Que levante la mano el que  no haya cruzado la línea de la ética y la responsabilidad alguna vez en un viaje. Nosotros desde luego, tampoco estamos libres de pecado. El turismo es un arma de doble filo. Puede ayudar al desarrollo de una comunidad o puede servir para acabar con sur recursos naturales y destrozar su esencia cultural.

Cada día viajamos más. Cada día llegamos más lejos. Cada día los vuelos son más baratos, tenemos acceso a más información, las comunicaciones son mejores y más rápidas… No hace falta una gran preparación para cruzar el planeta en menos de 24 horas y eso significa que somos y seremos muchos más los que nos movemos por el mundo.

Nosotros seguimos defendiendo la tremenda cantidad de beneficios terapéuticos que tiene el viaje sobre las personas y lo mucho que puede ayudarnos a crecer en todos los aspectos. Ese es el principal motor que nos hace seguir manteniendo este espacio: animar a otras personas a que experimenten su propio viaje. No se nos ocurre una mejor manera de fomentar el amor por este planeta que maravillándonos delante de sus paisajes. Ni otra forma de salvaguardar la diversidad cultural (aprendendiendo a respetarla) que compartiendo experiencias con aquellos que nos parecen diferentes.

Nuestros pasos dejan huella

No es una cuestión de viajar menos, sino más bien, de viajar mejor. Y eso pasa porque entender que fuera de nuestras fronteras tampoco somos invisibles. Podemos pensar que es posible que nunca volvamos a ese lugar, pero vendrán otros después que nosotros y nosotros viajaremos a otros destinos por los que antes habrán pasado también otras personas. Es muy importante que seamos conscientes de la responsabilidad que tenemos como viajeros. 

Por ese motivo, La Fundación Intermundial en colaboraciónn con el Instituto de Turismo Responsable y Biosphere pusieron en marcha la redacción del Manifiesto del Viajero Responsable en el que nosotros también pusimos nuestro granito de arena. La mayoría de las malas prácticas, las cometemos por ignorancia. Sí, nosotros también hicimos el tour con elefantes en Tailandia, y lo que es peor, hasta pagamos más pensando que se trataba de un acto solidario y ayuda a la protección de dichos animales. Después conocimos el trabajo de la Fundación FAADA y todo lo que sufre previamente un elefante para permitir que una persona se suba a su espalda.

La mejor arma para evitar que este tipo de prácticas sigan sucediendo es difundir la información, así que aquí os transcribimos los 10 puntos del manifiesto con nuestros comentarios. Podeis descárgalo completo en pdf aquí.

Valley of Desolation

Manifiesto del viajero responsable

1. Sé consciente de los riesgos que supone viajar y toma las precauciones necesarias.

Somos unos grandes defensores de los “superpoderes” que te da el viaje pero hablamos de superpoderes no de inmortalidad. Situaciones como la que vivimos nosotros en Taman Negara son totalmente evitables. No es lo mismo arriesgarse en un entorno conocido que en un lugar al que llegamos por primera vez. Orientarse bien en la ciudad, no es igual que hacerlo en la montaña y mucho menos en la selva. Nuestras fuentes de información son los viajeros que acaban de pasar por la zona y la gente local. Ellos son los que realmente conocen la situación de los caminos, las condiciones meteorológicas y el equipo que hace falta llevar para moverse por determinadas zonas. Aparte de esto, siempre viajamos con seguro. No es la primera vez que hemos visto colectas por las redes para subvencionar la operación de alguien que ha tenido un accidente. Todos podemos tener mala suerte, pero el viaje supone un riesgo que no tienen por qué asumir otras personas.

