Del 3 de julio al 8 de julio // 32º de media // Lluvia y sol de media
Es curioso como, después de haber pasado por un lugar, la idea tan idealizada que tenías de él (para bien o para mal) se borra de golpe. Se disuelve. Desaparece cual gran cagada de vaca bajo tormenta monzónica. Apenas puedes recordar que, en lo más profundo de tu ingenua imaginación, en “tu Calcuta” había niños que corrían y jugaban en las calles rodeados de casas bajas ante la atenta mirada de monjas cuarentonas que lo dan todo por los demás.
Pero no.
Después de haber pasado por Calcuta, ni siquiera la ciudad se llamará así para ti. A partir de ahora, será Kolkata y lo que vendrá a tu cabeza será un conglomerado de gente, caos, porquería, bocinazos, vacas y tuk-tuks locos en todas direcciones. Vamos, India en estado puro y a lo bestia.
En esta ciudad experimentas al 100% esa leyenda viajera de que India, es un país que amas 20 veces al día y odias otras tantas. Te sorprendes a ti mismo pensando en quiénes de tus amigos no vendrían jamás o no lo soportarían y a quiénes les encantaría e incluso “les cambiaría la vida”.
La vuelta al mundo la empezaste por un país bastante exigente como lo fue China y a partir de ahí, todo pareció muy sencillo. En esta nueva aventura de viaje largo sin billete de vuelta, después de Maldivas vino Sri Lanka y ahora… India. De muy pero que muy tranquilo, a estrés total. Eso sí, empezar por uno de los lugares más ruidosos y con más atascos por metro cuadrado del país tiene su ventaja… “esto solo se puede ir a mejor” (o eso quieres creer).
Cumples con “la ruta turística” y vas al Victoria Memorial, al Dakshineswar Kali Temple, al Kalighat Kali Temple, al puente Howrah Bridge…
Pero todos los lugares quedan en segundo plano, ya que te llama más lo que ocurre alrededor. Escucha, escucha… ¡¡¡Piiiiiiiiiiiii!!!… ¡¡¡Fuooooooooooooooooo!!!… ¡¡Tirorirooooooo!!… Pasear por Calcuta es un empacho para los sentidos. Vas tapándote los oídos cada dos metros, percibes olores que van desde lo más suculento a lo más desagradable en menos de un metro y “esparramas” la vista en cada rincón que te encuentras. No puedes parar de observar. De sorprenderte. De hacer fotos. Bien con la cámara… bien con la memoria. Y en todos esos momentos, hay gente. Gente por todos lados haciendo “cosas raras”.
Ves a algunos bañándose en un agujero de la acera donde se ha acumulado “agua” después de la lluvia; otros se cepillan los dientes dentro del río Hugly mientras al lado lavan ropa, otros duermen en la mediana de una autopista, al lado de un charco o encima de una tabla deforme (como si no hubiera un sitio mejor)…
“Están todos locos”, piensas. Y te preguntas cómo sería para ellos hacer el viaje inverso al soltarlos de golpe en medio de Zurich. ¿Les explotaría la cabeza igual que a ti te está pasando ahora? Y es en ese preciso momento cuando, por si fuera poco, te dispones a subir un escalón más en impactos de todo tipo. Total, ya estás metido gastos en emocionales…
Vas al barrio de los artistas de Kumartuli donde los artistas trabajan en pequeños talleres y con todo tipo de materiales y gases que inspirar y expirar, te pasas por el Flower Market donde las flores se mezclan con el barro y la basura y vas a la ong Colores de Calcuta situado en el slum Pilkhana (uno de los más extensos de India) donde dos españoles, María y Antonio, pelean desde hace años para que unos pocos, tengan más posibilidades en la vida.
Entre sus diferentes vías de ayuda, luchan contra la desnutrición de niños a los que también dan clases, llevan un pequeño centro médico gratuito (medicina general, ginecología, fisioterapia, farmacia, neumología, clínica dental y pediatría), apoyo y educación a la mujer y un pequeño internado en el que algunas niñas que han tenido una infancia más que difícil podrán encontrar un futuro mejor.
Es allí, donde vuelves a pensar que tú serías incapaz de hacer algo así y piensas en que menos mal que hay gente por el mundo que ayuda desinteresadamente a los demás con semejantes fuerzas y ganas.
Y así, después de cuatro días y con tu cámara llena de fotos “que enseñar orgulloso” y con tu estómago dado la vuelta, te vas por donde has venido. Sintiéndote mal por dentro y preguntándote por qué está tan mal repartido el mundo. Tienes un sabor “más agri que dulce” y no sabes muy bien qué pensar de todo lo que has visto. Esto no ha hecho más que empezar. Esperan muy buenas fotos. Tantas, como duros momentos que ver y reflexiones existenciales que hacer.
15 Comentarios
Muchas gracias por tu nueva respuesta.
Tomo nota de todo lo que me dices. Creo que estos comentarios vienen muy bien a la hora de preparar un viaje de estas características.
Todo lo que me cuentas me resulta muy ilustrativo. Me voy aclarando más sobre lo que me voy a encontrar en Calcuta; sé que no es nada equiparable a lo que yo hasta ahora conozco. Espero que la experiencia me resulte de tal forma que sea de los que aman la India y quieren volver.
Ya puestos, me gustaría preguntarte si se ven muchos turistas y viajeros por allí o sólo van cuatro locos como yo.
