En Lima, y gracias a varios españoles de esos que sí te gusta encontrarte por el mundo, tienes la oportunidad de explorar una nueva modalidad de couchsurfing: la cita doble. Por primera vez vas a conocer la visión de la ciudad de “dos unidades familiares” diferentes… ¿Y por qué no? Eres un alma errante… un infiel de los habitáculos nocturnos. Este año “te lo has montado” con más de 100 camas (o similares) y a todas, más o menos cómodas, les has encontrado su encanto. El castigo a tu “tremenda promiscuidad” podría haber sido al menos, alguna que otra contractura en la espalda baja-media-alta, pero que de momento, no se han manifestado. ¿Será que el colchón 2×2 viscoelástica era cómodo pero tenía la tara de que no te dejaba soñar?
Así que tomando tus precauciones y siempre con la protección del saco sábana por lo que pueda pasar, te animas a subir un nivel más en el Tetris de la vida. En Lima tienes la suerte de poder encontrarte con varios antiguos conocidos para que a partir de ahora, se conviertan en amigos. ¿Para qué elegir cuando puedes tenerlo todo sin daños colaterales?
Cuando a Óscar le concedieron una beca para ir a trabajar a Lima, Ali (publicista de profesión y “culo-inquieto” por devoción) no se lo pensó dos veces. No era la primera vez que ambos lo dejaban todo para irse a vivir a otra ciudad o a otro país. A esta pareja mitad madrileña, mitad catalana (para que luego digan), empezar de cero no es algo que les asuste. Como era de esperar, con tantos kilómetros a la espalda y un tiempo viviendo en Lima, no podíamos tener mejores cicerones. A Ali y Óscar no hay rincón de la ciudad que se les resista. Se convierten en tu “Guía del Ocio” particular de restaurantes y coctelerías. “Aquí el mejor pisco de la ciudad… aquí un buen sandguche… aquí pedid chicha… no os podéis ir sin probar el enrollado de La Buena Muerte… hay que reservar con tiempo para ir a Central… vamos a tomarnos un vino allí”.
Te acompañan a conocer el centro, al mercadillo de fin de semana donde entre 101 obsequios para “el mes de la madre” consiguen encontrar un nuevo mando a distancia para reemplazar el que Chifle (su perruna mascota) se ha comido y te cuentan todo lo que han aprendido sobre la historia de Perú durante su estancia.
La cosa no queda ahí… No solo querían enseñarte la vida diurna de Lima sino también la nocturna y para ello te presentan a su grupo de amigos. Otros cuantos que dejaron atrás su país para buscar “otras cosas”. Está claro que “hay más locos” sueltos por el mundo.
Por un momento estás como en casa, viviendo la ciudad como si llevaras allí toda la vida con ellos. Bueno con ellos y con Chifle, el tercero en discordia de la familia al que parece que le has caído bien (al menos tú no has corrido la misma suerte que el mando de la TV).
La segunda parte “de tu cita limeña” te lleva a casa de Moi y Mily (casualmente a unos 20 minutos andando de tu primer destino), en el barrio de Miraflores. Moi jugaba en el mismo equipo de fútbol que tu hermano, estudiaron filosofía juntos y le tienes en la memoria desde antes de que le creciera la barba. No puedes evitar tener la sensación de que fuera tu mismo hermano el que te está recibiendo.
Vive con Mily y con Borja y los tres te acogen en sus vidas sin dudarlo cuando se enteran de tu paso por la ciudad. A Lima les ha llevado un proyecto empresarial que de momento gestionan desde casa, pero que han decidido montar a lo grande, en plan Google… ¡con fútbolín en el salón para los ratos libres!
Aunque les visitas entre semana, hacen todo lo posible para estar contigo en sus ratos libres. Como no podía ser de otra manera y con la intelectualidad que desprende, Moi te lleva a ver dos exposiciones en el Museo Metropolitano: “Migrantes” que habla de aquellos que se mueven por el mundo para quedarse en otros lugares o para seguir moviéndose, y una segunda que recoge todos los horrores que se produjeron en tiempos del terrorismo de “Sendero Luminoso” en homenaje a las 70.000 víctimas fallecidas. Una situación más reciente de lo que creías y que según parece, todavía mantiene muchas heridas abiertas.
Además de que habías sido sincero con todos y habías comentado lo de “tu promiscuidad”… llega el momento de irte. Una vez más, toca decir adiós a todos los que te dan tanto en tan poco tiempo porque tu camino sigue pero… con la esperanza y sensación, de que volverás a cruzarte con ellos algún día… en alguna parte. Es lo malo de las citas dobles… uno se encariña después de los abrazos y luego lo pasa mal. Si es que en el fondo… ¡eres un sentimental!
2 Comentarios
Llevo siguiéndoos desde que ví el Síndrome del Eterno Viajero, tenía ganas de que llegaseis a Perú xq estuve viviendo ahí unos meses y quería ver vuestro paso x ahí. Tremenda sorpresa ver que conocieron a Ali y Óscar! El mundo es un pañuelo! A seguir el camino 🙂
Hola Ana Carmen! Esperamos no haberte decepcionado con lo que hemos escrito entonces… Es curioso que al final los que estamos en movimiento no somos tantos y de una forma o de otra nos encontramos o encontramos amigos comunes. Ali y yo estudiamos en la misma facultad, habíamos hablado un par de veces y teníamos compañeros y amigos comunes pero el destino nos juntó al otro lado del mundo! Seguimos camino pues… Gracias por tu comentario!