2. Fomenta el desarrollo local del destino consumiendo productos y servicios locales.

Sí, nosotros también nos hemos metido en un Mc Donald’s buscando un sabor conocido después de un mes viajando por India y la hamburguesa también sabe a massala. No hay que fustigarse por ello pero sí intentar evitarlo y esto pasa por lo básico y lo no tan básico. Si en Colombia desayunan arepas y nos empeñamos en pedir croissants o tostadas con tomate terminarán poniendo desayunos continentales, lo cual es una pena. Serán más caros, no los harán igual que en Europa y nos volveremos a casa pensando que allí no saben cocinar. Lo peor, no es ese pensamiento equivocado sobre la gastronomía del país, sino lo que sucede en ese destino cada vez que nosotros exigimos consumir en otro país algo del nuestro. Si los de fuera demandamos desayuno continental, el que busca ganarse la vida se pone a vender desayunos continentales. Las consecuencias las hemos visto ya en muchas ciudades en las que no existe ningún restaurante de comida local, en esas zonas de playa atestadas de cervecerías irlandesas y en la subida de precios que deja fuera del consumo a la gente del lugar. ¿Realmente queremos montarnos 12 horas en un avión para encontrarnos la misma comida que tenemos en casa?

Mofongo

3. Comparte y aprende sobre tu comunidad de acogida, respetando sus valores y tradiciones.

No te hagas fotos dándole la espalda a una estatua de Buda, no pidas una cerveza en un restaurante musulmán, no entres a un templo en pantalón corto y tirantes (seas hombre o mujer)… Tenemos la puerta abierta de la casa de otras personas con otras costumbres y otros códigos de conducta. Tener dinero en el bolsillo para poder comprarnos todos los inciensos de la tienda del templo que vamos a visitar no nos da derecho a comportarnos sin poner atención a lo que puede ofender a otra personas. Y una vez más… ¿de verdad queremos chuparnos 10 horas de vuelo para encontrarnos con personas que visten como nosotros y creen en lo mismo que nosotros?

La prudencia es nuestro mejor aliado. La sonrisa nuestra mejor arma. Aprovechemos los viajes para aprender todo lo posible sobre otras culturas y seamos un ejemplo de tolerancia. Los telediarios ya se encargan de hablarnos de lo peligrosos y malvados que son siempre los otros. Viajar es la mejor manera de demostrarnos unos a otros que por encima de todo, los seres humanos somos el mismo animal con los mismos miedos y necesidades. 

4. Contribuye a la conservación, protección y regeneración de los ecosistemas acuáticos y terrestres del destino.

Colecciona atardeceres en lugar de corales, no saques estrellas de mar delagua, no alimentes a los animales salvajes, deja a un lado los selfies con animales exóticos y aplica en todo momento un sencillo “se mira pero no se toca”. Infórmate sobre qué empresas y colectivos organizan actividades en las que se respeta la biodiversidad, especialmente aquellas que incluyen interacción con los animales. Si quieres profundizar un poco más sobre este tema te dejamos este post con una charla que mantuvimos con la gente de FAADA. En su web puedes encontrar un listado de empresas en las que se puede confiar en este sentido. También te recomendamos este post de Plan B viajero en el que se explica en detalle algunas de las prácticas más comunes que se hacen con animales y que son totalmente evitables.

Contaminación

5. Respeta la diversidad y no fomentes o participes en actividades discriminatorias.

La situación de muchos colectivos en otros países es crítica. Si quieres colaborar con ONGs infórmate bien sobre su trabajo y si estás pensando hacer un voluntariado reflexiona dos veces sobre si realmente vas a aportar algo con tu trabajo o estás ocupando un puesto de trabajo que podría desempeñar una persona local. Otra manera de ayudar es aprovechar tu viaje para llevar algo que realmente sea necesario a una organización necesitada en el destino. En su día os hablamos de esta iniciativa que sus fundadores bautizaron como “tripdropear” y gracias a la que los viajeros podemos cambiar la vida de muchas personas.

