es tener la suerte de que nuestra vida se haya cruzado con la suya. El resultado es que desde el minuto 1 en el que salimos de su casa ya le estábamos echando de menos. Imran, te queremos volver a ver, pero esta vez será para ver una película en el salón de cualquier lugar donde vivamos nosotros donde “tu mantita” te estará esperando.

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4 Comentarios

  1. Hola 🙂 he llegado a vuestro blog investigando en internet qué viaje puedo hacer próximamente. La verda que el video el sindrome del viajero me ha calado MUY hondo. estoy en uno de esos momentos de mi vida (tengo 22 años pero he viajado bastante entre otros India con mochila y Camerun con Ong) en los que la ansiedad por salir corriendo coger my mochila y un avión que me lleve lejos se está haciendo casi insoportable. El gran dilema…. he encontrado un trabajo ”corecto” cerca de casa que tal y como están las cosas, dice mi madre, es de mucho agradezer pero mi cabezita no puede dejar de maquinar para volver a sentirme libre!! os envidio mucho pero es envidia de la buena. Tendría que haber más gente como vosotros dos en este mundo! me encantaron vuestras historias y la tarde en la oficina se me ha hecho más llevadera 🙂 os deseo lo mejor del mundo y, vosotros que ya habéis dado el gran paso, nunca nunca dejéis de descubrir!!

    • Gracias Alba! Dile a tu madre que disfrute mucho de ti ahora porque si con 22 años ya tienes esa inquietud… es mejor que se vaya metalizando para el día en el que le des “la noticia”. 😉 Eso sí… mientras ese día llega, esperamos tenerte por aquí con nosotros para hacerte más llevadera la espera. Un enorme abrazo viajera!

  2. ¡Qué ternura!. Amo a Imran.
    Por cierto, aquí hay mantitas esperándoos, recuerdas: de cuadritos azules

    • Es un “osito cariñosito”como dicen en Paraguay. Te has abierto ya el perfil de couchsurfing para que te mande la solicitud de acogida en tu casa o no? Esas mantitas azules me están esperando que yo lo sé… Me las tienes que cuidar mientras tanto.

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