Amahd_Suhaimi_couchsurfing_algo_que_recordar_01No te imaginas lo que vas a ver, probar, oler… y sentir, cuando “te toca” vivir con alguien como Amahd. No oculta nada. No disimula. Se muestra tal y como es. Sin forzar… sin aparentar otra cosa. Este profesor de inglés que estudió en el Reindo Unido y al que le encanta Alemania, vive solo dentro del campus de la universidad en una casa más que grande para una sola persona. Aunque (todo hay que decirlo), el orden no es su fuerte… lo suple con un gran corazón. Le gusta compartir contigo sus mayores aficiones: comer y ver la televisión. Su generosidad, va más allá de lo que “se espera” cuando vas “de sofá en sofá” invitándote a comer a sitios realmente buenos para, a continuación… sentarte con él a ver sus programas favoritos: La Voz (programa para mostrar tus habilidades al micrófono), algún partido del Liverpool (su equipo del alma) y sobre todo, “Amor cautivo” (un culebrón mejicano que sigue hace 103 capítulos).

El primer día en casa de Amahd, coincidiste con una chica italiana y con un finlandés que se unieron a mitad de viaje después de separarse bruscamente de “los amigos” con los que empezaron sus respectivas aventuras (cosas que pasan si no eliges bien a tus acompañantes). El segundo día te lo pasas entero en casa de Amahd, le preparas una paella para comer y una tortilla española para cenar y ves la tele con él. Al parecer, la última noche, llegará relevo. Una pareja de 20 años que se ha ido un año a conocer mundo y trabajar por ahí antes de “atarse a una silla de oficina de por vida”. Pero espera, espera… ¡Un momento! Miras a tu alrededor… Reparas en que hay cajas y periódicos apilados… pocas fotos… que no para de venir gente y le oyes hablar de nuevo de una mujer que hubo en su vida y “que no ves” por allí… Entonces, te das cuenta: tienes una misión. Tú no estás aquí por casualidad. Piensas, que la utilidad del couchsurfing ha alcanzado una nueva dimensión. Algo que va más allá de “ahorrarse un hotel”, “que te recomienden sitios que no vienen en las guías” y “hablar de las costumbres y peculiaridades de los sitios”. Esta vez no estás viendo cómo vive una familia desde dentro… estás siendo “la familia de alguien”. Probablemente, Amahd no cogerá su mochila para hacer couchsurfing pero… qué bien le viene recibir gente constantemente. Qué acompañado se siente y qué reconfortante es para ti… saber que por unos días, eres muy importante para él. Sientes que por una vez, tú le haces más falta a la persona que te acoge y te abre las puertas de su casa que al revés. Al final, te vas con la sensación de que has visto poco de Ipoh, pero de que ha sido necesario que fueras hasta allí. Te vas dejando un poco de ti en esa casa. Te vas algo preocupado después de “la responsabilidad” que tenías sobre tus hombros pero sabiendo que Amahd nunca estará solo y dando, una vez más, las gracias a esto del Couchsurfing. Bueeeeeno, vaaaaale… también te vas pensando qué habrá sido de Alejandra Santa Cruz y Fernando Bustamante Arizmendi, los protagonistas de “Amor cautivo”.

6 Comentarios

  1. Esperanza Sánchez Reyes Responder

    Su nombre ya lo dice todo: Amahd. Rubén, me ha encantada esta faceta tan tierna tuya ¿Qué ha sido del hombre de negro?

    • El hombre de negro ahora lleva pantalones a cuadros fucsia y camiseta verde fluorescente. Larga vida mochilera al hombre de colores!

  2. Viajar, de eso se trata, de ver el mundo como es, no como somos. Gracias por dejarme compartir este viaje con vosotros. Un beso desde Finlandia.

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