En este post te explicamos más en profundidad por qué nunca debes dar dinero a los niños y cuales son las consecuencias de hacerlo.

cebras sudafrica

6. Consume de forma responsable y participa en la gestión sostenible de los recursos.

Si toda la población consumiera como lo hacemos nosotros, harían falta 2,03 Tierras para abastecernos a todos. Productos como la copa menstrual o las botellas reutilizables, colaboran en una reducción de residuos cada vez más necesaria. Confesamos que este es uno de los puntos en los que sentimos que más tenemos que mejorar. Nuestro objetivo es poner en marcha todas las propuestas que la Maleta de Carla hace en este post bajo su proyecto #viajarsinplastico y tenemos que ponernos manos a la obra ya.

7. Favorece la sostenibilidad del patrimonio y de las estructuras del destino.

Seguro que tú también has escuchado alguna vez esas noticias en las que se habla de que han aparecido firmas dentro de las pirámides de Egipto y te has llevado las manos a la cabeza. Aunque no cometamos este tipo de barbaridades, nos cuesta entender a veces los accesos limitados a ciertos monumentos o un detalle tan sencillo como no hacer fotografías con flash a las obras de arte.

Taj Mahal

8. Elige productos, servicios o experiencias que potencien la sostenibilidad del destino a través del I+D+I.

“Prioriza aquellos productos, servicios o experiencias que, siempre que sea posible, incorporen nuevas tecnologías y métodos innovadores que contribuyan a la sostenibilidad del destino a través del ahorro o mejor uso de los recursos, la información o la capacidad de comunicación”. (Manifiesto del viajero responsable)

9. Fomenta condiciones laborales justas que respeten los derechos de los trabajadores.

“Verifica que los productos o servicios que consumes se han producido en condiciones laborales dignas y justas que integren a la población local o en riesgo de exclusión social y que eviten la explotación sexual o infantil, el maltrato animal o la insalubridad, entre otros. De igual modo, trata de forma respetuosa a todos los trabajadores, tanto los de las empresas del destino al que viajas como los de tu propia comunidad.” (Manifiesto del viajero responsable)

Yellowstone

10. Únete al manifiesto del viajero responsable y compártelo.

Ayuda a difundir el mensaje y participa activamente. Todos podemos aportar nuestro granito de arena desde el lugar en el que nos encontramos. Ponte objetivos a corto plazo y empieza hoy mismo a aplicar esos pequeños cambios en tu forma de viajar y consumir que hagan de nuestro planeta azul un hogar del que todos los sres vivos podamos seguir disfrutando mucho tiempo.

 

Sigamos viajando, pero que sea para hacer un mundo mejor.

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8 Comentarios

  1. Francisco Po Egea Responder

    Pues yo en India siempre me he sentido seguro. He hecho doce viajes distintos, de Gujarat a Sikkim, de Ladakh y Lahul a Kerala y al Cabo Comorin y, aparte, algunos intentos de timarte, nunca me han robado nada.

  2. Yo piendo que cada vez más estamos más conscientes de todo lo que conlleva viajar. El turismo responsable ya no es un concepto vacio y desconocido. Empieza a tener cuerpo y significado. Cuando empezé a trabajar sobre el tema hace más de 10 años, era algo desconocido en muchas partes del mundo. Lo hablamos en circulos académicos, intentamos a llevarlo más allá, pero tuvo que pasar mucho tiempo hasta que llegase a masas. Y eso gracias a blogs, redes sociales e iniciativas de varias ONGs.

    Recuerdo que hace unos cuantos años en los grupos de facebook era absolutamente normal colgar fotos del los “elephant tours” en Tailandia. Todos aplaudian y envidiaban. Ahora en vez de eso hay discusiones e información sobre lo que sufren estos animales. Es un lado positivo de flujo de información. Más y más personas se dan cuenta de lo malo que conlleva el turismo. Que siga asi!! Saludos, K.

    • ¡Hola Kasia! Fue en el momento en el que contactamos con FAADA para tener más información sobre este tema cuando descubrimos que la habíamos cagado. Lo más gracioso de todo es que nosotros seguíamos convencidos de haber hecho un tour “eco friendly” y ahí es donde pensamos que está la raíz del problema: en nuestra falta de información de lo que ha tenido que sufrir un elefante para dejarse montar. 🙁 Así que te damos las gracias de verdad por llevar trabajando en esto 10 años. Si alguna vez pensaste en si merecía la pena ese esfuerzo, hoy te decimos que lo merecía mucho. ¡Un abrazo grande!