También, a ver si me puedes orientar sobre qué tipo de ropa y calzado es el mejor para moverme por allí…, si hay muchos insectos, etc.
La época en la que tengo previsto ir es a mediados de octubre.
Sin duda hay muchos menos turistas que en Delhi, Agra o Varanasi… pero hay. De todas formas, hay tanto indio en India, que los turistas no son un problema. En cuanto a la vestimenta, mira este post que escribimos al respecto: https://algoquerecordar.com/utilidades-como-vestir-viaje/ No tendrás gran problema en general. Solo si te metes en lugares religiosos y vas muy ligero. Nosotros recomendamos siempre vestir respetuosamente. En cuanto al calzado, a mí, en India, me gusta ir en chanclas. Es lo más cómodo y, como te manchas con facilidad, lo más fácil de limpiar.
Rubén, ante todo te agradezco la rapidez con la que me has respondido.
La verdad es que sí me apetece ir, pues hasta ahora mis viajes fuera de España han sido por Europa y Estados Unidos. No he visitado ningún país de una cultura tan diferente, como es la India. Esto, que me atrae mucho, se ve empañado por los múltiples comentarios que veo en todo tipo de blogs a propósito de cómo se trata a los extranjeros allí: timos, engaños y demás.
Respecto a tus preguntas te que diré que Calcuta sería el único lugar que visitaría en India. Este viaje lo ha planteado una persona que por ciertas circunstancias únicamente quiere ir allí en esta ocasión.
Bueno, si lo que te preocupa es la gente, te tengo que decir que los indios son un poco pesados en cuanto a que se te acercan mucho y demás, pero no en cuanto a timos. Al menos en nuestra experiencia. Más allá de querer pedirte más por una carrera en tuk tuk o taxi que a un indio. Lo cual, pasa en todo Asia. Sí te diré que, me parece que tienes un gran valor para, como primera ciudad asiática a visitar, elijas Calcuta. Si vas y te gusta, estás preparado para ir a cualquier sitio. Los indios son buena gente en general y muy alegre. Si sabes seguirles la corriente, la experiencia puede ser muy buena. Por otra parte, te preguntaba si vas a ir a algún otro sitio en India porque no es de las ciudades más vistosas… aunque sí de las pintorescas y en algún aspecto, extremas. En cualquier caso, no te vas a volver indiferente de allí. Como te digo, hay gente que ha ido y prometido no volver a India y gente que repite y repite. Nosotros hemos estado dos meses y medio en el país y yo, volvería sin dudarlo. Que te llame la atención, es buena señal, pero hasta que no estás allí, no sabes cómo te va a impactar.
Me han propuesto viajar una semana a Calcuta y lo cierto es que cuanto más me informo de cómo es esa ciudad, menos ganas tengo de ir y más miedo me causa por el evidente impacto que sería. Y por otro lado, no deja de apetecerme mucho ver esa reallidad tan diferente.
¿Alguna buena razón para ir y no arrepentirme de haberlo hecho?
Gracias.
Vicente, te he de reconocer que a mí, India, me producía el mismo reparo que a ti y ahora, probablemente esté entre mis cinco países favoritos. Es un lugar muy especial en todos los sentidos y se cumple totalmente eso de que lo odias o lo amas. Calcuta es una ciudad de las extremas si te metes en slums y demás. Igualmente, yo le tengo un cariño muy especial por ser la primera que pisé en ese país. Si la idea de ir a India te atrae un poco… yo te animaría a ir. Un par de preguntas, ¿toda la semana es en Calcuta? ¿No verás nada más?
Estuvimos en muchos sitios de India, y como dicen por ahí nunca se sabe si puede ir a peor…
A Calcuta no llegamos a ir, pero por las historias que escuchamos de otros viajeros, creo que lo más difícil de la India ya lo habéis pasado.
Rubén siempre te quedará el Vipassana como a Lucy, aunque la vuelta va a ser otro shock después de tanta meditación y tranquilidad 😉
Un saludo 😉
No me veo yo tan quieto tanto tiempo 🙂 Bueno, la suerte que va a tener Lucy es que, después del vipassana vamos a Kachemira así que será menos duro. Besos!
Nosotros entramos por Varanasi, venidos de Katmandu. Pensabamos que aquello ya era el caos, pero India nos confirmó que siempre se puede ir a peor! ¡Qué estrés de claxons!
Bueno, de Katmandu a Varanasi ya hay un cambio potente, eh? Vaya shock!!! 🙂
Qué gran lugar de contrastes Calcuta! Tuve la suerte de pasar por allí hace un par de años atrás…. muy conmovedora la realidad de tantos pibes en la calle, muy fuerte… y ver el laburo de los que se quedan trabajando… Ir, ver, irme me partió el alma!
A mí, lo que más me impresiona es eso… la gente que se queda. Porque uno va, está allí 5 días y listo. Pero imagina estar allí 8 años ayudando desinteresadamente. En un slum. Y ahora… imaginemos estar toda la vida. Desde que naciste. Demoledor.
Tuve la oportunidad de ir, y no quise. La verdad es que debe ser una ciudad terrible… Bueno, después de la India podéis pasar por Japón a descansar, que es como el Zurich de Asia.. 😀
Sin duda es un sitio que no te deja indiferente. Lo que está claro es que no te puedes plantar allí sin “haber visto otras cosas antes” y recién salido de El Corte Inglés.