  3. Totalmente de acuerdo, yo personalmente me la paso discutiendo con quienes en redes suben fotos montando una Tortug marina, nadando con delfines, persiguiendo y tocando manta rayas, sacándose fotos con monitos con collar, etc.
    Algunos viajeros no entienden que promocionar eso es promocionar el turismo destructivo y egoísta…

    • Pienso que la mayoría de las veces detrás de esas fotos hay una falta de información más que una mala intención. Por eso es tan importante que cada uno desde los medios que tenemos a nuestro alcance vayamos difundiendo el mensaje (como haces tú cuando le explicas a alguien por qué no deben hacerse un selfie con animales). Hay momentos en los que me hago sangre pensando en todo el daño que somos capaces de hacer los seres humanos pero entonces pienso en todas las iniciativas que hay trabajando para que este planeta sea un lugar maravilloso y vuelvo a tener fe en la humanidad. ¿Has visto el vídeo que hay dando vueltas por las redes con el invento de un chaval holandés para limpiar todos los océanos de plástico? Me lo han pasado por whatsupp pero me ha alegrado la semana literalmente. 🙂

      ¡Un abrazo y gracias por el comentario!

  4. Francisco Po Egea Responder

    Muy de acuerdo con todo. Y donde fueres, haz lo que vieres.
    Y sé sencillo, humilde y con aspecto de pobre. A mi ne ha ido muy bien en los 40 años que he estado viajando por más de 70 países. Aunque en dos ocasiones me han robado la bolsa con las cámaras. Una vez en Madrid, la dejé escondida en el coche un mediodía caluroso de verano, y otra vez en el aeropuerto de Moscú, al marcharme, pues creí que estaba ya en una zona segura y me despisté un momento. Pero en todos los países pobres, extraños y “salvajes” que he estado, nunca me ha pasado nada. Bueno una vez me seguía un tipo en Nueva Orleans por unas calles semi desiertas pero logré esquivarlo.

    • “Donde fueres haz lo que vieres” fue una de las frases que incluimos en el Síndrome del Eterno Viajero. Siempre nos pareció que era la forma en la que nos teníamos que comportar cuando visitábamos “la casa ajena”. Lo cierto es que con el tiempo, ha habido veces que delante se nos han puesto algunas situaciones en las que se nos hacía un poco difícil seguir creyendo en ella. Cuando la cultura o la tradición no respetan los derechos fundamentales de ciertos colectivos o defienden el maltrato animal por ejemplo. Pero claro, hay una delgada línea para tomar partido en todo esto. No sé si has tenido oportunidad de ver el documental que hicimos con entrevistas a 15 mujeres de 15 países diferentes (Around Them), en el que se ponen encima de la mesa cuestiones de este tipo. Lo grabamos durante nuestro viaje de un año que llamamos “la vuelta al mundo”. Por aquel entonces, no sabíamos que la vuelta al mundo no termina nunca, pero esa es otra cuestión 🙂
      Te dejo por aquí el link para que puedas ver el trailer:
      https://algoquerecordar.com/ocurrencias/videos/documentales-y-cortos/around-them/

      ¡Un abrazo y gracias por el comentario!

    • A mi me robaron el bolsillo 2 veces in la India, 1 vez en el Taj Mahal (me dió más pena por el bolsillo que por el dinero) y la segunda vez al montar el autobus en Rishikesh para Haldwani – así que no me quedaba ni una “pela” para pagar el ticket cuando vino el hombre para cobrar. Hay que reconocer que ensiguida varias personas (locales todos) juntaron el dinero para pagar mi ticket! A lo mejor les daba verguenza lo que pasa en su país…

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